Desde 2020 a la actualidad, los servicios de las aerolíneas han cambiado notablemente: aumentos en pasajes a cualquier destino, rutas que se modifican con frecuencia, pagos a la hora de elegir los asientos, entre otras cosas. Las empresas argumentan que tienen motivos para haber encarecido aún más sus tarifas en cada etapa de compra. Según explican, desde la pandemia no han podido recuperarse de lo que significó el cierre total de sus rutas y, cinco años después, siguen tomando medidas severas con el fin de compensar el 2020.
A su vez, como pudo saber Negocios, en la actualidad hay un gran mercado y pocas aeronaves disponibles, ya que también durante la pandemia se hizo un parate en la fabricación y, si bien la actividad se reactivó, aún las aerolíneas no disponen de la cantidad de naves que precisan para cubrir todos los aeropuertos donde quieren trabajar, algo que también repercute en las tarifas y servicios.
A nivel local, existen otros motivos que encarecen los precios. Por ejemplo, el caso de Aerolíneas Argentinas que, tras la desregulación del mercado aerocomercial por el gobierno actual y la suspensión de rutas que no resultaban rentables, perdió participación en el negocio de los vuelos de cabotaje. Mientras que en el mercado internacional tuvo en diciembre una participación del 18% lo que representa una caída en su operatoria ya que en el mismo mes del año anterior era de un 23%.
Cómo se compone el valor de un ticket aéreo
Además de la situación coyuntural generada por la pandemia, que limita los servicios y aumenta los precios en el mercado aeronáutico, existen formas que constituyen el precio de un pasaje y que no están reguladas en absoluto por ningún organismo, en ningún país.
En un mismo avión, el valor de los pasajes varía de acuerdo con la ubicación de los asientos y la anticipación con la que se adquieren: “Cuando una aerolínea pone a la venta un vuelo, el avión se divide en diferentes clases tarifarias. En la parte delantera, la cabina ejecutiva o business ofrece un servicio diferenciado y es un poco más rentable para la compañía. En la parte trasera, la clase turista concentra la mayor cantidad de pasajeros”, explica César Alvargonzalez, director Comercial de Free Way, la mayorista de turismo con 1500 clientes en todo el país.
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César Alvargonzalez, director Comercial de Free Way.
Foto: gentileza Free Way.
Según amplía Alvargonzalez, el esquema tarifario se organiza en categorías. Los primeros asientos disponibles se venden a un precio más bajo y a medida que se ocupan, la tarifa va en aumento con cada nueva categoría. Este modelo de precios responde a la demanda: “Si los asientos más económicos se agotan rápidamente, los siguientes cupos se comercializan a precios más altos”, agrega. A su vez, cuando la demanda es muy alta, la aerolínea puede agregar un nuevo vuelo, pero este no comenzará con las tarifas bajas, sino con precios más elevados, dado que los usuarios -y el mercado, por lo tanto- demostraron interés en pagar por ese servicio.
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Por último, el costo de cada asiento se calcula en función de múltiples factores: el tipo de aeronave, el mantenimiento, el staff, los impuestos aeroportuarios y otros costos operativos. Si bien la clase ejecutiva genera una mayor rentabilidad por pasajero gracias a sus tarifas premium, el verdadero equilibrio financiero de la aerolínea depende del ingreso total de todos los pasajeros en todas las butacas.
Aerolíneas regulares vs aerolíneas low cost
A la hora de acceder a un ticket aéreo, también existe la posibilidad de comprar en las empresas regulares o las low cost. La diferencia principal entre ambas radica en los servicios que ofrecen antes y durante el vuelo. Las compañías de bajo costo reducen al mínimo los servicios en tierra, lo que implica que los pasajeros deben gestionar por su cuenta muchas tareas, como el check-in o el despacho de equipaje. Además, los alimentos y bebidas a bordo suelen ser limitados o se cobran por separado. Lo mismo con los servicios tipo emisión de pasajes o el equipaje de mano, que pueden tener costos adicionales. En cambio, en las aerolíneas tradicionales, el carry-on está incluido en la tarifa, pero el equipaje de bodega se cobra aparte..
El precio de los pasajes también varía según la temporada y esto influye en la estrategia comercial de las empresas. En muchos casos, las low cost logran captar más pasajeros cuando ingresan a una nueva ruta con promociones agresivas, pero la diferencia de tarifas con una aerolínea regular no siempre es tan marcada cuando el avión ya tiene una ocupación media o alta. “Cada uno ajusta su estrategia de precios según la rentabilidad esperada. Hacen sus cálculos por vuelo, por ruta y establecen el valor tarifario”, comenta Alvargonzalez.
Los impuestos y las tasas
A la hora de emitir un pasaje aéreo, el monto al llegar al final de la compra se abulta considerablemente debido a los impuestos y las tasas. Es que a la tarifa base del ticket se le suman el IVA, el impuesto a la Dirección Nacional de Turismo, la tasa aeroportuaria, los costos de seguridad y aviación, la tasa de la Administración Nacional de Aviación Civil y en algunos casos, la tasa de migraciones y aduana como también Ingresos Brutos provinciales, que representan un 3,5%.
Estos valores, a su vez, varían de acuerdo al aeropuerto donde uno vaya a tomar el vuelo. Según pudo saber Negocios de La Capital a partir de información otorgada por un referente del sector, existe la creencia de que operar desde Rosario es más costoso que hacerlo desde otros aeropuertos del país, pero los números muestran lo contrario. Mientras que la tasa aeroportuaria en Ezeiza asciende a u$s 57 por pasajero, en Rosario es de u$s 51.
Sin embargo, la posibilidad de reducir estos costos está limitada por la regulación del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos, que fija las tarifas que cada aeropuerto puede cobrar y no permite modificaciones. Sin embargo, el costo de los pasajes desde Rosario suele ser más elevado por otros factores vinculados a la ruta que se vaya a realizar, las escalas que se precisen o si el vuelo es de cabotaje o internacional.
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Para reducir esta diferencia, el gobierno provincial lanzó a principio de año el "Programa Provincial de Fomento e Incentivos de la Conectividad Aérea” con el fin de bajar temporalmente las tasas para aerolíneas que operen rutas estratégicas o nuevas para atraer más compañías y generar una mayor oferta de vuelos. El impacto de la competencia en los precios es otro factor que afecta las tarifas. Por ejemplo, hasta hace poco solo Copa Airlines operaba la conexión con Centroamérica desde Rosario, pero con la llegada de LATAM realizando la misma ruta, los precios comenzaron a bajar en busca de competitividad, algo que en el rubro se llama matchear tarifa. Sin embargo, hay otros destinos que, al encontrarse mayormente monopolizados -como son los que opera Aerolíneas Argentinas a destinos del interior del país- no bajan los precios en ningún momento.
Los trucos para conseguir tarifas más bajas
En conclusión, el precio de los pasajes aéreos varía constantemente según la demanda, la anticipación con la que se compra y la competencia en cada ruta. Las aerolíneas, entonces, ajustan sus tarifas en función a distintos factores comerciales, como la proximidad a feriados largos o fines de semana.
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Cristina Schifano, gerente de Ventas de Daminato.
Foto: gentileza Daminato.
Consultada respecto a este punto, Cristina Schifano, gerente de Ventas de Daminato, opina: “Comprar con anticipación suele garantizar mejores precios, ya que las aerolíneas dividen los asientos en distintas franjas tarifarias y las más económicas son las primeras en venderse. No existen secretos infalibles, pero sí es clave la paciencia y la comparación entre distintas fechas y días de la semana. Algunos pasajeros prueban comprar en modo incógnito para evitar variaciones de precio, una técnica que en hoteles ha demostrado ser efectiva, aunque no hay confirmaciones concretas en el caso de los vuelos”.
Más allá de estas estrategias, para Schifano es importante tener en cuenta dónde se compra el pasaje: “Las agencias digitales suelen ofrecer precios competitivos, pero al no contar con una estructura de atención personalizada, muchas veces los pasajeros se enfrentan a problemas que no pueden resolver. A diferencia de las agencias con experiencia, donde los viajeros pueden gestionar cambios o reclamos con mayor facilidad, la compra directa en plataformas digitales puede derivar en complicaciones sin una vía clara de solución”, concluye la representante de Daminato, que cuenta con 130 años en el rubro.