Como el ave fénix de la mitología egipcia que renace de sus cenizas, al Bar Nenina, de Costa Alta, le tocó el mismo destino. Tras más de un año cerrado por un incendio que arrasó con la totalidad de sus instalaciones y meses de obra, los dueños se preparan para reabrir la propuesta. El local fue montado desde cero y se inaugurará este jueves, con un evento a puertas cerradas destinado a los vecinos y a toda la gente que prestó su apoyo para que pudiera resurgir después del siniestro.
En diálogo con La Capital, Claudio Yauza, encargado del bar hace seis años, contó que renovaron por completo el diseño del bar, pero hizo hincapié en que el eje seguirá siendo la coctelería, con una carta con más de 70 tragos, la mayoría de autor, y varias opciones gastronómicas enfocadas en las horas de la merienda y de la cena. El dato de color es que ya no habrá segundo piso, pero agrandaron la planta baja, sumando m2 al espacio original, con mesas dentro y fuera del local.
"Va a ser una sorpresa para Rosario lo que habrá, vamos a tener la misma esencia, la misma calidad, el mismo servicio y dedicación porque en la coctelería el secreto es ponerle cariño, que es lo que hacemos. A los bartenders los formamos nosotros porque no es una coctelería clásica sino que el 90% de la carta de tragos es de elaboración propia; siempre fue así. Tenemos un jefe de barra, Jeremías, que lleva 30 años en el rubro y continuará en esta reapertura", contó Yauza a La Capital.
La carta de comidas también será un foco importante de la propuesta que se viene, con amplia variedad de opciones que van desde sándwiches, hasta pizzas, minutas y comida mexicana, como tacos. Durante la semana, el bar va a estar abierto por la tarde, desde las 16 horas en adelante, por lo que se agregarán meriendas y los fines de semana, lo harán desde temprano, sumando desayunos. "La idea es no cerrar ningún día y estar de lunes a lunes y hasta la madrugada para aprovechar la noche", detalló el empresario.
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Obras para poner a tono el bar
Nenina abrió sus puertas en Rosario en 1995 y este verano cumplirá 30 años de historia. Esta era uno de los motivos por los cuales se apuraron las obras para poner a tono el lugar y llegar a celebrar tres décadas junto a los clientes. Durante este tiempo, Nenina siguió funcionando en el shopping Fisherton Plaza donde unos años atrás los dueños habían inaugurado una sucursal.
La reconstrucción del bar se hizo en el mismo terreno donde estaba antes. Fueron varios meses los que dedicaron a limpiar el lugar y recién entre enero y febrero de este año arrancaron con los trabajos de arquitectura. De hecho, contrataron un estudio que los ayudó a pensar el diseño y a lograr un nuevo Nenina, con una impronta estética diferente, pero con la misma pasión y entrega de todos estos años a cuestas.
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Gente cenando en el ex bar Nenina de Costa Alta, previo al incendio que arrasó con el local.
Foto: gentileza Nenina Tiki Bar.
En su momento el incendio arrasó con la totalidad del inmueble y lo único que quedó en pie fue un cartel con el nombre "Nenina" en su frente, el cual les dio la fuerza para volver a empezar de cero, sabiendo que por delante tendrían largos meses de obra hasta levantar de nuevo el lugar. Yauza contó esto y, a la vez, confesó que se le puso la piel de gallina de solo recordar la llamada que recibió un miércoles de agosto del año pasado, en su día de franco. Los empleados le alertaban del fuego en el local y en pocos minutos llegó con su moto al bar que se había vuelto, ya para ese entonces, una pila de escombros.
El fuego se inició en la cocina, por un desperfecto en la freidora. Nadie pudo acceder al matafuegos que se encontraba en ese sector ya que las llamas habían tomado gran parte del lugar y avanzaban hacia otros espacios. Por el incidente, sufrieron daños menores algunas viviendas linderas al lugar, aunque se pudo frenar a tiempo para que no avanzara sobre la zona, tal como relata una nota del diario La Capital al otro día de ocurrido el hecho.
"Lo primero que pensamos cuando ocurrió todo fue qué pasaría con la gente y los vecinos. Para el barrio fue una pérdida muy grande y nos apoyaron cuando decidimos volver a construirlo. También fue una pérdida para los comercios de la zona ya que, muchas veces, cuando Nenina estaba lleno, los clientes iban a otros locales cercanos y nos hicieron saber que nuestra ausencia se hizo sentir. En cuanto a los empleados, algunos fueron a trabajar al Nenina del shopping de Fisherton y el sindicato nos ayudó a reubicar a los restantes en otros espacios, pero ahora vuelven con nosotros", aseguró Yauza.