El emprendedor que fabrica en Rosario trailers con diseños de Star Wars

Autodidacta, comenzó el proyecto hace más de una década en el patio de su casa. Hoy, tiene un taller propio y se encarga de cada eslabón de la cadena de fabricación

10:11 hs - Viernes 04 de Octubre de 2024

La posibilidad de llevar la casa a todas partes es una realidad desde hace años, pero no todos saben que en Rosario se fabrican los campers del futuro. Se trata Andycampers y los fabrica Andrés Manzur, un emprendedor autodidacta que arrancó a crear el proyecto hace más de una década en el patio de su casa y hoy lleva adelante su propio taller, donde se encarga de cada eslabón de la cadena de fabricación: diseño, maquetado, construcción, ensamblado y entrega puerta a puerta, que utiliza como excusa de hacer amigos y darle rienda suelta a su vida nómade alrededor de Argentina y países limítrofes.

"AndyCampers arrancó como el desafío personal de armar un trailer para viajar por mi cuenta. Lo que quería era hacer un diseño especial, que cumpla con el requerimiento que necesitaba: que sea divertido y se pueda trasladar en el auto", cuenta Andrés en diálogo con Negocios de La Capital. Lo cierto es que hoy ese hobbie se transformó en un emprendimiento que no para de crecer. Cuenta que fabrica de acuerdo a la demanda, y costo estimativo de cada camper oscila entre los 16 mil y 22 mil dólares, puesto que todos los materiales y que utiliza son de alta calidad. Ya lleva fabricados 70 unidades desde que comenzó con esta aventura.

Cómo es el camper

El camper que fabrica Andrés en su propio taller cuenta con todas las comodidades para quienes disfrutan la aventura y la vida al aire libre, sin la necesidad de ser un experto en este tipo de expediciones. El modelo de vanguardia que ofrece es el Predator 2024, con ruedas tipo todo terreno y suspensión personalizada, dos puertas con suspensión hermética e inteligente al igual que las bauleras y el sunroof ubicado en el techo.

Totalmente revestidas a partir de un diseño que mixtura off road con impronta imperial galáctica al estilo Star Wars, el camper está homologado y cuenta con colchón de dos plazas, placares , caloventor, aire acondicionado; mesada, alacena, heladera y bacha con grifos. Además, tiene una baulera de cocina con anafes, baulera de baño con cortina, duchador con agua caliente y sanitario más un circuito de agua para 100 litros y electricidad 220v.

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"Todas las piezas están diseñadas y fabricadas como un vehículo convencional: es todo metal y posee paneles solares para cargar la batería, ya que cuenta con dos de 12V y se pueden realimentar donde haya 220v, además del motor de la camioneta", apunta.

Compacto y ágil

Y destaca: "Está pensado para llevar ágilmente con una camioneta. A partir de ahí se piensa todo lo demás porque está pensado para viajar, ya que la idea es que el trailer sea práctico, compacto y ágil. Por eso también desarrollé una suspensión que nos distingue con el resto de otros fabricantes y nos ubica a nivel internacional".

A su vez, agrega: "Con este camper podés ingresar a la playa, lagos e incluso atravesar esos caminos ripiados como los que se acostumbran en el sur patagónico o en el norte del país. Por eso lo pensé con una lógica distinta a una casa rodante, que suele estar limitada por el peso y dimensiones, ya que la idea del camper es que no limite las capacidades de la camioneta".

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También aclara que, si bien el vehículo está pensado para dos personas, se puede extender a cuatro a traves de una carpa extensible desde el techo, entre otras curiosidades dignas de conocer personalmente y con entrega inmediata, a través de @Andycampers por por whatsApp o a través de la web www.andycampers.com.ar.

Cómo surgió el proyecto Andycampers

Andy cuenta que todo surgió a partir de la curiosidad. No encontraba nada que le guste en el mercado y tampoco encontraba el dinero necesario para plasmar lo que tenía en mente. Fue así que comenzó a dibujar bocetos fuera del horario de trabajo que tenía en una pequeña fábrica de papeles y sobres mientras estudiaba la carrera de Arquitectura de la UNR.

"Arrancás con un objetivo y le dedicás horas y horas, sin saber adónde estás yendo, pero observando el trabajo del día a día. Eso se mantuvo así por espacio de siete años y fue prácticamente un hobbie a cambio de ganar experiencia y conocimiento, sin remuneración económica", reseña el emprendedor rosarino de 42 años, que comenzó a diseñar sus primeras piezas en el patio de su casa ubicada en pleno centro de Rosario.

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"Ni bien terminé el primero le vi la veta comercial, pero no estaba apurado a que tenga que tener un rendimiento económico inmediato, ya que mi objetivo era dominar todas las áreas: soldadura, eletricidad, sistema de circuitos de agua y electricidad, estanquedad de puertas y estructuras. Todo era prueba y error mientras buscaba información", recuerda Andy.

Y valora: "Es como dice la frase: 'haz lo que puedas con lo que tienes y no te preocupes por el resto'. Sólo contaba con una mesa, un taladro y una caladora, que ni siquiera eran de primera línea. Sabía que lo podía hacer o abandonarlo cuando quisiera, ya que otra cosa no había, así que arranqué con eso".

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Ese fue el camino que atravesó Andy, quien comenzó a maquetar los primeros bosquejos hasta llevarlos a la escala real 1:1 en placas de cartón. Luego entendió que el patio de su casa ya no era suficiente y decidió alquilar una cochera de uso común para comenzar a ensamblar las piezas. "Estaba sin luz. Me ponía una linterna en la cabeza, eso era todo lo que tenía", asegura.

Entre 2013 y 2014 terminó el primer camper, muy distante del modelo que fabrica hoy en día. "Hice el primero, lo probé y lo vendí. Lo publiqué en Mercado Libre y lo compró una persona de Buenos Aires, tras un año y medio de desarrollo. Luego me contactó otra persona, me encargó uno y ahí fabriqué dos. Con la plata del primero comencé a construir el segundo y comprar materiales, pero aún seguía en esa cochera", prosigue.

Años de formación como autodidacta

Cuenta que al principio eran más redondos y después los fue transformando en otros diseños, a partir de otras ideas que se le iban ocurriendo. Después intenté generar modelos tipo off road, más agresivos y eso fue lo que cambió la impronta.

"Ese fue el camper nº15 y a esa altura ya estaba instalado en un local chico donde apenas entraba uno, pero hasta ahí no había ganancia económica: era trabajar para aprender y reabastecerme de herramientas e insumos. Hasta el nº25 lo trabajé solo, después alquilé un galpón y le avisé a unos amigos que me dieron una mano y ahí avancé en un diseño que pueda mixturar robustez militar y nave espacial", describe.

Vivir para el camper del futuro

Andy asegura que fueron tres arduos años en los cuales no había feriados, vacaciones ni nada que se le parezca. Era trabajar y trabajar para seguir aprendiendo y despegar con su proyecto. "Lo único que hacía era trabajar y viajar a Buenos Aires a buscar mercadería. No había novia que aguante, vivía adentro del galpón. Después, con la primera plata empecé a comprar máquinas y herramientas más sofisticadas para seguir perfeccionando el proyecto y, a su vez, robustecer el proceso constructivo", asegura.

Diseño a mano y maquetas de cartón

También apunta que siempre se caracterizó por ser muy autodidacta. "No tuve formación técnica en ninguna escuela, pero los pocos años que estudié arquitectura me dio herramientas para diseñar en dos y tres dimensiones, pensar un plano y ser autodidacta, después ahí arrancó el mundo. Mi idea era salir de la zona de confort y arriesgar. Es como un hombre que se quiere arrojar a volar y luego de darse el primer golpazo se rearma mejor las herramientas de vuelo y lo intenta otra vez", destaca.

En ese derrotero aprendió carpintería, pintura, soldadura y ensamblado. Un verdadero todo terreno. "Era todo muy casero y rudimentario, pero no podía seguir en una cochera hasta que me decidí y traté de armar el camper con el mejor precio para poder vender y así vendí cuatro, entonces ahí proyecté el primer taller dentro de la minigráfica en la que trabajaba", recuerda.

Después de ese proceso primario, se mudó a Fray Luis Beltrán, donde sufrió intentos de robo en un galpón, en medio de graves problemas de infraestructura. "El galpón se llovía y la inmobiliaria no me daba respuestas, pero son todos los caminos y problemas que te encontrás cuando sos emprendedor. Dormía adentro de un trailer que tenía en el galpón porque no me alcanzaba para pagar una casa y el alquiler de la fábrica. Fue un tiempo donde levantaba a la madrugada a poner tuercas en el piso y así luego tapaba las goteras", recuerda.

Hoy todo eso es historia para Andy es historia y la mira en retrospectiva con orgullo, propio de una experiencia que ya quedó atrás como los primeros modelos de sus campers. Ya que Andy toma la ruta y se abre nuevos caminos para seguir innovando, generar amigos y seguir con lo que le apasiona. Por eso no habla de trabajo sino de un modo de vida que lo hace feliz todos los días.