“Si un tipo entra a Gulliver a comprar un tren eléctrico y vos le vendés una muñeca sos un fenómeno. Porque eso es vender, lo otro es despachar. Sino el tipo se va cuando le explicas que no lo tenés. Pero si le decís, mirá, vení, que ahora está de moda este otro juguete y lo convencés, eso es otra cosa”. La frase viene de un histórico crack en la venta de juguetes, Juan Francisco Coco Benzi, número uno de la juguetería más tradicional de Rosario: Gulliver. En este 2025 va a hacer 50 años que compró la marca que sigue firme en el mercado: “Hoy es momento de invertir”, apuesta.
En esta entrevista con Negocios de La Capital dialogan las tres generaciones de los Benzi: Coco, su hijo Matías -que está en Gulliver desde los años 90- y su nieto Tobías. Ellos detallan cómo está el negocio, los márgenes que tienen hoy, la llegada de nuevos juguetes a partir de la apertura de la importación y los proyectos de ampliación que tienen en carpeta que incluyen la incorporación de nuevos productos. Con todo, la idea es seguir creciendo en la ciudad siendo la marca referente de los juguetes de los rosarinos.
Pero antes de llegar a la coyuntura actual, Coco recuerda los inicios de su incorporación al mundo de los juguetes. “Un amigo mío, Ricardo Del Villar, me dice: ¿no querés que pongamos una juguetería? Él ya tenía a los proveedores, yo le dije que yo no conocía nada, pero nos animamos y juntos pusimos una en Corrientes entre Córdoba y Rioja. Se llamaba Colorín Colorado, estuvimos cuatro años y nos fue muy bien”, recuerda.
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Coco Benzi, uno de los referentes en jugueterías de Rosario.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital.
Tras esa experiencia, un día fue a hablar con la fundadora de Gulliver, que tenía su local en Córdoba al 1300, y ella le comentó que quería vender la marca. En ese momento Coco vio la oportunidad y no dudó: “La juguetería se fundó en 1964 y en el 75 empezamos los Benzi”, puntualiza con orgullo porque su empresa es 100% familiar. En aquellos años trabajó codo a codo con su mujer, Raquel Ortiz, y atendían juntos en ese local que hoy continua en manos de la marca.
Los cambios en el negocio
Como toda empresa que tiene décadas, Gulliver atravesó los buenos y malos momentos económicos de Argentina. En el caso de las jugueterías, la apertura actual de las importaciones, como también ocurrió en los 90, es un paso positivo porque Coco aclara que todo juguete que tenga “un mecanismo para funcionar no se fabrica en el país, viene todo de China”. Se refiere a los robots, juguetes con música, las pistas de autos, todo eso se importa, así como las grandes marcas como PlayMobil, Barbie, Pin y Pon, entre muchas otras.
Matías explica que en el rubro hay dos sectores: por un lado, los coleccionistas y por el otro las jugueterías tradicionales. En este último segmento se mueven ellos. “Nosotros vendemos los productos que salen en televisión, que se ven en tik tok o en cualquier red social, eso tracciona mucho. Y luego está el consumo masivo, como lo que derraman los estrenos de las películas internacionales y acá se vende el merchandising”. En total tienen unos 6.000 artículos en stock con valores muy amplios, que pueden ir de $3.000 hasta $1.100.000, de esta forma pueden atender a un segmento premium y también al consumo general.
Otro punto importante son los cambios en el consumo, explica Matías que antes una persona de 14 años se compraba una pista scalextric, mientras que actualmente a esa edad -en determinados segmentos- están pensando en cambiar el Iphone. Pero él aclara que esas pistas se siguen vendiendo pero se ajustaron las edades ya que se comercializan para los chicos de diez años. A la pregunta de quiénes son los que más compran, los Benzi detallan que el rango que más se vende son los que van de 0 a 2 años.
Buenos proveedores
Concretamente el negocio para ellos es poder tener buenos acuerdos con los proveedores nacionales y los importadores. Tienen años en esto, por lo cual juegan con la delantera a la hora de conseguir buenos precios y poder incentivar al consumo desde un producto que sea accesible. Toda esa negociación hoy la lleva adelanta Matías. Es que el objetivo de los Benzi es vender durante todo el año y no sólo cuando son fechas especiales y para eso deben motivar las compras a través del precio y la financiación. Hoy, aclaran, ya operan con tarjetas con nueve cuotas sin interés.
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La oficina de Coco no tiene desperdicio: jugó al rugby en Los Pumas, por lo cual tiene la tapa de la revista Gente donde él salió junto a su equipo.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
“En este momento el consumo no está bien, pero se está recuperando. El país fue siempre así, con vaivenes, nos vamos acomodando siempre a todas las épocas. Para el juguetero hoy se está normalizando la importación. Podemos tener un surtido que es lo que hace que la gente venga y pueda elegir distintos artículos”, analiza Matías.
A la hora de rememorar otras épocas, Coco y Matías recuerdan cuando tenían a cargo las jugueterías de grandes tiendas. Por ejemplo, tenían las de La Favorita, luego también Falabella en todo el país y además armaban las jugueterías de Casa Beige. Eran épocas doradas donde podían ampliar su llegada, incluso operaban en grandes supermercados, pero ese segmento del negocio ya no existe porque lo atienden las propias marcas.
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Desde casa central, Tobías maneja toda la logística para los 9 locales.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Lo nuevo para el 2025
El negocio de Gulliver hoy se concentra en nueve sucursales. Tienen tres locales en la peatonal y luego bocas en el Shopping del Siglo, en el Portal, en el Libertad, en Paso del Bosque y Paseo del Puente en Granadero Baigorria. La estrategia para el 2025 es la incorporación de nuevos productos, sumarán bicicletas y también insumos para la escuela como mochilas, cartucheras, vasos térmicos. “Para eso vamos a ampliar dos locales”, adelanta Matías a Negocios mientras Coco agrega: “Para una juguetería tradicional se usan unos 50 metros cuadrados, pero ahora vamos a necesitar 100”. Las ampliaciones las contemplan, en principio, para dos de los shoppings donde tienen presencia, por lo cual ya están en tratativas con los gerentes para lograrlo este año.
El rubro se ha diversificado mucho porque hoy se venden juguetes en distintos locales que no son específicamente de ese segmento, como por ejemplo las librerías y kioscos. Por eso los jugueteros afilaron sus estrategias para no perder clientes: “Lo nuestro es dar un buen servicio, porque jugueterías hay muchas, pero nosotros te lo llevamos a tu casa, si se rompe lo resolvemos, si lo querés para regalo lo armamos con moñito, queremos que el que se vaya de acá lleve con orgullo la bolsa de Gulliver”, dice Coco. El que se ocupa de la logística, la venta online y el control de stock es su nieto Tobías, que tiene 19 años y está dando los primeros pasos en Gulliver. “Aprendo mucho de ellos”, confiesa a Negocios de La Capital mientras mira y escucha a su papá y su abuelo.
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Los Benzi se ríen mientras hacen la foto con la joya del local.
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Jugueterías: un rubro sano
Un punto importante que marca Coco y hace que los Benzi no se quieran ir del rubro es que “es un negocio muy sano, muy divertido, tenés variantes todo el tiempo. El que viene acá no viene con problemas, viene a buscar soluciones” dice Coco y concluye: “El que regala siempre se pone mucho más contento que el que recibe, siempre. El que se lleva el paquete se siente Papá Noel. Por supuesto que el chico que lo recibe también se pone contento, pero no tanto como el que se lo regaló”.