Ubicado en Mitre 849, en pleno microcentro, el bar Junior es un lugar histórico de Rosario por el cual varias generaciones familiares han pasado a disfrutar de la gran variedad de sándwiches, la comida estrella de su carta que también acompañan con ensaladas, menús ejecutivos y opciones de cafetería. Sin embargo, sus habitúes se sorprendieron al ver esta semana que las puertas del local permanecían cerradas y muchos comenzaron a especular con la posibilidad de que el lugar haya bajado la persiana definitivamente.
La Capital se contactó con María José Peláez, quien junto a su hermana, Amparo Peláez, manejan el bar. Son la tercera generación familiar al frente del negocio que fundaron los abuelos de ambas, José Peláez y Juana Armoa, en el año 1953. En diálogo con este medio, María José confirmó que hay Junior para rato, ya que están reformando el área de la cocina para duplicar la capacidad de fabricación y mejorar los procesos productivos. El objetivo no solo es volver recargadas, sino que estas obras forman parte de una meta ambiciosa para abrir un segundo local Junior en el 2026 y luego salir a franquiciar la marca, con la posibilidad de instalar la primera en Capital Federal.
"La cocina va a tener el nombre de la 'pepa' que es mi abuela, como homenaje por ser una de las fundaron de Junior. Lo que hicimos fue remodelar desde cero toda esta parte para mejorar las instalaciones y ampliar la producción porque queremos sistematizar los procesos de elaboración para lanzarnos a abrir una segunda sucursal propia y luego seguir con franquicias, que nos son muy solicitadas", contó Peláez sobre los planes en carpeta para el bar que ya atesora casi 72 años de historia y que en abril del 2023 celebro siete décadas con una gran fiesta aniversario con bandas y propuestas en la calle.
Los cambios que se vienen en Junior
La reforma de la cocina fue íntegra, lo que implicó tirar paredes y hacerlas desde cero, lo mismo que toda la parte de la mesada y bajo mesada, la bacha y otros detalles de su equipamiento como la campana extractora. Se adquirieron nuevas heladeras y freezer, más un segundo horno carlitero que se suma al que ya tenían, lo que les permitirá duplicar la cocción de los más de 70 sabores de sándwiches que componen su menú.
Para realizar este plan de refacciones, María José y Amparo aprovecharon una línea de créditos que el Banco Municipal otorgó a distintos espacios gastronómicos para mejorar la infraestructura y la productividad. "Junior integra la lista de 'bares y bodegones notables de la ciudad', que propuso el Concejo el año pasado. Nos entregaron este crédito y una vez recibido realizamos la inversión. No pudimos agrandar el área porque el local comercial es parte de un edificio y nuestra pared del fondo choca con esta estructura", contó la emprendedora.
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Bar junior por dentro, exhibiendo sus clásicas mesas y banquitos.
Foto: Alfredo Celoria.
También adelantó que van a tener algunos cambios en el staff del bar, empezando por sumar una nueva cocinera para hacer frente a la demanda de pedidos que fue creciendo en los últimos meses. A su vez contratarán una encargada, ya que la actual dejará de trabajar con ellas por razones de mudanza. "La idea es tener más gente porque pensamos varias actividades para realizar este año, por ejemplo, una vez al mes queremos hacer 'La noche especial de Junior', que consiste en abrir hasta más tarde para que la gente pueda venir a cenar y vamos a agregar un nuevo sabor gourmet a nuestros sándwiches que va a ir cambiando", contó Peláez.
Crecer en Rosario y Buenos Aires
En la actualidad, Junior permanece abierto de lunes a viernes desde la mañana hasta las 20 y sábados hasta el mediodía. Si bien el horario es funcional porque les permite trabajar todo lo que es cafetería y menús ejecutivos para oficinistas, por tratarse de una zona con gran cantidad de negocios y bancos, expandirse es parte del plan que las socias y hermanas tienen en su cabeza hace tiempo.
Planean que el local nuevo esté ubicado en el centro, pero con suficiente distancia de su espacio original, barajando que sea en las calles aledañas a Oroño y Córdoba. "Hay qué ver qué locales conseguimos disponibles", expresó Peláez. También señaló que la idea de animarse a un segundo bar tiene que ver con la posibilidad de evaluar cómo funciona no estando ellas presentes en su manejo diario. "Queremos que sea nuestro, pero no vamos a participar como en el de calle Mitre. Si logramos que los productos y la producción en general salga bien entonces el siguiente paso son las franquicias, tenemos propuestas de Buenos Aires y Funes podría ser otra zona de interés para una etapa avanzada", aseguró la gastronómica.
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Mural de copas de vino que forma parte de la decoración del bar desde el año 1963.
Foto: Alfredo Celoria.
Buscarán que tanto el segundo Junior como las franquicias futuras sean una réplica exacta del primero y con su misma filosofía, que tiene al sándwich en el centro de la escena, como lo fue desde sus comienzos, cuando la gente hacía cola afuera del local para entrar a degustar alguno de sus sabores y tomarse un café, tal como María José recuerda que le contaron.
"Mi papá, Carlos Peláez, también se hizo cargo del bar antes que nosotras y nos decía que era el punto de moda de la época, iba todo el mundo, fue uno de los primeros bares sandwicheros de comida rápida de Rosario", expresó la emprendedora y agregó que todos los detalles estéticos que se mantienen en la actualidad y que hacen a Junior tan singular, como el diseño de sus mesas, banquitos y techos bajos, se efectuaron con una reforma integral en el año 63, a diez años de su apertura, inspirada en los bares neoyorkinos de ese entonces y comandada por los arquitectos José Luis Felcaro y Eduardo Castañeira.