Pocos saben que en Rosario hay un taller exclusivo para desarrollar réplicas del Shelby Cobra con motor Ford. Quién es el fabricante, cómo es el mercado, quienes son los proveedores boutique de un modelo sinigual.
09:04 hs - Lunes 10 de Febrero de 2025
Eran los años 60 cuando al ex piloto de Fórmula Uno, el estadounidense Carroll Shelby, se le ocurrió colocar un potente motor Ford V8 en una liviana carrocería de la fábrica británica AC. Así, logró un modelo que lo tenía todo para las carreras: era liviano, pero tenía potencia y también un diseño exquisito. Pasaron los años, y el modelo conocido como Shelby Cobra es recordado como uno de los más preciados para los amantes de los antiguos coches deportivos. Hoy, la historia que contará Negocios de La Capital es que en el corazón de Rosario se fabrican réplicas de calidad de ese modelo que dejan boquiabiertos a quienes tienen la oportunidad de entrar en ese taller.
El creador de esta empresa rosarina, QF classics & sports, se llama Ariel Quintana. Él nació en Ramallo, pero vive hace décadas en Rosario. Su pasión por los coches le llegó por tradición, su padre era mecánico -trabajaba en Somisa-, y desde chico llevaba a sus tres hijos cada fin de semana a los autódromos a ver carreras. La herencia caló hondo, porque Ariel y sus dos hermanos están vinculados de distintas formas a los fierros.
Pero en los inicios de QF classics & sports tiene también mucho que ver la mujer de Ariel, Julieta Bianchini. Un día ella estaba mirando un vehículo antiguo que estaba en un local de venta de escapes y le preguntó a Ariel porqué ellos no podían fabricar uno así. Es que Ariel en aquellos años, inicios del 2002, había empezado a restaurar autos antiguos como hobby ya que su trabajo formal estaba en la industria farmacéutica. Los autos los restauraban con uno de sus hermanos, Alejandro, y a menudo les preguntaban: “¿Quién se los hizo?”. Y habían sido ellos mismos.
Ese fue el gen de la empresa. En el 2015 se animaron a hacer en la primera réplica, en ese caso fabricaron para Julieta un Porsche Spyder, y la experiencia fue muy buena. “A ella le encantan los autos, tiene pasión, le gustan los exóticos con mucho diseño. En aquel momento buscamos quien nos hiciera el chasis y la carrocería para poder empezar”, describe Ariel en diálogo con Negocios.
La fabricación del Shelby Cobra rosarino
Tras esa experiencia -y viendo los buenos comentarios que recibían en las ferias por sus modelos- se animaron a desarrollar la réplica del Shelby Cobra con motor Ford, que es su actual especialidad. “En nuestro taller tenemos capacidad para hacer 20 al año, en el 2024 fabricamos unos 12 Ford Cobra”, detalla el empresario, pero advierte a los ansiosos que, si bien demoran unos 4 meses en ensamblar todo el vehículo, la lista de espera es de un año.
Ahora bien, ¿cómo es la fabricación de este modelo? Cada parte del vehículo se hace con proveedores, algunos exclusivos, y muchos son 100% rosarinos. Explica Ariel que en la ciudad hay buena mano de obra para este tipo de modelos, ellos buscan quienes son apasionados del rubro porque este es un trabajo muy artesanal. Mientras la mecánica se importa, ya que el motor de Ford llega de Estados Unidos, el chasis, la tapicería, los cromados, el trabajo de tornería es local. En cuanto a la carrocería, QF classics & sports tiene un proveedor porteño que utiliza una matriz que Ariel le entregó y tiene exclusividad para utilizar esa matricería sólo para la empresa rosarina.
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¿Quiénes compran estos modelos?
Respecto del mercado, el empresario cuenta que el 70% de los vehículos que venden lo hacen a coleccionistas de Buenos Aires, curiosamente en Rosario sólo colocaron dos unidades. Para Ariel esto tiene que ver con la idiosincrasia del rosarino, que es más reservado que el porteño, porque este último “quiere mostrar el vehículo, lo cuenta, hasta dice cuánto le salió, en cambio el rosarino no se expone”. A la pregunta de ¿qué se siente subirse y manejar este vehículo tan particular? Ariel se explaya: “Es una sensación muy linda, la gente lo admira, vos querés ir lento, te ponés del lado derecho y los de la izquierda no avanzan porque se te ponen a la par para verlo. Te saludan, te sacan fotos, tenés que bancarte ser exhibicionista, sino no te subas. Nosotros con Julieta salíamos juntos con los dos autos, el Porsche y el Cobra”.
En el mercado de lujo, los empresarios, los futbolistas, los artistas no se inclinan por las réplicas y van directo a los originales. Pero ese es realmente un segmento exclusivo, en Argentina hay sólo dos modelos norteamericanos en manos de la familia Pérez Companc. ¿El precio de un original? Al menos u$s2 M.
Tanto las réplicas como los originales son vehículos que pueden alcanzar una gran velocidad, más de 200 kilómetros por hora. Ariel detalla que para ponerlos a punto y entregarlos a cada cliente debe hacerle 500 kilómetros de testeo. Por lo cual, los primeros 120 kilómetros los hace recorriendo Rosario y el resto en las autopistas cercanas.
Lo que se viene: un auto inédito
Ya instalados en este mercado, ahora la apuesta es sumar modelos y metros cuadrados de fábrica. A Ariel le gustaría lanzarse a la fabricación de modelos Chevrolet Corvette y Mercedes Benz SLC 300. Pero para eso falta ya que deberán invertir para, por lo menos, duplicar capacidad. Lo que sí está en camino es la fabricación de un modelo inédito que les solicitó un diseñador de vehículos rosarino que vive en Alemania y que viene de trabajar para Alfa Romeo y Audi. “Es un diseño de él, no podemos contar mucho porque es confidencial”, avisa Ariel. Lo que sí puede adelantar es que en este 2025 desarrollaran la matricería y el prototipo para tenerlo listo cuanto antes y empezar a producir. “Hace un año que nos contrató y ya tenemos todo para arrancar”, dice.
En el taller trabajan nueve personas, particularmente a los más jóvenes se les ve un entusiasmo total por lo que hacen, es que estos vehículos son un chiche. Mientras que, al cierre de esta entrevista se suma Julieta y sentencia: “Nadie los hace como nosotros, nos encanta estar en todos los detalles”.