En el Día de los Enamorados, el corazón que siempre dibuja Ángel Di María con sus manos para festejar un gol suma un año más. Hace 37 años, aquel 14 de febrero de 1988, nació Fideo en Rosario, un ídolo generacional del fútbol argentino y uno de los referentes máximos de la historia del fútbol de la ciudad.
Esfuerzo y resiliencia. La vida de Angelito siempre se trató de superar las adversidades y reponerse de las críticas, con la mirada puesta en cumplir sus sueños. Desde las bolsas de carbón que armaba con su papá hasta los goles claves para darle títulos a la selección argentina, Di María siempre mantuvo su pasión por el fútbol y el amor por su familia.
Detrás del crack que debutó con la camiseta de Rosario Central, el club de sus amores, y jugó en las mejores ligas del mundo, hubo largas historias de sacrificios. “Mi sueño estuvo cerca de morir tantas veces. Pero mi papá siguió trabajando bajo el techo de chapa, mi mamá siguió pedaleando y yo seguí corriendo al vacío”, describió el propio futbolista en una carta de 2018.
Se crió en el barrio Parque Casas de zona norte y dio sus primeros pasos en el club El Torito, donde empezó a jugar al fútbol porque “no paraba de correr”. Aquel enérgico nene se destacó tanto con la redonda que se unió a las juveniles canallas, lugar en el que se formó futbolísticamente pero también debió superar adversidades para alcanzar su sueño.
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Fideo es un referente en Benfica de Portugal.
Actualmente, está dedicado a su familia, acompañado por su esposa Jorgelina Cardoso y sus hijas, Mía y Pía, quienes lo siguieron a cada país que le tocó ir a lo largo de su carrera, como lo fue España, Inglaterra, Francia, Italia y ahora nuevamente Portugal.
Tras su salida de Central, pasó por Benfica, Real Madrid, Manchester United, París Saint-Germain y Juventus, hasta regresar al equipo portugués donde sigue destacándose a los 37 años. Su sueño máximo se cumplió el 18 de diciembre de 2022, cuando se consagró campeón del mundo en Qatar anotando un gol en la histórica final frente a Francia.
La vez que su sueño estuvo “cerca de morir”
Cuando tenía 15 años y era parte de las juveniles de Central en la liga de la Asociación Rosarina de Fútbol, un entrenador lo expuso ante sus compañeros. “Sos un cagón, sos un desastre. Nunca vas a llegar a nada. Vas a ser un fracaso”, le reclamó aquel DT por no saltar en un córner.
Fideo no quería volver a jugar, pero se repuso gracias a la fuerza de sus familiares y siguió adelante para callar las críticas. No obstante, su camino en las inferiores continuaba sin dar el salto a las categorías de competencias juveniles de AFA, por lo que las dudas se hacían cada vez más grandes.
Así fue como a sus 16 años, todavía sin ser promovido, la preocupación crecía, por lo que su padre le planteó: “Tenés tres opciones: podés trabajar conmigo, podés terminar la escuela o podés probar otro año más con el fútbol. Pero si no funciona, vas a tener que venir a trabajar conmigo”. El apoyo familiar estaba, pero las condiciones económicas ponían en jaque a la familia.
“Un año más en el fútbol”, respondió su madre en enero de 2005, mismo año en el que, el 14 de diciembre ante Independiente por la última fecha del Torneo Apertura, hizo su estreno en la máxima categoría de la mano de Ángel Tulio Zof. “En el último mes del plazo que nos habíamos puesto, debuté en Primera con Rosario Central”, afirmó.
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A pura gambeta. Di María durante su paso por Rosario Central.
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Un prócer del fútbol argentino
Apadrinado nada más ni nada menos que por Diego Armando Maradona en sus comienzos, Di María atravesó difíciles situaciones con la camiseta de la selección argentina que lo llevaron a ser cuestionado durante varios años. Una lesión durante el Mundial 2014 lo marginó de la gran final, donde vio pasar el sueño de ser campeón del mundo frente a sus ojos.
Siendo una de las figuras de la generación albiceleste duramente cuestionada por la falta de títulos, esquivó las críticas y se hizo cargo de ser uno de los tres referentes de la era Scaloni junto a Lionel Messi y Nicolás Otamendi.
De tantas veces intentarlo, la pared se rompió. El 10 de julio de 2021, recibió un pase largo de Rodrigo De Paul y definió por encima del arquero Ederson para sentenciar la victoria 1-0 de Argentina sobre Brasil en el estadio Maracaná, para ser campeón de la Copa América tras 28 años sin títulos.
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Campeón del mundo y bicampeón de América con la selección argentina.
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Apenas un año y medio más tarde, su sueño máximo se hizo realidad y volvió a anotar un gol decisivo para que Argentina vuelva a coronarse campeón del mundo en el Mundial 2022, lo que terminó de posicionarlo como un prócer del fútbol nacional.
Como si su camino con la albiceleste no fuera lo suficientemente exitoso, se retiró del combinado nacional el 14 de julio de 2024, tras vencer 1-0 a Colombia en la final de la Copa América 2024, logrando ser bicampeón continental y uno de los máximos ídolos de la historia de la selección.