Ni bien Gonzalo Montiel metió el cuarto penal de la selección argentina que determinó la obtención de la Copa del Mundo, la tercera de la historia, se desató la locura de la gente en Qatar, el país y también de Rosario. Con camisetas, banderas, gritos, cánticos y llantos, los rosarinos salieron masivamente a la calle para exteriorizar la felicidad y la alegría de tras ganar el Mundial.
Las calles de Rosario, sobre todo las avenidas Avellaneda, Alberdi, Pellegrini y tantas otras, se vistieron de celeste y blanco para gozar de un triunfo tan merecido como sufrido. Y, como es habitual en estos casos, el Monumento Nacional a la bandera fue el epicentro de los festejos de los rosarinos, donde flameaba más alta que nunca la bandera celeste y blanca. Un triunfo que tuvo como mayor virtud del equipo sobreponerse a los momentos difíciles que atravesó durante el torneo. La derrota ante Arabia Saudita, el empate en el cierre de los 90 minutos reglamentarios de Países Bajos y los dos empates parciales de Francia en la final, el 2-2 en los 90 minutos, y el 3-3 en el suplementario. Pero este equipo demostró coraje, valentía y, sobre todo, mucho carácter. Además del fútbol que regó en la final ante los galos, especialmente hasta el minuto 78 (cuando el rival descontó y se puso 1-2).
Una marea albiceleste en el Monumento
Todo por obra y gracia de este grupo de jugadores, comandado desde el arco por el Dibu Martínez, en la cancha por Lionel Messi y desde el banco por Lionel Scaloni. Una síntesis de lo humildad, el trabajo y la perseverancia de un equipo que siempre tuvo en claro el objetivo y que no se desvió de su libreto ni en los peores momentos.
"Messi se lo merecía", "el Dibu Martínez es lo más", "viste lo el partido que hizo Fideo Di María", fueron algunos de los comentarios de la gente que fue llegando al Monumento ataviados de banderas y banderas, a pie o en auto. Todo para disfrutar de un día memorable, más allá de los momentos de sufrimiento que hubo que atravesar.
La marea humana de los rosarinos fue tiñiendo todo a su paso de celeste y blanco, los colores que este domingo brillaron en lo más alto del fútbol mundial de la mano del rosarino Lionel Messi y compañía.
Fotografías: Silvina Salinas - Virginia Benedetto