El primer tiempo en La Bombonera mostró claramente que Ariel Holan la pifió. Armó un equipo que no necesitaba cambios, padeció a Boca en defensa y restó peso ofensivo. Por eso, hasta Central sacó barata la derrota por 1 a 0 durante la primera mitad y recién cambió a poco de arrancar el complemento. No le alcanzó.
Se sabía en la semana que Juan Giménez podía saltar al campo de juego y todos lo boletos para salir los tenia Juan Cruz Komar. Pero no. El exBoca y Talleres siguió entre los once, Holan armó una línea de tres abajo y los sufrimientos empezaron temprano.
Juan Giménez finalmente entró por el otro Giménez, Enzo, que de ser titular ante Sarmiento directamente quedó afuera de los 23. Mientras que Emanuel Coronel tampoco recuperó el lugar que era incuestionablemente suyo hasta el clásico y quedó en el banco.
La defensa que armó Ariel Holan
Así, Holan dispuso que Komar, Juan Giménez y Quintana formen una línea de tres, que Agustín Sández pase a ser carrilero por izquierda y que Gaspar Duarte, que volvió tras las molestias musculares, tratara de hacer otro tanto por derecha.
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Pero quedó claro prácticamente desde que Central movió la pelota, cuando Broun debió despejarla exigido ante un mal pase atrás, la noche vendría torcida. A los 8 minutos Komar no pudo con Milton Giménez, tampoco pudo impedir el centro atrás de Ander Herrera, y Juan Giménez y Carlos Quintana quedaron fuera de foco en la arremetida del chileno Palacios y el cabezazo del goleador de Boca.
Además, Central perdió por completo la banda derecha en los dos aspectos. No paró a nadie y el ex Canalla Lautaro Blanco fue una pesadilla para Duarte, que no pudo preocuparlo en lo más mínimo en ofensiva.
Y demoró los cambios
Pese a que fueron evidentes los problemas canallas en la primera mitad, Holan recién cambió a los 8' del complemento, guardándose las modificaciones en el vestuario del entretiempo.
Ahí decidió sacar al pibe Giménez para que entre Emanuel Coronel y Central forme línea de cuatro. Mientras que Lautaro Giaccone desplazó al cansado Duarte. El mismo del que Holan dijo tras comerse un segundo gol imposible ante Riestra, que llevaba siempre el equipo para adelante, esta vez lo tiró atrás y no hizo ni una cosa ni la otra.
En cambio, Central mejoró con los cambios, se sintió más ordenado y cómodo, y Giaccone tuvo dos chances claras para empatar inmediatamente. También en el final otro ingresado, Sebastián Ferreira, tuvo el gol pero la sacó Marchesín en el mano a mano.
El equipo de Holan fue lo más parecido al protagonista del torneo y vendió cara la derrota. Pero pagó muy caro los más de 50 minutos que desperdició con un sistema que claramente lo perjudicó.