Central enfrentará a Racing finalmente este sábado, a las 17, por la fecha 25ta. de la Liga Profesional y el cambio de horario fue por cuestiones de seguridad, con el objetivo que el partido termine con luz natural. Además habrá restricciones de elementos como banderas y estandartes en la popular norte del Gigante. Todo para prevenir incidentes y ajustes de cuentas tras el asesinato reciente del jefe de la barra brava canalla, Pillín Bracamonte.
Por decisión del Ministerio de Justicia y Seguridad de la provincia de Santa Fe, se dispuso que en los últimos dos partidos que le restan disputar a Central como local por la Liga Profesional (el próximo sábado 30 de noviembre ante Racing y el fin de semana del domingo 15 de diciembre ante Belgrano), quienes ocupen las dos bandejas de la popular norte no podrán llevar a ese sector banderas, estandartes, instrumentos musicales, ni redes con imágenes de la institución.
Además, por solicitud del Ministerio de Justicia y Seguridad a la Liga Profesional de Fútbol, se dispuso que el partido ante Racing en el Gigante comience a las 17, y no a las 19.30 como estaba programado en un principio. El pedido, aceptado por LPF, obedece a que los encargados de la seguridad pretenden que el partido finalice con luz natural.
Medidas del Ministerio de Seguridad tras el asesinato de Bracamonte
Todo se enmarca enmarca tras lo que fue el asesinado de Pillín Bracamonte y su ladero de la barra canalla en el último partido que Central jugó en Arroyito.
La intención es que no se produzcan incidentes dentro ni fuera de la cancha en lo que serán los dos partidos de local que le restan al equipo de Ariel Holan, en su cierre de la Liga Profesional de Fútbol.
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El asesinato de Pillín Bracamonte
El doble asesinato del líder de la barra de Central, Pillín Bracamonte, y su ladero Daniel "Rana" Attardo, sacudió a Rosario el pasado 9 de noviembre. A pesar de las semanas transcurridas, desde la Justicia y el gobierno provincial barajan varias hipótesis, no sujetas a evidencias concretas del crimen sino a la propia historia de la víctima.
En cuanto al móvil del crimen, desde Fiscalía fueron tajantes en afirmar que no descartan ninguna hipótesis por tratarse de una persona que podía tener varios frentes conflictivos abiertos. Al trabajo iniciado por el fiscal Alejandro Ferlazzo, a cargo de la investigación en un principio, se sumaron Georgina Pairola y Luis Schiappa Pietra, fiscales a cargo de investigar distintos hechos relacionados a Pillín.
El avance de la investigación deberá esclarecer si se trató de una venganza por un conflicto puntual o bien si el crimen de Pillín fue un ajuste más complejo, un movimiento necesario en tiempos de reconfiguración del crimen organizado. Sobre ese aspecto también podrá sugerir algún indicio lo que ocurra de ahora en más tanto en la tribuna de Rosario Central en particular como en la calle en general. Que se desate o no un rebrote de la violencia urbana no dependerá solo de cómo el Ministerio de Seguridad planifique sus movimientos preventivos.
El cadáver de Pillín Bracamonte sigue en una cámara de conservación y custodiado por policías
El cadáver de Pillín Bracamonte, histórico líder de la barra brava de Rosario Central asesinado el 9 de noviembre, sigue en una cámara de conservación en el cementerio de Pérez. A 13 días del crimen, sus familiares esperan la orden judicial para realizar la cremación.
Este acto, sin embargo, no será autorizado por el fiscal a cargo de la causa hasta que se obtenga el informe final de la autopsia.
El asesinato de Pillín Bracamonte fue el puntapié para el inicio de dos historias paralelas. Por un lado, lo que implica este crimen en el organigrama delictivo de la ciudad, en tanto la víctima fue un pilar de ese esquema más allá de los negocios que controlaba desde su lugar de jefe de la barra. Por otro lado, en lo vinculado a la intimidad de sus allegados, se siente la larga espera para darle un destino definitivo a los restos de Bracamonte.
La demora se extendió y el cuerpo del referente de la barra de Rosario Central continúa custodiado por agentes policiales en el cementerio El Prado de Pérez, donde permanece en una cámara de conservación. Si bien en un principio existía el riesgo de que ocurriera un hecho violento alrededor de la custodia del cuerpo, en los últimos días disminuyó la alerta y eso llevó a que hoy sea menor la presencia de agentes en el operativo.
Una larga espera
El domingo 10 de noviembre, el cadáver de Bracamonte fue sometido a una autopsia en el Instituto Médico Legal (IML). Los peritos confirmaron que, en el ataque sufrido luego del partido de Rosario Central contra San Lorenzo, el líder de la barra brava canalla había recibido cinco balazos. Después de ese procedimiento de rigor, y clave para la investigación, los allegados de la víctima comenzaron una larga espera para poder concretar la cremación.
Finalmente, el cuerpo de Pillín llegó el lunes 11 por la noche a El Prado, Cementerio Parque Privado, ubicado en Pérez. Para que sea posible transcurrió buena parte del domingo y el lunes entero, todo bajo una fuerte custodia policial en el IML. A lo largo de esas horas corrieron los rumores sobre dónde sería velado y enterrado Bracamonte.
Cautela y rumor fueron parte de un operativo secreto que se extendió hasta el traslado del cuerpo a Pérez y que continuó allí. Los motivos: tanto el temor a una represalia contra allegados a la víctima o bien a que el cuerpo sea profanado para que hinchas de Central le dieran una despedida a tono con su lugar en la barra.
Un cadáver custodiado por policías
Desde la llegada al cementerio de Pérez, el cadáver fue depositado en una cámara de refrigeración para conservar el cuerpo. Es que el fiscal Alejandro Ferlazzo, a cargo de la investigación del crimen, no autorizará la cremación hasta que se conozca el informe final de la autopsia.
En ese marco es que desde el 12 de noviembre el cuerpo es custodiado por policías, dispositivo que se mantiene hasta hoy aunque con menos agentes. En un principio eran seis efectivos y por el momento son solo dos, debido a una baja en el nivel de alerta que se había generado en los primeros días.
La custodia está a cargo del Grupo Táctico Multipropósitos y del Grupo de Infantería de Respuesta Inmediata (Giri). La orden es evitar cualquier tipo de acercamiento al cadáver de Bracamonte, mientras sus allegados aguardan el permiso para poder cremar los restos.