Ariel Holan tiene un trabajo difícil por delante y el más importante es hacer de Central un equipo competitivo. Para ello, el entrenador tiene que estar a la altura, como también los jugadores, que son en definitiva los que ejecutan dentro de la cancha. Y en medio de esa búsqueda de altos rendimientos, en Arroyito hay un futbolista que necesita reencontrarse con su mejor versión. Por él, por el equipo, por el técnico y, por supuesto, por los hinchas. Jaminton Campaz está llamado a ser uno de los grandes jugadores a recuperar para que la cosa en Central vuelva a funcionar. ¿Por qué? Porque el colombiano ya demostró que tiene las condiciones suficientes como para ser ese futbolista de desequilibrio permanente y una carta fundamental en busca del protagonismo.
Claro, exponer esta idea de que Central necesita más de Campaz lleva pensar que el futuro del colombiano estará en Arroyito y no en otro club. Porque puede pasar que aparezca alguna oferta tentadora (Central comparte en parte iguales el pase del jugador junto a Gremio de Porto Alegre) y que el tumaqueño lleve sus diabluras a otro lado, pero mientras eso no ocurra, la necesidad estará ahí, a la vista de todos.
Salvada esta especulación, para Central es crucial que Campaz vuelva a ser el de antes, ese jugador que desde su primer año en Arroyito, especialmente el del segundo semestre, y no ese de 2024 con un bajón pronunciado y con lesiones traicioneras.
Independientemente de cómo intente Holan que juegue su equipo, Campaz siempre será, a priori, un futbolista necesario. No hace falta explicar a esta altura, con dos años luciendo la camiseta canalla lo que es capaz de hacer.
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La zurda de Campaz en su momento fue intratable y los hinchas canallas esperan que vuelvan esos tiempos.
Héctor Rio / La Capital
Depende de Campaz, también de Holan
Claro, mucho dependerá de su propia impronta, porque así como irrumpió y deslumbró a propios y extraños cuando nadie lo conocía, el correr de los partidos fue haciendo que los rivales le tomaran la mano. Por eso, lo que se le viene al colombiano tiene mucho de desafío personal. Claro que Holan también tendrá su cuota de responsabilidad porque cuanto mejor juegue el equipo más fácil le resultará la cosa a Campaz y, por supuesto, al resto.
La imagen de Campaz en ese 2024 que se acaba de ir no tuvo absolutamente nada que ver con aquel 2023 en el que le salió casi todo.
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La disparidad de un año a otro fue elocuente. Es que cuando llegó no sólo se adaptó rápido al club y al fútbol argentino, sino que de inmediato se transformó en una de las principales armas de aquel equipo de Miguel Angel Russo. Sin dudas fue uno de los pilares del Central campeón de la Copa de la Liga 2023.
Fueron esos rendimientos, esos goles, esas asistencias lo que le metieron a los dirigentes una obligación enorme a la hora de la ejecución de la opción de compra, más allá de que la dilación que hubo no tuvo que ver con algo mal hecho por el lado de Central, sino por un montón de situaciones satélites que atentaban contra la continuidad del tumaqueño en Arroyito. En ese momento Campaz era necesario para el equipo, para Russo, para los dirigentes y, por supuesto, para los hinchas.
El informe de Ovación sobre aquel Campaz
Sencillo de explicar: a fines de ese 2023 glorioso para Central, Ovación publicó un informe sobre lo importante que era la continuidad del colombiano en Arroyito, con el dato contundente como disparador respecto a que Campaz había participado en 12 de los 20 goles que el Canalla marcó en ese torneo en el que fue campeón. Fue con goles, asistiendo o, también, formando parte del tejido de la jugada.
Y tras arduas negociaciones llegó su estadía en el Central que transitó todo 2024 con altibajos pronunciados, de los que Campaz también fue parte. Su nivel ya no fue el mismo, en un equipo que comenzó un proceso de involución que terminó con el ciclo Russo, que se consumió a Matías Lequi y que provocó la llegada de Holan.
Y es justamente Holan el encargado de armar un Central competitivo, que aspire a cosas importantes, pero para eso todos deberán dar un poco más, incluido Campaz. De lo que no caben dudas es que el colombiano es el jugador desequilibrante por naturaleza, el que puede hacer que el 9 sea el que se luzca.
Si no aparece una oferta tentadora capaz de propiciar su salida, Campaz es “el” jugador a recuperar.