Ahora parece algo lejano, pero de entrada hubo roce de los jugadores con Ariel Holan, escenificada por el ídolo que se fue: Marco Ruben. Pero ya en ese 0-4 con River, se vio que el técnico archivaba algo que sonaba a capricho: imponer la salida con el pie desde el fondo, para un equipo no acostumbrado a eso y en un mal final de año. Corrigió, se dio cuenta, se lo hicieron notar y Central se enfocó en lo que realmente importaba: recuperar lo que se sabía que tenía. Por eso hoy está tan bien en la semana del clásico.
Ahí estuvo el verdadero acierto del técnico, quien tras el triunfo ante Belgrano y cuando ya Broun si tenía que revolearla la revoleaba, dijo que lo iba a ocupar lo físico de ahí en más. Correcto, si algo penó el equipo en 2024 fue en eso, en sus jugadores importantes, ninguno de los cuales terminó el año en cancha por lesiones musculares, sobre todo tras un calendario exigente al mango y sin la preparación adecuada en enero.
Y no porque el que inició el 2024 haya fallado, sino porque Central jugó dos finales a finales de diciembre de 2023, estuvo de merecidos festejos y encima cuando volvió casi sin descanso se sometió a una pretemporada en Uruguay con partidos amistosos de los “oficiales”, de 90 minutos. Eso lo pagó, sin dudas.
Holan recuperó a las piezas clave
Por eso Holan, después de tratar de imponer criterios propios en momentos inoportunos (como Mariano Soso en Newell’s, con todo tipo de rotaciones en un plantel que recién se está armando y viene de fracasos), logró lo que veía. Recuperó físicamente a los futbolistas clave y todo cambió. No fue magia.
Ni necesitó poner a los refuerzos, más allá de la muy buena impresión que dejó Federico Navarro con el Decano. Los “refuerzos” fueron la dupla Mallo-Quintana en la zaga central, y la sociedad Malcorra-Campaz jugando cerca uno de otro, como debe ser (pensar que alguno los separaba). Solo con eso, dio un salto gigante.
Mayor avidez ofensiva en Central
El equipo que llevó Russo a la gloria apareció de nuevo, con más rapidez, con más avidez ofensiva. Con algunas lagunas, como en ese comienzo del complemento ante Atlético Tucumán que deben ser atendidas, pero que también mostraron otra faceta interesantísima: la capacidad de reaccionar.
En definitiva, hay equipo en Central y el único refuerzo que se vio con tiempo, impresionó bien. Con mucho menos movimientos de los que se vieron en el Parque, hoy está mucho mejor enfocado para el clásico.