Central es un equipo que parece “dormido”. Suena ofensivo, pero el calificativo es útil para reflejar la rapidez con la que le hacen goles al conjunto auriazul en muchos de los partidos que disputó desde que lo conduce Matías Lequi. La conquista de Independiente Rivadavia, a los 2’, de Victor Ramis, fue uno más de los goles tempraneros que le señalaron.
Esta fue la cuarta presentación del conjunto auriazul, de los 15 partidos que lleva con Lequi, en la que recibió goles en los tres primeros minutos. Es algo poco común y que atenta con la chance de mejorar la campaña.
Los números en este aspecto son por demás de llamativos si se tiene en cuenta, además, los partidos en los que sufrió goles antes del cuarto de hora: 6 de 15.
Lo más preocupante es que esta situación condicionó al equipo auriazul y lo llevó a perder muchos puntos. En esos 6 partidos que le anotaron en los primeros 15 minutos, 3 los empató y los otros 3 los perdió.
Desde el tercer partido del ciclo de Lequi, Central empezó con esta falencia. Fue en el partido de ida por los octavos de final de la Copa Sudamericana. Marinho anotó a los 2’ para Fortaleza. Ese enfrentamiento en el Gigante culminó 1 a 1.
La misma situación se repitió en la Bombonera. Boca se puso en ventaja con un tanto de Cristian Lema, a los 3’, de tiro libre. Y a los 14’ estiró el marcador Brian Aguirre. Central perdió 2 a 1.
De inmediato, el conjunto auriazul recibió a Talleres y la historia fue la misma. A los 3’, también tiro libre, le señaló Matías Catalán. El resultado final fue 2 a 2.
Y como no hay dos sin tres seguidos para Central, al partido siguiente, frente a Platense en Vicente López, Guido Maneiro festejó un gol a los 9’. Con esa conquista, el Calamar superó al conjunto canalla por la mínima diferencia.
Pasó el triunfo canalla frente a Vélez por 3 a 0 en el Gigante y a continuación, la historia frecuente. Defensa abrió el marcador a los 11’, con gol de Juan Miritello. El mismo futbolista aumentó a los 14’. El descuento de Central no alcanzó. Perdió por 2 a 1
Hubo tres presentaciones de Central sin sufrir en su arco goles rápidos, hasta el tanto de Ramis en Mendoza.
Es un condicionante muy grande empezar perdiendo. Implica redoblar esfuerzos desde muy temprano para equilibrar el marcador. Así se hace todo doblemente cuesta arriba para enderezar el rumbo.