Adiós a un año malo, para olvidar en el corto tiempo o, en el peor de los casos, para recordarlo a pleno en esto de no repetir lo que fue este 2024 aciago, con más tildes en el debe que en el haber. Pero fue con un triunfo al que se le puede cargar una pequeña pizca de maquillaje, pero que en realidad no lo es. Todo en medio de la enorme tristeza que vivió el hincha de Central por la despedida definitiva de Marco Ruben, quien se quedó con las ganas de convertir, algo que indudablemente le hubiese dado a la tarde plomiza de Arroyito otro color. Si hay algo bueno para rescatar en ese pedazo de historia es que el goleador histórico de Central pudo retirarse pudo irse con su equipo sumando de a tres, cosa que hacía mucho tiempo no lograba.
Otra vez la postal de un Gigante con una apariencia rara, con la popular de Regatas sin público por la clausura del tribunal de disciplina de la AFA y con el resto de las tribunas evidenciando el miedo de muchísimos hinchas a la hora de concurrir al Gigante.
Puede parecer algo anecdótico, pero es parte intrínseca de la vida de este Central que transcurrió un 2024 en el que las cosas no le salieron ni por asomo. Porque ese cúmulo de expectativas que se fijaron en el inicio de la temporada de a poco se fueron desvaneciendo. Todo en Arroyito fue algo así como una pompa de jabón.
Sin pelear por nada
No había absolutamente nada por lo que pelear en esta última fecha del torneo y ese sentimiento fue lo que vivió en la previa de esta despedida, que no fue diferente a lo que viene ocurriendo desde hace un buen tiempo.
Hoy hay que decirlo con todas las letras: este Central se fue desenamorando poco a poco del protagonismo y las consecuencias siempre fueron evidentes. El hincha muchas veces lo hizo notar a través de su fastidio y en el medio algunas tomas de decisiones importantes por parte de la comisión directiva después del alejamiento de Miguel Angel Russo. Primero con la apuesta por Matías Lequi y después con la búsqueda urgente de Ariel Holan.
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En el medio, un montón de buenas intenciones, pero un montón también de actuaciones que fueron llevando al equipo a una situación de intrascendencia absoluta. Es difícil afirmarlo, pero ¿qué hubiese pasado con Ruben más protagonista en este nuevo proceso, dentro de un equipo con un andar más sólido? Por ahí había seis meses más del goleador histórico. Pero no fue así.
Sólo por Marco
Y fue justamente la despedida de Marco Ruben lo que le puso el verdadero peso a este último partido de la temporada. Por eso lo que más se escuchó en la tarde de Arroyito fue el “olé, olé, olé, Marco, Marco” que atronó en más de una oportunidad, ya desde la misma entrada en calor previo al partido.
Nadie puede dudar de que un gol de Marco le hubiese puesto otros ribetes a esta victoria, pero no pudo ser. Y la imagen del 9 con la pelota en la mano, esperando a ver qué determinación tomaba el árbitro Fernado Espinoza tras ser llamado por sus colegas del VAR, fue una de las más fuertes. Lo cierto es que Marco tuvo que dejarla porque la sanción volvió atrás.
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Fueron segundos de tensión sobre el final, en esa pelota que partió de la zurda de Sández y viajó directamente a la cabeza de Ruben, pero el cabezazo fue débil.
De haber sido, Ruben se hubiese retirado con gol incluido, como lo hizo aquel 7 de mayo de 2022, pero en un estadio víctima de una sanción y con muchísimos menos hinchas que lo habitual.
Y que el centro de atención haya sido él tiene un por qué, que no es otra cosa que esa despedida de año sin objetivos a la vista. Adiós a un mal año en Central. Adiós a Marco Ruben, quien al menos se fue con su Central ganador.