Pasan las fechas, cambian los rivales y en la vida de Central la exigencia es la misma de siempre. Aburre en cierta forma repetir palabras e ideas, pero el presente del equipo hace que la mirada sea siempre la misma. El Canalla tiene una vez más una cita con la victoria y es algo que comienza a ser impostergable. Fácil de analizar: con 24 puntos por delante, el equipo de Matías Lequi está a 10 de la clasificación a Copa Sudamericana y con muchos equipos por encima. Esto es, debe ganar o ganar. Y el escollo en esta oportunidad se llama Barracas Central, al que recibirá en la noche de este jueves en el Gigante (a las 21.15 y con arbitraje de Nicolás Lamolina), tratando de dejar atrás esa racha de tres partidos sin triunfos.
Una victoria en su estadio contra el Guapo es lo que de alguna forma le daría cierto valor a lo que fue el pálido empate que logró hace unos pocos días en su visita a Instituto de Córdoba. Es lo que generaría nuevamente una pizca de esperanza de cara al único objetivo que le quedó en pie en este 2024 más que olvidable. En caso contrario, ya el final de la temporada empezaría a quedarle allá a lo lejos, con partidos por jugar, pero por el sólo hecho de cumplir con el fixture.
Hace ya un largo tiempo que Central no depende de sí mismo para alcanzar la clasificación a la próxima edición de la Copa Sudamericana, pero hay algo que tiene muy en claro: para creer que todavía puede, debe cumplir con su parte, que es ganar.
RC2SSM.jpg
Enzo Copetti sigue sin poder reencontrarse con el gol y los hinchas de Central esperan que eso pase.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Y en ese terreno este Central viene con el paso cambiado, potenciando las dudas partido a partido. Es que la parte que le toca no la está cumpliendo y es eso lo que lo viene privando de esa escalada en la tabla acumulada que no logra dar ni por asomo.
La fe canalla cuando se juega en Arroyito
Como suele sucederle semana de por medio, la fe se motoriza por el simple hecho de jugar en el Gigante de Arroyito, donde se mantiene invicto desde que Lequi tomó las riendas del equipo, pero viene de un pálido antecedente, por lo que allí también deberá establecer un mínimo de crecimiento.
>>Leer más: Cómo llega Barracas al partido contra Central
Barracas Central es hoy el peor equipo de la Liga Profesional, lo dicen los números (marcha último en la tabla de posiciones). Ahora, buscar incentivos desde ese costado no sería un buen ejercicio, por la sencilla razón de que Central perdió hace un par de fechas con el segundo peor equipo (Defensa y Justicia) y no pudo ganarle a otro de los más austeros como lo es Banfield, con el agravante de que ese partido fue justamente en Arroyito.
De igual forma, que este Barracas Central sea el rival de turno invita a suponer que a Central no le queda otra que marcarle la diferencia. Puede resultar traicionero analizarlo desde esa óptica, pero peor sería, en un contexto de lógica absoluta, tener que enfrentar a uno de los protagonistas del torneo. Es un paso prácticamente obligado el que tiene que dar.
RC3SSM.jpg
En el último partido en el Gigante, Central no pudo sumar de a tres. Igualó frente a Banfield.
Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Encima, Lequi no contará con todo el potencial del equipo y por eso tuvo que meter mano y cambiar piezas, sobre todo en un sector clave como lo es la zaga central (Facundo Mallo y Carlos Quintana llegaron a la quinta amarilla). Tampoco tendrá a disposición a Jaminton Campaz. Claro que influye la ausencia de algunos futbolistas, pero la urgencia es tal que lo de los nombres propios parece algo secundario.
La necesidad puede tener cara de hereje, pero en Central la cosa no está como para ampararse en ese tipo de cuestiones. Porque las necesidades las tiene, porque son evidentes y porque no le queda otra que abrazarlas y echarse a caminar de una vez por todas.
El tiempo ya comenzó a ser un tirano de aquellos, por eso es hoy contra Barracas, para que haya un mañana por el que pelear.