Para el olvido. Tres palabras para una gráfica implacable de lo que fue el debut de Holan en un Gigante de Arroyito con una fisonomía extraña y un ambiente nocivo. Claro, la respuesta del equipo desde dentro de la cancha fue lo que más irritación causó. Porque lo que hizo Central fue decididamente malo, con una apuesta del DT que no funcionó y con un par de errores propios que resultaron un tiro en el pie. Porque se puede perder frente al campeón de la Sudamericana, pero ofrecerle el triunfo (fue 2-0) en bandeja es otra cosa y eso fue lo que hizo este Central que, a todas luces, retrocedió un par de casilleros.
La baja intensidad del inicio hizo que a ambos equipos les costara meterse en partido. Y Central renegó bastante para lograrlo, porque estaba claro que el juego no le fluía. La intención de la pelota al pie y la salida limpia estuvo clara desde el principio, pero le costaba llevarla a la práctica, en parte porque había una buena presión de Racing en tres cuatros.
El cambio de esquema hizo que todo fuera bajo estructuras demasiados rígidas, con las dos líneas de cuatro bien definidas y Copetti y Ruben allá arriba, aislados. Por eso las pocas situaciones o algo que genere cierta expectativa.
Lovera se conectaba y se iba de partido, del otro lado Jonatan Gómez era más ímpetu que juego, Ibarra obstruía todo lo que podía y Caramelo Martínez trataba de administrar, pero todo era demasiado liviano. Al igual que Racing. Porque el campeón de la Sudamericana recién rompió un poco la modorra en esa arremetida de Solari que Coronel salvó de manera providencial.
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Recién sobre los 20' Central intentó algo más o menos interesante, con ese pase profundo de Jonatan Gómez que Copetti no alcanzó entrando por derecha. Y ante la falta de circulación y juego las más claras fueron de pelota parada. De un córner de Lovera, Sández la estrelló en el palo y Maravilla Martínez la tiró afuera. De ese córner (también de Lovera), llegó el cabezazo de Barbieri al primer palo para la entrada de Copetti, quien le dio con el techo de la cabeza y la tiró por arriba del travesaño.
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No lo pueden creer. Barbieri, Ruben y Sández se lamentan por una situación malograda por Central.
Celina Mutti Lovera / La Capital
A partir de ahí Central se acomodó y mejoró, aunque poquito, su formato de equipo, al menos con algo más de preponderancia que su rival. Estalló el Gigante con el cabezazo goleador de Marco Ruben, pero el VAR le dijo a Dóvalo que hubo off side de Copetti. Un final conversado y con los ánimos un poco más alterados, pero con una igualdad que no le caía mal al trámite.
La mejor imagen del canalla se desvaneció
Esa mejor imagen que dejó el Canalla en el final del primer tiempo se hizo añicos en el inicio del complemento. Esa salida fallida desde el fondo de Caramelo Martínez cuando iban apenas dos minutos y que terminó en el centro de Martirena y el gol de Vietto fue el principio del fin. Es que el equipo entró en un tobogán futbolístico y emocional llamativo, condicionado en parte por el mal manejo del partido del árbitro Dóvalo, haciendo que los ánimos se exasperen cada vez más. Igual, los problemas de Central eran más futbolísticos que de otra índole. De otra mala entrega de Martínez llegó el remate alto de Solari.
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A partir de ahí, las detenciones permanentes, los nervios y el ir por ir, pero sin la más mínima idea. Ni hablar después de que el Canalla se quedara con uno menos por la expulsión de Sández.
A Broun le avisaron con un remate desde lejos, lo que hubiera significado un tiro en el pie. Y en el final de los 90' llegó ese error garrafal de Fatura, quien enganchó e intentó despejar de zurda, pero lo hizo de manera tan débil que le quedó servida a Maravilla Martínez. Zurdazo sutil por encima de uno canalla y partido prácticamente liquidado, pese a los 10' de adición que dio Dóvalo.
Lo que quedaba no era otra cosa más que sufrimiento para Central. Porque dos goles abajo y en inferioridad numérica sólo se dedicó a aguantar como podía. Broun le tapó un remate a Carbonero y un tiro libre al primer palo a Baltazar Rodríguez.
Pero la cosa ya estaba juzgada y frente a la ya casi indiferencia por parte de los hinchas llegó ese tiro libre de Coyote Rodríguez que dio en la base del palo izquierdo de Arias. Pero llegó también el final de un partido triste para Central, en el que jugó mal y pagó carísimo sus propio errores. El debut de Holan en el Gigante fue verdaderamente par el olvido.