Si Central llegó a la mitad del torneo Apertura en los puestos de vanguardia, como uno de los principales protagonistas y con la enorme ambición de clasificarse a los octavos de final, es porque algo bueno hizo hasta aquí, justo la mitad del recorrido, momento en el cual puede ya trazarse un balance de lo que fue el andar canalla. Y claro, ese trayecto del equipo involucra también lo que fue la derrota del viernes por la noche en La Bombonera, en lo que fue, a todas luces, la peor puesta en escena del equipo de Ariel Holan. En números, esa mitad del torneo encuentra a Central es un sitio como para sacarse el sombrero, amén de que los últimos rendimientos estén mostrando algunas señales de alerta.
Si a cualquier hincha de Central le hubiesen puesto un contrato enfrente antes del inicio del torneo diciéndole que el equipo iba a perder el invicto recién en la fecha 8, lo hubiera firmado. Es que en cierta forma este equipo está superando las expectativas que había en la previa, cuando era toda una incógnita cómo podía responder el Canalla con la base del equipo que tan mal había funcionado el año pasado.
Lo cierto es que Central hoy puede darse el lujo de estar en los puestos de arriba, de ser uno de los principales animadores de su grupo y de encarar la segunda rueda con las mejores expectativas. Entre otras cosas, lo hecho hasta aquí incluyó el clásico, que terminó con victoria.
A mitad de camino, Central demostró un andar que arrancó con toda la furia y que de a poco se fue apagando, al memos en lo que hace a intensidad y volumen de juego. Y las señales más claras son las de los últimos partidos, donde el equipo tuvo la enorme virtud de ganar, pero lo hizo haciendo lo mínimo indispensable.
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Los jugadores de Central, con la mirada en el piso tras la conquista de Boca. El Canalla se quedó sin invicto.
Marcelo Bustamante / La Capital
Claro, cómo explicar o intentar hablar de una merma futbolística si uno de esos partidos a los que se hace referencia es nada menos que el clásico, donde los músculos se tensan más de la cuenta, los nervios juegan y, sobre todo, donde el resultado en definitiva es lo único que cuenta. Pese a todo ello, ese partido en el Coloso el Canalla lo ganó con un libreto totalmente distinto al que había mostrado en partidos anteriores. De hecho, los goles llegaron por sendas jugadas de pelota detenida. La alerta no alcanzó a visualizarse por completo, y está bien que eso haya sucedido, por la simple razón de que la alegría pudo más que todo.
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Lo del Canalla ya venía en baja
Ya con Sarmiento la cosa ameritaba otro tipo de análisis, porque también fue victoria (en medio de un clima festivo por el triunfo en el clásico), pero sufrida por cierto. A Central le costó mucho también ganarlo frente a uno de los equipos más endebles del torneo y lo logró sin que le sobrara absolutamente nada. A cinco minutos del final ver a Holan mandando a la cancha a Juan Giménez en lugar de Enzo Copetti fue el mejor indicador para el análisis.
Objetivamente, no podía ser mejor el escenario para ir a dar ese pasito rumbo a la mitad del torneo a una Bombonera que se intuía iba a estar encendida y ante un rival futbolísticamente golpeado y anímicamente de rodillas. Central tuvo mucha responsabilidad de lograr que este Boca no sólo se pusiera de pie, sino que estuviera a nada de golearlo.
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La victoria en el clásico, de visitante, fue uno de los grandes impactos positivos que tuvo Central.
Marcelo Bustamante / La Capital
En la previa a ese partido, la sensación fue de que era un momento propicio para demostrar porqué el protagonismo, y también personalidad. Claramente el tiro le salió por la culata a un Central que le faltó de todo en La Bombonera, desde juego hasta convencimiento. Incluso inteligencia de parte de su entrenador para corregir mucho antes el error que cometió en la apuesta por un esquema que en lo que va del torneo no había utilizado nunca. Holan cambió lo que estaba bien y le fue mal.
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El paso por La Boca
No hay manera de dejar fuera del análisis lo que fue este paso en falso ante Boca porque es parte del recorrido y, entre otras cosas, porque resulta un gran toque de atención. Por supuesto que es recién el primer tirón de orejas que recibe el equipo auriazul, ante un rival siempre complicado y que fue en una cancha históricamente difícil para el Canalla, pero resultó significativo.
Tampoco es cuestión de quedarse con esta última imagen, aunque es la que más pesa. Porque mucho antes de esto hubo algunas otras cosas que mostró el equipo y que fueron realmente buenas. Hubo buenos rendimientos, tanto de local como de visitante, que fueron potenciado el fútbol, el ánimo y la confianza de todos.
Puede parecer un paliativo insulso, pero Central perdió por primera vez de visitante en su quinta excursión en el torneo, después de su visita a Godoy Cruz, San Martín de San Juan, Deportivo Riestra y Newell’s. Eso también fue pieza clave para que esta primera mitad de torneo llegara acompañada del protagonismo. Deberá demostrar de aquí en más que salir del Gigante ya no le cuesta tanto.
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Malcorra y Duarte celebran ante Atlético Tucumán. En el Gigante la efectividad es del ciento por ciento.
Celina Mutti Lovera / La Capital
Deberá demostrar también lo que supo conseguir en Arroyito, donde seguramente vive uno de los pilares de esta campaña. Con una efectividad del ciento por ciento (venció a Lanús, Atlético Tucumán y Sarmiento), el equipo volvió a parecerse al de aquel tremendo 2023 de la mano de Miguel Angel Russo.
Los números de Central en la primera mitad del torneo
¿Un resumen cortito respecto a números? Central sacó hasta aquí el 70 por ciento de los puntos disputados (17 sobre 24); de los ocho que jugó ganó 5, empató 2 y perdió 1; convirtió 11 goles y le marcaron 4; efectivo ciento por ciento en condición de local.
Pero alrededor de los números hay muchas otras cosas, algunas buenas y otras no tanto. De todas ellas Holan y los jugadores sabrán tomar nota para ver dónde están parados hoy y qué les será necesario profundizar o corregir para encarar lo que se les viene.
Pasó el partido con Boca y, se insiste, las expectativas de ver un Central que demostrara carácter y personalidad quedaron truncas. Parecía la ocasión ideal para cerrar esta primera mitad de torneo con un golpe sobre la mesa, pero no fue así.
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El recorrido canalla se inició en Mendoza, ante Godoy Cruz, con goleada incluida.
Marcelo Bustamante / La Capital
Lo que atesoró ya el equipo de Holan
De todas formas, este equipo de Holan cuenta con capacidad de haber atesorado ya una cantidad de puntos más que importantes, que lo siguen teniendo a un par de pasitos de la clasificación con la mitad del campeonato por delante.
Al equipo le dolió la derrota en cancha de Boca, sobre todo porque en gran parte del partido no estuvo a la altura, y frente a una semana larga de trabajo siente que ya en el próximo partido deberá demostrar contra Talleres que la de La Bombonera fue una mala noche (se recuerda una vez más que el equipo ya venía de dos partidos bastante chatos desde lo futbolístico) y parecerse al de los siete partidos anteriores.
Central ya jugó sus primeros ocho partidos y la sensación que dejó es que, con algunos altibajos y un declive evidente en los últimos encuentros, el envión que supo ya conseguir debiera llevarlo a la otra orilla.