Funcionario en Tucumán desde 2021
Subsecretario de Deportes tucumano a partir de 2021 y secretario desde noviembre de 2023, planteó que “el Estado tiene que estar presente” en el deporte. Y subrayó que “el club tiene que ser de los socios”, y que el avance de las sociedades anónimas deportivas es consecuencia del “ahogo” económico que sufren las instituciones.
—Tu pasado futbolístico en Rosario, ¿sigue presente en vos aunque ahora estés cumpliendo otro rol?
—Me sirvió en todo. Si soy funcionario es por el rol que ocupé de mánager en Atlético Tucumán durante 9 años. En Atlético había estado cuatro años como jugador y en ese tiempo aprendí su ADN. En el club desarrollé una gestión deportiva, con un equipo de trabajo que fuimos creando de la nada. El proyecto que existe en Atlético Tucumán, superador en la región, fue a partir de la bases que sentamos con mi equipo, y a partir de la decisión política de la actual dirigencia. Nos fue bien. En primera división hubo un crecimiento exponencial. Ascendimos, jugamos copas internacionales y vendimos jugadores de inferiores que se iniciaron bajo nuestro proceso. Generamos un proyecto que hoy se encuentra establecido y es muy sólido. Eso llevó a que hoy sea funcionario. Pero todo lo que yo generé de la nada fue por lo que aprendí en Central desde que llegué a Rosario a los 15 años. Todo eso hizo que aplique lo que me enseñaron grandes personas del deporte en Central.
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Diego Erroz fue jugador de Central, entre otros clubes, y mánager de Atlético Tucumán. Se manifestó en contra de las SAD.
Virginia Benedetto / La Capital
—¿Cuánto te sirvieron esas enseñanzas?
—Siempre digo que tuve la suerte de tener una base sólida para irme a Rosario con 15 años y resolver por mi cuenta. Era otro contexto. No había comunicación, celulares. Ayudó también que fui con mi primo. Esa pensión de Central me enseñó. Tuvimos carencias, pero éramos todos felices en busca de un sueño. Estábamos en la Ciudad Deportiva de Baigorria, que no era lo que es hoy. Fue una experiencia única y linda, que también es parte de lo que aprendí, de lo que soy y de lo que hoy llevo adelante.
"El Patón Bauza fue el que más me marcó"
—¿Quiénes fueron los entrenadores que te marcaron en Central?
—Hijitus Gómez, que fue mi primer entrenador, el Nene Fernández, Don Ángel (Zof), Daniel Teglia, que fue muy importante para mí en inferiores. Daniel me enseñó mucho. Transmitía tranquilidad. Lo tuve al Flaco Menotti, un fuera de serie. Pero el Patón (Bauza) fue el que más me marcó. Estaba de coordinador y después de técnico de primera. Me hizo debutar. Me castigó cuando lo tuvo que hacer (sonríe), y me dio una mano cuando lo necesité. De todos tomé un poco y me fui formando para luego llegar a ser coordinador.
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—Mencionaste a técnicos históricos de Central, Bauza y Menotti. También tuviste a Miguel Russo.
—Miguel fue el técnico que me puso en reserva. Lo tuve poco porque se fue del club. Después volvió a dirigirme. Fue mi último técnico en Central. No tuve mucha continuidad, hubo un conflicto con la dirigencia y me fui. No fue una etapa muy linda para mí. Pero Miguel, como los otros, son personas que le hicieron muy bien al fútbol, por cómo se manejan, de frente y de manera simple.
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Diego Erroz planteo la necesidad de un Estado presente para la promoción y desarrollo del deporte.
Virginia Benedetto / La Capital
—Si tenés que elegir, ¿con cuál DT te sentías más cómodo para jugar?
—Tengo tres. El Patón es uno. Pocas veces tuve un técnico tan ganador. Te mandaba a ganar a todos lados. Eso al jugador lo marca. Otro es Menotti. Tenía una gran visión del fútbol y un mensaje simple. En esa época, fue un adelantado. También uno que no es de Central, es del otro lado (sonríe), el Indio Solari. Lo tuve en Tiro Federal y en Atlético Tucumán. Acá salimos campeones (Argentino A 2007-2008, ascendiendo a la B Nacional). El Indio me trajo a Atlético. Fue otro adelantado. Aprendí mucho, me enseñó a manejar mi puesto, que él conocía (de su época de jugador). Todo lo que puedo saber, conocer y desarrollar en el fútbol y en el deporte, me lo transmitieron ellos.
"Fue una etapa muy linda"
—Jugaste en el Central del Patón que fue subcampeón en 1999 y semifinalista de la Libertadores 2001. A la distancia, ¿que dimensión tiene todo eso?
—Fue una etapa muy linda, pero nunca me quedo estancado en el recuerdo. No sé si está bien o mal. Cuando me traen esos recuerdos, entonces sí transmito lo que sucedió. Incluso tengo muchos amigos tucumanos futboleros que me preguntan de esa época. Y se los cuento con mucho orgullo. Salvo cuando volvió a Central el Patón, o Miguel ahora último, no sé si hubo una etapa tan competitiva de Central como en esa época. Fueron momentos únicos, como la semifinal de la Libertadores con Cruz Azul en el Gigante (3-3, en la ida fue 0-2), donde no viví nada parecido. O como pelear el título con River (1º) y Boca (3º) y ser subcampeones, después de un gran sprint, con la cancha que se caía abajo cada vez que jugábamos. Que ustedes vengan y me pregunten del pasado es porque algo hicimos en el club y quedó en el recuerdo. Pero siempre miro hacia adelante. La vida del futbolista es cortita, te tenés que reinventar y no podés quedarte en lo que sucedió, porque se sufre el cambio de vida. Es brusco.
Embed - América vs Rosario Central. 2001. Copa Libertadores. 4tos de Final.
—Antes te referiste a distintas personas que te influenciaron, ¿fue solo iniciativa de ellos o atrás existía un club con una estructura y organización que les facilitaba el trabajo?
—Yo mamé todo eso porque existía una estructura, había códigos, una manera de transmitir, de enseñar y de formar. El Patón te formaba porque a su vez él te transmitía todo lo que vivió en el club, que era desde el derecho de piso que tenías que pagar cuando llegabas a la pensión o a la primera. No sé si eso estaba bien o mal, pero fue lo que me tocó vivir, y hoy esa formación no existe. Es distinta. Me quedo con aquella otra.
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—¿Seguís en contacto con algunos ex compañeros?
—Un poco. Siempre que viene Central con las inferiores a Tucumán los voy a ver. La última vez estuve con el Flaquito Lequi y hablamos con Tombo (Laureano Tombolini), que entrena los arqueros, el Chuequito García, el Fer Lanzidei. A veces hablo con el Rafa Maceratesi, Ivan Moreno. También tenemos un grupo con los chicos de la pensión. Uno es el Colo Vacaría, que vivía conmigo en la habitación de la pensión y es padrino de una de mis hijas.
"Juan Pizzi te enseñaba todo"
—¿Cuál es el futbolista al que le tenías total confianza porque sabías que era capaz de afrontar cualquier tipo de partido?
—Juan Pizzi. Absorbía toda la presión. Había estado en Europa y él te enseñaba todo, desde como estar adentro de un vestuario a cómo manejarte. Incluso en los partidos era muy importante cómo te exigía. Fue muy rico tenerlo de compañero.
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Diego Erroz lleva la pelota en un partido entre Central y Boca jugado en el Gigante.
Marcelo Bustamante / La Capital
—Estuviste también en Tiro Federal en distintas etapas, en el Nacional B (2003-2004) y luego en primera (2005-2006), descendiendo en esa misma temporada.
—Esta fue la etapa más fea de mi carrera. Jugué dos partidos. Me rompí el cruzado contra Newell’s (1-2) en la 2ª fecha. Tuve tres operaciones. Los kinesiólogos que se ocuparon de mi rehabilitación hasta pensaron que no volvería a jugar. Pero la primera etapa en Tiro fue linda (Nacional B 2003-2004). Ahí lo conozco a Solari. Armó un equipo que jugaba bárbaro. Tengo muy buena relación con el presidente de Tiro (Carlos Dávola).
—Por lo general, los futbolistas no están muy involucrados en política. ¿Cómo nació este interés para llegar a convertirte en secretario de Deportes de la provincia?
—Mi familia siempre fue peronista. Mi padrino fue legislador, ministro, intendente. Mi primo fue intendente y es actual legislador. Yo mamé desde chico todo eso, pero cuando me fui de mi pueblo para jugar al fútbol es como que no milité más. A partir de la relación de trabajo con el presidente de Atlético Tucumán (Mario Leito), hoy legislador de la provincia, y con su sobrino Gonzalo Carrillo, actual vice del club y concejal de San Miguel de Tucumán, me invitaron a estar con ellos. Como están relacionados con el deporte, se armó un proyecto de política deportiva que gustó y así fue que me eligieron. Llevamos un año de gestión. El actual gobernador (Osvaldo Jaldo) tiene una mirada importante hacia el deporte. En la política encuentro una herramienta de transformación única.
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Diego Erroz habla durante un acto oficial del gobierno provincial de Tucumán.
—¿Cuál es la principal preocupación para el deporte tucumano?
—Estuve en la elite del deporte toda mi vida, pero hay otras disciplinas que son amateurs y en las que el Estado tiene que estar presente, porque sino no se pueden desarrollar. El gobernador nos pidió que federalicemos el deporte en la provincia, porque estaba muy centralizado en la capital. Estamos en ese proceso, en el primer año de gestión, y en la que es la peor crisis de la historia del país.
"El club tiene que ser de los socios"
—¿Cuál es la posición del gobierno con respecto a la sociedades anónimas deportivas en los clubes?
—No hemos hablado mucho de ese tema en el gobierno, pero te doy mi posición. El club tiene que ser de los socios. Los socios son los que tienen que elegir la manera en que los conduzcan. Lo malo es que las SAD llegan cuando empiezan a ahogar a los clubes. Y a los clubes no les queda otra que llegar a eso. Acá tenemos dos clubes importantes, San Martín y Atlético, que son de los socios, se administran muy bien, crecen constantemente. Las SAD no hacen falta, menos a clubes como Central o Newell’s.
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—¿Cómo sobrellevás que algunos te puedan cuestionar que sos funcionario de una provincia que no es en donde naciste?
—Con lo único que lo podés contrarrestar es con trabajo. Los que piensan así no los convencés hablando, sino con acciones y generando un desarrollo deportivo. Igual yo llegué a Tucumán en 2007 y no me fui más, salvo un año que trabajé en las inferiores de Central durante seis meses. Acá me instalé, formé una familia y me desarrollé. En el fútbol es trabajo y resultado. En política, igual.