El GP de Australia de 1998 marcó el debut de Esteban Tuero en la Fórmula 1 con solo 19 años y las pasó todas. Un repaso de un finde inolvidable.
Por Gustavo Conti
Esteban Tuero en los boxes de Melbourne, por los que debió pasar dos veces por sanciones durante el GP de Australia, su debut en Fórmula 1.
Los autos apenas se movieron y ya Tuero se abrió para esquivar a Jarno Trulli.
El 15 de marzo de 1998 es un día que seguramente quedó grabado a fuego para Esteban Tuero. Con solo 19 años llegaba a la Fórmula 1 y desde el mismo momento en que empezó la acción del GP de Australia las pasó todas hasta que el motor de su Minardi dijo basta en una carrera que merece ser repasada.
A Tuerito le faltaba un mes para cumplir 20 años (tenía 19 años, 10, meses y 14 días) y ese día se transformaba en el tercer piloto más joven en debutar en la Fórmula 1, detrás del neocelandés Michael Thackwell y del mexicano Ricardo Rodríguez. Ahora ya quedó en el 9º lugar de la tabla que lidera Max Verstappen.
El piloto de Caballito fue el mimado de Giancarlo Minardi, cumplió toda la temporada 98 y hubiera empezado la 99 si no hubiera pegado el portazo poco antes de empezar la pretemporada. Pero esa es otra historia, como que además estaba en la mira de un tal Flavio Briatore. Sí, el mismo que 27 años después fue por Franco Colapinto.
Tuero y en el 2000 y 2001 Gastón Mazzacane, fueron los únicos argentinos que corrieron un GP oficial de Fórmula Uno en Australia, que empezó en Adelaida y se mudó antes del fin de siglo pasado a Melbourne. Es más, el de 1998 fue el tercero en el veloz callejero.
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El viernes empezó mal para Esteban. Un despiste después de dar apenas 4 giros lo dejaba afuera de la primera tanda de ensayos, que entonces era de una hora y media. Ultimo, sin tiempos valorables, tuvo su bautismo de mala manera.
Pero el sábado Tuero realmente se destapó. Ya en la segunda y última tanda de entrenamientos fue el que más giró, todo por la mañana en Australia. Y pese a quedar 20º, detrás de su compañero Shinji Nakano que fue 18º, empezaría a sorprender a la hora de la verdad, en la clasificación.
Eran tiempos de mucha diferencia entre los que tenían motores de última generación con los que tenía Minardi, de tres o cuatro versiones más antiguas. Pero eso no le privó con ese Ford viejo de quedar 17º, a 4,636 segundos del mejor tiempo de Mika Hakkinen, que sería campeón ese año y el siguiente. Fue más rápido que Nakano, que quedó último a 5,291s.
Su impronta volvería a marcarla en la entonces tanda de tanques llenos, donde sorprendió a todo el mundo marcando el 12º lugar, a menos de 2 segundos de Hakkinen, mientras Nakano se ubicaba 21º.
El domingo por la tarde sin embargo le haría pagar en serio la inexperiencia en la máxima categoría. Antes que se apagaran los cinco semáforos rojos, Tuero ya había movido y debió abrirse hacia su izquierda para no embestir a Jarno Trulli.
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Tuero seguiría en pista varias vueltas pero en la 12ª debió parar en boxes a cumplir el stop and go por adelantarse en la largada. Estaba en ese momento 13º por varios abandonos.
Ahí cometió el segundo error, cuando quiso recuperar enseguida el tiempo perdido y se excedió de los 120 kph que era el límite de velocidad entonces en los pits. Además, perdía la vuelta a manos de Mika Hakkinen.
La sanción esta vez fue de una nueva detención de 10 segundos en boxes, que cumpliría en la vuelta 19. Volvería 15º y superaría a Ricardo Rosset (sí, el mismo que le robó el asiento a Norberto Fontana en Tyrrell). Y marcaría en el giro 20 su mejor vuelta: 1m 36,475s, siempre mejor que Nakano.
Pero el motor se le plantó tres vueltas más tarde y debió abandonar, quedando 15º en el clasificador final. Así terminó Tuero su debut en Australia. Un adelantado en todo sentido, para una temporada completa de 16 GP que serían los únicos.
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