El debut de Central en el Apertura 2025 con un contundente 3 a 0 fue el ideal, estuvo a la altura de las circunstancias y sorprendió a más de uno. Es que durante la pretemporada, con el blindaje mediático que impuso Holan, no se sabía cuáles iban a ser las señales que iba a entregar el equipo en tierra cuyana.
Los guiños habían sido positivos ya que los canallas habían ganado los tres amistosos que jugaron. Si bien fue un hecho relativo, no era lo mismo para este contexto recibir buenas que malas noticias en cuanto a los resultados de los partidos ante Colegiales, Almirante Brown y Central Córdoba de Santiago del Estero.
El mercado de pases puertas afueras parecía escaso. El mundo Central en su gran mayoría consideraba que era poco lo que se había incorporado e incluso no había nombres que invitaran al hincha auriazul a ir en masa a sacar un abono a platea, con el aditamento de que la situación general tampoco ayuda para este tipo de gastos.
La convicción de la Comisión Directiva de Central
Pero puertas adentros prevaleció la convicción. Donde tanto el entrenador, como el director deportivo Federico Lussenhoff y el presidente Gonzalo Belloso, consensuaron que lo más productivo iba a ser mantener a muchos de los jugadores que fueron campeones en 2023 y que durante 2024 no habían podido refrendar el por qué dieron la vuelta olímpica el año anterior.
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Holan hizo mucho hincapié en que este equipo necesitaba una pretemporada. Y al menos este primer capítulo le dio la razón. Porque el contundente triunfo frente al Tomba se consiguió sin ninguno de las dos incorporaciones que habían firmado planilla. Ya que tanto Juan Manuel Elordi como Enzo Giménez estuvieron en el banco de suplentes y no jugaron ni siquiera un minuto.
Ariel Holan no utilizó los refuerzos
Algo que llamó la atención, ya que el formato de partido, con un Central ya ganando 3 a 0 en el minuto 48, era el ideal para que estos dos refuerzos sumen minutos. Pero es el DT quien convive con los jugadores, quien sabe coómo están y quien proyecta una estrategia para dosificar los tiempos de juego de cada futbolista teniendo en cuenta el calendario que se viene.
No se puede tildar de batacazo el rotundo éxito canalla en el estadio de Gimnasia y Esgrima de Mendoza. Porque nombre por nombre, el plantel auriazul contaba con más jerarquía, y además el entrenador Ernesto Pedernera puso en cancha un equipo muy joven, e incluso en el entretiempo hizo tres cambios, y los sacó a Gonzalo Abrego y Vicente Poggi, quienes habían sido los abanderados del juego del Tomba en el último cuarto de hora del primer tiempo, donde los auriazules, respaldados por el 2 a 0, cedieron un poco el protagonismo.
Pero este triunfo cotiza en alza, teniendo en cuenta el karma de Central de los últimos dos años, cuando aún con estos mismos jugadores el torneo que fue campeón, los resultados de visitante dejaron mucho que desear.
La forma de jugar de este Central 2025 y lo que mostró Holan en los últimos cinco partidos del año pasado, invitan a pensar que a los canallas les va a caer mejor jugar de visitante que en el Gigante, donde tiene que ser más protagonista y no usar como arma letal el contragolpe como lo hizo luego de haberse puesto en ventaja.
Ahora hay que dar vuelta la página y no quedarse en los laureles. Fueron muchos los equipos de Central que fueron campeones en la primera fecha y después terminaron fracasando.
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El formato del torneo es traicionero
El camino es largo y el formato del torneo para los equipos que son muy protagonistas es muy traicionero. Porque Central, o cualquier equipo, puede hacer una gran primera fase en estos 16 partidos, pero luego si en octavos de final se tiene un mal día, se terina viendo el resto del torneo por televisión. La segunda estación es Lanús, el próximo martes desde las 19.15 en el Gigante. Luego tendrá que viajar a San Juan para enfrentar a San Martín el sábado 1º de febrero, para después ser local de Atlético Tucumán y luego visitante de Deportivo Riestra.
Todo esto antes del clásico ante Newell’s en el Coloso, para el cual faltan tres semanas exactas y que será, para bien o para mal, como todo clásico, un partido bisagra. Porque no va a importar cómo llegue a ese cotejo que siempre deja una huella.
Lo cierto es que Central tuvo un inicio casi perfecto. Ahora viene lo más difícil que es replicar ante Lanús en el Gigante, con el ojo observador de sus hinchas, esa buena actuación.