Newell’s se encuentra en una situación preocupante, entre otras cosas en el plano futbolístico. Requiere de una solución lo más pronto posible, para no tener que estar prestando atención a la parte baja de la tabla. A Cristian Fabbiani, elegido para conducir el equipo desde este miércoles, día que asumirá oficialmente como entrenador, le tocará la tarea de encauzar el rumbo.
Con lo que tiene, que no abunda en calidad. Experiencia al respecto tiene. Le dio una identidad a Riestra, con un fútbol práctico y rendidor, características que seguramente intentará que tenga la Lepra.
Fabbiani es un entrenador de estilo pragmático. Busca efectividad, preparando un equipo que sea “molesto” para cualquiera que lo enfrente, tal cual identificó en cierta oportunidad a Riestra, último club que dirigió, hasta el lunes pasado. Tal calificativo sirve también para entender lo que puede llegar a buscar de Newell’s desde un comienzo. A no darle margen de maniobra a sus rivales, obstaculizando todo lo que intenten y aprovechando al máximo cuanta oportunidad se presente.
Nada de regalarse en el fondo
No es un entrenador que vaya a asumir grandes riesgos. Que vaya a decidir salir en todo momento jugando por abajo, como proponen otros entrenadores. Que vaya a jugar con las líneas adelantadas. Que vaya a tener la obsesión de manejar mayor tiempo la pelota. No es un objetivo que se haya propuesto hasta ahora, si esto implica que el equipo tenga que ubicarse en campo adversario, dejando espacios hacia atrás.
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“Somos un equipo que no tiene tenencia. Tratamos de lastimar mucha en la contra y de jugar con el pivote”, manifestó en cierta ocasión sobre los planteos de Riestra. Es el funcionamiento que buscó en el Malevo, consciente de los jugadores que tenía a disposición. Sin ningún nombre rutilante. Sin ningún futbolista que promete convertirse en figura. Solo “laburantes” del fútbol, a los que les inculcó una forma de jugar.
Es cierto que no es lo mismo Riestra, cuyo objetivo fue salvarse del descenso, que Newell’s. La exigencia es mucho mayor en la Lepra, por historia y prestigio. Lo será para el propio Fabbiani. Pero teniendo en cuenta el presente del equipo rojinegro, no está tan alejado un conjunto del otro. Y considerando las individualidades del plantel rojinegro, nada indica que el Ogro vaya a cambiar de manera de pensar en relación a cómo tiene que jugar.
Proteger el arco propio
Es un convencido de que no existe ningún problema si es necesario defender cerca de su arco y jugar de contra. O tener un saque lateral en posición de ataque y meterlo reiteradamante adentro del área, en vez de que su equipo lo haga corto para trasladarla por abajo.
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Si algo caracterizó al último conjunto del Ogro es que fue un adversario fastidioso para sus adversarios, capaz de proponer persecuciones individuales, el uno contra uno en distintos sectores de la cancha.
Quiere que sus equipos sean duros, aguerridos y con un gran despliegue. En este aspecto es fundamental la preparación física. Sus futbolistas tienen que jugar con una gran intensidad, para ser agresivos. Esta condición atlética dependerá del trabajo del nuevo preparador físico, Gustavo Del Favero, que ya trabajó con Fabbiani en Deportivo Merlo.
El esquema del Ogro Fabbiani
El sistema táctico de Fabbiani puede variar. Utiliza el 4-4-2 o el 5-3-2. Habrá que esperar para saber si considera este último, con laterales volantes, teniendo en cuenta que Mariano Soso estaba jugando con futbolistas en esos puestos que nunca rindieron.
Fabbiani también intenta ser un motivador, convenciendo al jugador de que es capaz. Para un plantel golpeado como el de Newell’s, es necesario devolverle el optimismo para levantar el ánimo.