En esta época otoñal en donde las noches comienzan a ser cada vez más frescas y la sopa vuelve al menú, podemos utilizar esta noble preparación para entender una nueva disciplina. Sacamos una olla, hervimos agua y ponemos sólo tres ingredientes: fútbol americano, velocidad y precios populares. ¿Qué resulta de esta mezcolanza?: el flag football o, más coloquialmente, el tocho bandera o tochito.
Es probable que pocos hayan oído hablar de este deporte, que es relativamente nuevo en la práctica oficial pero no en lo teórico, teniendo apenas algunos años de desarrollo en Argentina. Hay un dato importante. El flag football estará incluido como nueva disciplina en los Juegos Olímpicos Los Ángeles 2028. Por eso hay que prepararse.
Por estas latitudes tenemos la Rosario Football League (RFL), a su vez nucleada en Football Americano Argentina (nuestra NFL), que se encarga de desarrollar y difundir la actividad en la región. Este sábado 15 de marzo comenzó en Los Caranchos un espacio para practicar flag femenino, aunque la invitación a sumarse sigue abierta. “Sumate al nuevo deporte olímpico y formá parte de la RFL, el único requisito es ser mayor de 14 años, ¡te esperamos!”, lanzaron desde un comunicado en redes sociales.
Iván Sánchez, coordinador de la RFL, habló con La Capital sobre la liga y contó todo sobre este deporte en crecimiento, que lo único que te exige es tener ganas de lanzarte a la aventura.
—Antes que nada, ¿qué es la RFL y con qué objetivo nació?
—Surgió por el simple hecho de mostrar un deporte nuevo dentro de nuestro país. La idea es esparcir esta actividad a lo largo y ancho de Argentina y que funcione como una alternativa a los deportes convencionales como son el fútbol, el básquet o el rugby, que por ahí los tenemos más arraigados a nosotros.
—¿Qué tiene el fútbol americano que no tenga otro deporte?
—Yo hice fútbol mucho tiempo y probé varios deportes, como rugby, hockey, vóley. Hasta que un día un amigo, en 2015, me invitó a probar el fútbol americano. Desde entonces no me moví de ahí. Fue el único deporte que me encantó. Lo que más me gusta es el contacto, distinto del rugby por ejemplo, porque acá entra en acción todo el cuerpo. Siento que hay mucha camaradería, que es una disciplina más grupal, más cercana. Y la esencia del fútbol americano en sí, que es muy estratégico, más pausado, por lo que tenés más tiempo de respirar y pensar movimientos.
—¿Cuántos equipos hay en la liga rosarina?
—Tenemos cinco: Espartanos, Toros, Hienas, Celtas y Orcos. Cada uno tiene un mínimo de 12 jugadores hasta unos 30. La liga tiene 20 fechas, se juega un partido cada sábado en Caranchos y después hay formato de play-offs. A fin de año están los interprovinciales contra equipos de Buenos Aires y Córdoba, que son las otras dos afiliadas a la Federación Argentina. Hace 10 años que estamos nucleados ahí, obviamente se tienen que respetar pautas y condiciones estipuladas para poder pertenecer. También hay otras asociaciones más amateurs como las de Entre Ríos, Tucumán, Mar del Plata, Mendoza, que aún no se sumaron.
—Yendo al tema en cuestión, ¿qué es el flag y en qué se diferencia del fútbol americano tradicional?
—Nace del fútbol americano pero es un deporte completamente distinto. Primero que nada, es sin contacto directo, no hay tackle o derribo. En la cintura del jugador hay atados dos banderines que el rival tiene que sacarle para frenarlo. La cancha es la mitad de la convencional, el puntaje es el mismo, pero los tiempos son menores porque hay dos etapas de 15 minutos en lugar de cuatro. Y son cuatro oportunidades para avanzar media cancha y no 10 yardas como en el fútbol americano. El proyecto del flag lo veníamos trabajando hace bastante pero con esto de la inclusión en los Juegos Olímpicos decidimos impulsarlo y ya comenzamos con la categoría femenina, que tuvo recién la primera práctica.
—A simple vista es un deporte que puede practicar cualquiera, principalmente porque no exige el equipamiento costoso del fútbol americano.
—Sólo necesitás una remera, un pantalón, los banderines y opcionalmente unos guantes. Nada más. Para que veas la diferencia, unas hombreras y un casco de fútbol americano básico cuestan como mínimo 350 dólares (cerca de 400 mil pesos), de ahí te vas para arriba. De más está decir que se consiguen en Estados Unidos y tenés que sumarle la importación. El flag es muy económico.
—¿Cómo está Argentina en flag?
—Estamos bien y creciendo. El año pasado se jugó el Mundial en Finlandia, en el que Argentina quedó 27 al lado de países que hace muchos años que se dedican al flag y acá hace sólo cuatro. La mayoría de jugadores son de Buenos Aires, que tiene una larga trayectoria de fútbol americano, tiene categorías equipadas, divisiones masculinas y femeninas de flag, siempre llegan lejos. Así que tenemos expectativas para clasificar a los JJ.OO.