El Top Race, como todas las categorías que dependen del ACA como el TC 2000, afronta muchos inconvenientes para sumar autos y pilotos de calidad. La competencia a cielo abierto con la ACTC hizo que unos pocos autos del TRV6 y del Series se presentaran en el Fangio de Rosario.
Y que, además, como vienen ocurriendo desde hace un tiempo, deban correr juntos para juntar un parque digno.
Fueron 12 autos en la categoría principal y 8 en la telonera, que por supuesto no podían luchar mucho entre sí por la diferencia de potencias para cada divisional.
Encima, Facundo Aldrighetti, el poleman el sábado, se tomó el buque de entrada y no hubo lucha por la punta en ningún momento. De los 12 que partieron en la TRV6, llegaron 6.
Y mezclado entre ellos, en el 5º lugar de la general, lo hizo Ulises Campillay, que en el regreso a la telonera se quedó con la victoria.
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El Top Race, en medio de la ACTC y el ACA
El Top Race lucha para subsistir cuando fue creada como una alternativa al TC 2000, diferenciándose del TN. De hecho, hoy su dirigencia es la misma. Pero cada vez le cuesta más, porque la ACTC viene siendo como un pulpo absorbiendo todo el automovilismo argentino.
De hecho, el Turismo Nacional, o el Turismo Pista, pasaron a ser fiscalizados bajo su órbita. Y creó recientemente el Turismo Carretera 2000 para competir directo con el TC 2000, que recién en mayo iniciará el campeonato en Oberá y el 8 de junio correrá en el Fangio.
El TR era inclusive fiscalizado hasta el año pasado por la ACTC, pero hoy está plenamente alineado por el ACA, representante de la FIA, pero cuyas últimas disposiciones no hicieron mella en el exponencial crecimiento de la Asociación Corredores Turismo Carretera.
Los problemas los tienen el Top Race o el TC 2000, que mientras se esfuerzan en presentar espectáculos que sean respaldados por el público, como pasó en la tuerca Rosario.