El presente de Enzo Barrenechea, no puede ser mejor. El volante, que pasara por Newell’s y fuera vendido antes de tocar primera al fútbol europeo, recibió el llamado más esperado por cualquier futbolista que nació en nuestro cielo: el de Lionel Scaloni para ser parte de la selección campeona del mundo.
Será para los choques por las eliminatorias frente a Paraguay en condición de visitante el jueves y frente a Perú en la Bombonera el martes 19 de noviembre.
Pero los buenos momentos, esconden a veces una vida de sacrificios, esfuerzos y desafíos que un futbolista pasa para llegar a la meta. Mauro Beltrami es presidente del Club Universitario de Villa María, uno de los clubes donde se inició Barrenechea. Su hijo Agustín, es amigo de Enzo, pero él, en primera persona, vivió el camino sinuoso que le tocó atravesar al ex volante rojinegro hasta este presente hoy convocado a la Albiceleste.
Enzo Barrenechea la rompía de chiquito
“A Enzito lo conozco desde los 9 años, cuando llegó a jugar baby al Club Sarmiento de Villa María. Ya lo habíamos visto jugar en otro club llamado Santos, el primer club donde jugó. Le veíamos unas condiciones bárbaras y cuando vino a Sarmiento nos sorprendimos porque era una institución humilde, con un equipo de mitad de tabla hacia abajo y el lo levantó enseguida. De hecho, nunca había salido campeón y cuando llegó Enzo se logró ese mismo año”, comenzó con el relato Beltrami, para el programa “Trascendental” por LT8.
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La ausencia del padre fue un factor determinante, ya que su mamá y amigos tuvieron que redoblar esfuerzos para que Enzo siga jugando. “Al año, nos enteramos que el papá estaba en la cárcel y que se habían mudado de Córdoba a Villa María, porque el padre estaba prófugo de la Justicia. Enzo, con su mamá y sus dos hermanos, tras un año en Villa María, se volvieron a Córdoba capital. Por ende, los dos años siguientes, lo íbamos a buscar todos los fines de semana porque quería jugar con sus amigos”.
En los malos momentos aparecen las grandes personas, quienes, solo por el afecto que genera un chico, mueven cielo y tierra tratando de colaborar desde el lugar en el que se encuentren.
La ayuda para volver a Villa María
Cuenta Beltrami que “Llegó un momento donde la mamá, nos planteó que se cansó de la vida que estaba haciendo y que no se quería quedar en Córdoba por los problemas que había tenido el padre".
Ante ese planteo, conseguimos a través de la Universidad Nacional de Villa María un trabajo para la madre, en una empresa de limpieza, aprovechando el vínculo de la institución con el club Universitario. Lo fichamos a Enzo y jugó hasta que Newell’s lo captó y se lo llevó”.
El siguiente paso fue trascendental en la vida del mediocampista, ya que la Lepra llegaba a su vida, el club que lo lanzó a Europa. Pero no quedó ahí la historia, sino que indirectamente, la venta de Barrenechea marcó a Villa María para siempre.
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Newell's cumplió en todo
“Firmamos un acuerdo con Newell’s que la institución del parque Independencia cumplió cuando lo vendió al Sion de Suiza. Ese dinero no volvió al club, sino a la Universidad, como retribución a los aportes que había hecho el establecimiento al club durante tantos años. Gracias a ese dinero, se pudo implementar la carrera de medicina en Villa María. Ya tenemos seis camadas de médicos en nuestra ciudad gracias a Enzo”.
“Como el papá estaba privado de la libertad, los primeros tres años lo llevé, pero hubo muchas familias que estuvieron detrás porque se le veían condiciones de chiquito. Sus hermanos y su mamá se ganaron lo que hoy vive, porque son muy humildes y buena gente. Supieron ganarse el cariño de todos. Valió la pena acompañarlo en ese momento, ya que después, el padre cumplió su pena, y hoy viven todos juntos en Valencia. Gracias al triunfo del chico, sus vidas cambiaron rotundamente” expresó Beltrami emocionado por la actualidad de Enzo.
Futbolísticamente hablando, Barrenechea marcó la diferencia desde pequeño, y mostraba una personalidad que lo perfilaba como un distinto entre los chicos de su edad. “Las virtudes las tenía de chiquito, era innato, manejaba los dos perfiles sin problema y tenía algo distinto al resto, lo cual, es muy difícil ver en un chico. Y era muy solidario con sus compañeros. La mayoría a esa edad y con las virtudes que él tenía, si pueden hacer mil goles los hacen, pero él no, si podía quedar frente al arquero y darle la chance a otro chico lo hacía y se alegraba cuando sucedía. Nunca vi un pibe con tanta calidad”.
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La humildad no la pierde, como tampoco ese afecto por esa gente que lo vio nacer en el fútbol y que fue determinante para que viva un presente soñado. “Desde que está en Europa, siempre vuelve a los pagos. Nos juntamos a comer un asado. El miércoles me llamó y me contó lo contento que estaba con la citación a la selección. Cuando se rompió los ligamentos fui el primero que me enteré, lo bueno y lo malo siempre me lo cuenta”.
Con 23 años, Enzo Barrenechea vive uno de los momentos más felices de su corta carrera. Con toda una vida futbolistica por delante, el volante disfruta de las mieles del éxito, destacándose en una liga importante como la española y con su primera convocatoria a la selección mayor. El ex Newell’s va escribiendo su propia historia, teniendo en su mochila, la experiencia de lo vivido, para lograr este presente prometedor.