“Cuando juego siento que soy un Fórmula 1 que no para”, dijo la rosarina Luna Cinalli (16 años), en febrero de 2022, cuando con 13 años empezaba a abrirse paso en el mundo del tenis. Lo cierto es que desde entonces hasta hoy no para de acelerar, de aquilatar experiencia, de sumar puntos y escalar en el ranking, lugar donde hoy puede ostentar orgullosa un 19° puesto a nivel mundial en la categoría junior.
Alcanzó ese lugar tras quedarse con el título de singles en el J300 Regional, antes llamado Campeonato Sudamericano de 18 años, que es un torneo ITF Junior cerrado, exclusivo para jugadores sudamericanos, y que en esta ocasión se disputó en canchas de la Liga Antioqueña de Tenis, en Medellín.
Este es un torneo vital para los tenistas sudamericanos por su nivel de puntaje, y por el hecho de que solo se aceptan sudamericanos en él. Luna, un genuino producto del tenis de la región que en 2016 debutó en la categoría Sub 10 con apenas 8 años, comenzó así a asegurar su participación en el cuadro junior de los dos Grand Slam de mitad de temporada: Roland Garros y Wimbledon, nada menos.
El J300 de Medellín, donde venció en la final a la brasileña Nauhany Vitoria Leme Da Silva 6/4 y 6/2, fue el torneo donde tuvo su propia revancha personal. En Colombia no solamente pudo revertir la historia adversa del 2024, cuando perdió la final de ese certamen, sino coronar un periplo que venía siendo bueno pero esquivo en títulos, que incluyó el J300 de Asunción, donde cayó en cuartos de final ante la lituana Laima Vladson por 6/7, 6/2 y 7/6; el J300 de Porto Alegre, donde llegó a semifinales y fue derrotada por también por Vladson, esta vez por 7/6, 1/6 y 7/6; y el J500 de Gaspar, donde volvió a llegar a semis y perdió ante la norteamericana Thea Frodin 1/6, 7/5 y 7/6.
Haciendo un pequeño balance, Luna contó: “Fue una gira bastante larga, de tres semanas. Medellín fue el último torneo y hasta ahí venía teniendo una muy buena gira, pero habían sido bastante duros los resultados, ya que terminé perdiendo con las que después se consagraron campeonas. Eso me dolió bastante, estaba un poco triste, mal, pero fui a Medellín y por suerte pude cambiar el chip rápido y adaptarme, porque era en altura, con otra bola, todo era diferente. Así pude salir adelante, con mucha cabeza, queriendo competir y ganar. Fui partido a partido, teniendo de a poco mejores sensaciones, al punto de que la final la pude jugar suelta… tenía muchas ganas de ganar y por suerte se me dio”.
A puro tenis
Perder contra las que después fueron campeonas influye sólo en el resultado, porque a nivel juego estás en el mismo nivel.
Sí, aparte los partidos se definieron en una o dos bolas. Fueron partidazos ante jugadoras europeas que juegan muy bien que no se dieron para mi lado, pero son cosas que pasan y por suerte pude aprender mucho y tomar mucha experiencia de esos partidos y lo pude aplicar en Medellín.
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En Medellín habías perdido la final del año pasado. De ese entonces a ahora, ¿en qué sentís que creciste?
Creo que en el aspecto mental crecí bastante. En otro momento, esas derrotas de las que te hablaba, perdiendo 7/6 en el tercero, me hubiese pegado mucho más fuerte, me hubiese querido matar, me hubiese costado mucho más levantarme. También creo que en la cancha tomo los puntos y los partidos con más calma, trato de no enojarme tanto si me equivoco. Tenísticamente, trabajé mucho sobre mi derecha, mi saque y mi revés y pienso que mejoré bastante. Creo que también estoy mejor físicamente, pude recuperarme bien de partidos muy largos con energía. Estoy trabajando mucho sobre eso.
"Odio perder"
Decís que sos muy dura con vos misma ¿cuánto?
No me gusta para nada perder, odio que me pase. Soy muy competitiva, pero creo que con el tiempo me fui tomando con más calma las derrotas… son cosas que pueden pasar. A la siguiente semana ya estás jugando de nuevo, en otro país, en otro lugar totalmente diferente, por eso hay que cambiar el chip rápido y estar a full para esa semana. Entendí que la derrota es parte del aprendizaje.
Tenés un récord increíble ante tenistas brasileñas, en eventos ITF: 15-0. ¿Generan una cuestión particular en vos?
Me ha tocado jugar con muchas brasileñas en distintos torneos porque ellas son muchas, pero es por una cuestión azarosa. Hay muchas chicas brasileñas que juegan muy bien, que son muy duras, de hecho en la final de Medellín jugué con Nauhany Vitoria Leme Da Silva, una chica que juega muy bien, es muy competitiva y le pega muy duro a la bola.
¿Cómo te llevás con los viajes?
Me gusta viajar y conocer otros países. A veces se hace duro, generalmente por las escalas. Cuando tenés que estar mucho tiempo en aeropuertos te mata. Después te toca viajar a la madrugada, o viajar a la tarde para llegar a la madrugada y al otro día tenés que entrenar… tenés que ir adaptándote al horario de los viajes. Lo que no me gusta son las turbulencias. En el viaje de Medellín a Rosario el avión se movió bastante y eso no es muy lindo.
La agenda
¿Qué es lo próximo en tu agenda?
Europa. Voy a competir en dos torneos, un J300 en Francia y un J500 en Alemania. La idea es que después de jugar ahí, vuelva para tres semanas para preparar Roland Garros y la gira que se viene.
¿Dónde están puestos los objetivos principales para esta temporada?
Uno de los objetivos principales es Roland Garros. Me gusta mucho ese torneo, porque se juega en la superficie en la que me crie y en la que juego siempre. La idea es preparar bien ese torneo e ir creciendo, paso a paso. Jugar con las europeas, con chicas de tan alto nivel, es uno de los logros y uno los objetivos que tenía desde que arranque a jugar Junior. Busco crecer día a día, torneo a torneo, para ir mejorando, tratando de jugar un tenis de nivel. Ojalá que en algún momento se pueda dar un J500.
Estás dentro las 20 mejores jugadoras del mundo, un lugar al que pocas chicas llegan y te estás codeando con tenistas de nivel mundial. ¿Cómo lo vivís? ¿Lo disfrutás, te genera presión?
Sinceramente, no lo pienso mucho. En esta última gira defendía bastantes puntos y quizás había cierta presión en eso, pero trato de no pensar y disfrutar de los partidos, de los torneos y competir a la par de las europeas. Estoy muy contenta porque es la primera vez que “toco” el top 20 (19 del mundo) y es un montón, porque desde que arranqué a jugar en Junior nunca me imaginé que podía llegar a estar en este lugar. Obviamente que uno siempre quiere más, pero para eso hay que seguir trabajando para seguir mejorando.
La confianza
Sos competitiva y confianza te sobra, además tenés una familia que te apoya.
El apoyo de mi familia es fundamental. Ellos son los que me bancan en todo y en ellos me apoyo, como también en mi equipo de trabajo. Por eso las ganas de seguir mejorando siempre están.
Hoy por hoy Luna está entrenando con Felipe Maccio en Punta del Este, donde hizo la pretemporada. Físicamente, trabaja con Emilio Marchen (quien también es el preparador físico de Renzo Olivo) y cuando está en la ciudad esteña, Santiago González lleva adelante el trabajo que le pasa Marchen. Así la Fórmula 1 de Ricardone se pone a punto para seguir corriendo y no parar en la carrera para alcanzar su sueño.