Abundar sobre los innumerables defectos de este comienzo de temporada de Newell's, sería sin dudas reiterativo. Sería sencillo hacer un repaso de los mismos en estas líneas. Pero se trata de deducir qué caminos tendría el equipo, que no es tal, de Mariano Soso para sacar adelante un clásico donde claramente no es el favorito.
Donde hacía mucho tiempo que no había tanta diferencia entre uno y otro, en este caso a favor de Central.
Esto es fútbol, claro. Y todo siempre puede pasar. Lo que no puede, o no debería hacer Soso a esta altura, es no haberse dado cuenta de las limitaciones con que cuenta. Porque será a partir de ellas, que puede de acá al domingo, construir algo lo más parecido posible a un equipo.
Que aparezca de la manera que tenga que aparecer. Tal vez dejando de lado hasta ideas futbolísticas preconcebidas para aferrarse a algo más terrenal.
De hecho, así como la historia pesa y Central viene ganando los últimos clásicos prácticamente con una misma columna vertebral, también debe anotar Soso que lo ha hecho con mínimas diferencias. No solo en el resultado, sino en el juego.
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Un rival clásico mejor que el de 2024
Claro que este Central de Holan está mucho mejor hoy que el de Russo que ganó el clásico en el Parque del 2024 o el de Lequi luego en el del Gigante. Porque están mejor sus jugadores clave, así de sencillo. Y más descansados además. Pero Newell’s lo perdió en los detalles sin tanta diferencia tampoco. No mucho mejor afrontó esos partidos que la realidad que hoy lo envuelve.
“Hay que marcar las fortalezas. Será una muestra de carácter el domingo”, dijo Soso tras la derrota con Defensa. Y que “la cuerda floja te coloca en un lugar para saber de qué estamos hechos”.
Soso habla claramente de actitud, de saber que se está en la lona y hay que levantarse. O mejor dicho, dejar todo para intentarlo.
Lo innegociable para este Newell's
En Newell’s si hay algo que no debe agregarse al momento serían las dudas para disputar las divididas, la entrega sin pausa para intentar no dejar hacer a los que saben en el rival, la contracción en la marca en las pelotas paradas cuando suban los zagueros canallas y la convicción de evitar las faltas en la puerta del área.
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Todos aspectos defensivos que para este momento deben ser innegociables. Y donde tal vez la inclusión de Víctor Cuesta pueda darle la experiencia necesaria para contagiar y llevarlas adelante, mientras ofició de ejemplo a seguir el aplomo que parece empezó a ganar Jacob.
Que todo eso le permita a Newell’s recuperar rápido para después darle paso a las fortalezas de las que habló Soso y que en Newell’s son escasas y aparecen de ratos: la sapiencia indudable de Banega, la velocidad de Cardozo por derecha siempre que no esté obligado a hacer toda la banda, la potencia por afuera y el remate de Silvetti, la claridad de Maroni. Y las cualidades que parecieron sorprender en un 9 que parece 9, como Carlos González.
Todo eso debe emerger en Newell’s en el juego, ya que se bajó la tensión de la tribuna en el banderazo, para cambiar la historia. Para que pueda, como dijo Soso, “escribir nuestra propia historia”.