El entrenador de Newell's apeló al pragmatismo y logró que el plantel interprete lo que quiere en pocas semanas de trabajo. El valor del compromiso colectivo.
Por Rodolfo Parody
Héctor Rio / La Capital
El equipo de Newell’s que jugó la última fecha de la Liga y obtuvo la primera victoria en el ciclo de Mariano Soso.
En Newell's es tiempo de planificar, a partir de la base que empezó a construir Mariano Soso en las pocas semanas que lleva de trabajo. Sobre la cual proyectar el Newell’s de la nueva temporada. Teniendo por delante un período de renovación del plantel, una tarea esencial que requiere de elegir bien los refuerzos para que el entrenador desarrolle sus ideas.
Lo ejecutado en las tres últimas fechas de la Liga Profesional es apenas el inicio, pero sirve de sostén. Con la convicción, la disciplina, el rigor y la entrega. Desplegando un fútbol pragmático, como costaba imaginar que pudiese suceder siendo Soso el conductor del equipo, considerando su trayectoria y lo que habitualmente propuso en anteriores equipos.
Esto no implica que, en el futuro, el Newell’s de Soso no vaya a ser osado o resigne toda pretensión de protagonismo a partir del manejo de la pelota. Pero para este comienzo, el DT analizó y consideró que era fundamental un funcionamiento que refuerce la estructura defensiva.
Así pasaron Atlético Tucumán (0-0) y Boca (0-1), hasta llegar al partido con Talleres (3-1) y una victoria producto de la practicidad y la contundencia, explotando la contra y los espacios libres que dejaba el conjunto cordobés, obligado a ganar para tener chance de ser campeón.
Más que lucimientos individuales, que los hubo, porque el desequilibrio fue obra de jugadores puntuales, resaltó el compromiso colectivo de todo Newell’s en Córdoba. Siendo obediente tácticamente, desde los tres zagueros, los laterales volantes y el doble cinco, sumado los extremos y el nueve.
En el estadio Mario Kempes, como antes en el Coloso y en el Monumental José Fierro, el conjunto de Soso achicó espacios hacia atrás y paró las líneas en su campo cuando la posesión era del rival. Fue a lo que jugó. A ceder el balón y estar todos bien juntos para cerrarse y formar un muro delante de Josué Reinatti.
Y en cada robo, buscar el contraataque sin dudar y con velocidad. Así se le presentaron las oportunidades. Más peligrosas y en mayor cantidad que las que elaboró el conjunto del Cacique Medina.
La autoridad con la que jugó el equipo rojinegro en el Kempes, obra de los futbolistas y del cuerpo técnico, adquiere un valor singular porque lo hizo ante la adversidad por las ausencias de Tomás Pérez y Armando Méndez, ambos lesionados, y de Ever Banega, que faltó por un motivo personal. Más allá del presente de cada uno, mejor o peor, quedarse sin tres titulares es dar una gran ventaja. Pero el plantel fue capaz de sostener lo planeado.
Tuvo jugadores que resaltaron en el Kempes, como Gustavo Velázquez y Tomás Jacob en el fondo y, en el ataque, Mateo Silvetti y Francisco González, cuyo ingreso para el segundo tiempo fue determinante, con el gol de la apertura y dos asistencias.
Lo que se observó, en este partido y en los anteriores, es que Soso tiene en cuenta a los futbolistas surgidos de las inferiores. Para visitar a Talleres recurrió al volante central Luca Regiardo, de 18 años, debutante en primera, para el rearmado del mediocampo. Durante el partido también hizo debutar al zaguero Lucas Mihovilcevich. En tanto, le dio minutos al centrodelantero Agustín Juárez, que anotó su primer gol, el parcial 2 a 1.
Ya en el primer encuentro de Soso al frente de la Lepra, ante Atlético Tucumán, le dio la chance del debut al arquero Josué Reinatti.
A los juveniles de mejor rendimiento, Mateo Silvetti y Mata Pérez, como no podía ser de otra manera, los mantuvo entre titulares desde que asumió. Y desde un comienzo ubicó en la última línea a Tomás Jacob. Además, siempre consideró a Giovani Chiaverano.
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La elección de los juveniles refleja que el entrenador los tiene en mente y les servirán para la integración del nuevo plantel. En el que no estarán Rodrigo Fernández Cedrés y Leonel Vangioni, quienes se despidieron de los hinchas, al igual que Jerónimo Cacciabue, que hace tiempo no era tenido en cuenta.
Tampoco continuará Augusto Schott, cuyo préstamo vence el 31 de diciembre, como el de Esteban Fernández, otro que hace largo rato no era considerado.
Hoy no existe certeza de que se quede Ramiro Macagno, ni que Newell’s vaya a adquirir el pase de Matko Miljevic. Mientras que Ian Glavinovich seguirá su carrera en Philadelphia Union.
Habrá más futbolistas que buscarán nuevo rumbo. Y algunos que llegarán para reforzar la base que Soso está construyendo para un 2025 mucho mejor que este año.
El arquero Josué Reinatti (21 años), el zaguero Lucas Mihovilcevich (20) y el mediocampista Luca Regiardo (18) fueron los futbolistas que Mariano Soso hizo debutar en primera.
Contra Talleres, Regiardo concentró por primera vez y jugó de titular. En tanto, Mihovilevich ingresó en el segundo tiempo. Había sido suplente en otros seis encuentros.
En el caso de Reinatti, su estreno fue contra Atlético Tucumán, el primero que dirigió Soso a Newell’s.
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