Newell’s necesita recuperar la mejor versión de Ever Banega. Su capitán, su figura, su única carta valiosa. Precisa poder sacarlo del estado de inmovilización, aturdimiento y confusión en el que cayó por la curva de deterioro colectiva que está atravesando el equipo, que se está devorando todo, y que ya se llevó puesto el ciclo de Sebastián Méndez. Ahora, con el arribo de un nuevo entrenador, el contexto de urgencias y necesidades ubica al 10 rojinegro ante un espejo incómodo y frente al desafío de empezar a levantar la cabeza, a transformarse de una vez por todas en guía de una resurrección futbolística, real y sostenible en el tiempo. Es el único con condiciones para hacerlo.
En este marco de apremios, el encuentro de este sábado, a las 19, recibiendo a Tigre en el Coloso, por la 15ª fecha de la Liga, tiene condimentos muy especiales que pueden llegar a ser, si la reminiscencia emotiva funciona, un disparador de la reacción tan esperada, desde adentro y desde afuera.
Es que hace poco más de 10 años, Banega convirtió su único gol en sus dos pasos por la entidad leprosa, justo ante Tigre, y justo con Ricardo Lunari como DT de aquel equipo. Un combo que puede llegar a actuar como plataforma de motivación, si lo utiliza a su favor.
Aquel cotejo se disputó el 25 de abril de 2014, en su primera etapa en la institución rojinegra. Esa vez, Newell’s venció 2-1 a Tigre, en el parque Independencia. Ariel Nahuelpán, de penal, había puesto en ventaja a la visita, a los 50’. Y el dueño de casa pudo dar vuelta la historia con tantos de Ezequiel Ponce, a los 54’, y de Banega, a los 62’.
Fue una muy buena producción de Ever que lo llevó a ser considerado como figura del partido y puntuado con 7 por este diario.
Como otro dato de color se puede puntualizar que, en ese pleito, Lunari fue expulsado por el ingreso tardío del equipo en el segundo tiempo.
En aquella oportunidad, Newell’s formó con Guzmán; Beloso, Víctor López, Heinze y Lazzaroni; Banega, Villalba y Bernardi; Muñóz, Ponce y Figueroa.
En el complemento, a los 69’, Trezeguet y Tonso ingresaron por Ponce y Muñóz; y a los 84’ entró Orzán por Beloso.
Un golazo colosal
A los 62’, en el medio de un partido que entraba a subir en exigencias, Banega forjó un surco en el callejón central, encontró tiempo y espacio para levantar la mira y frotar la lámpara, y desde 30 metros sacó un terrible misil que se clavó en el ángulo superior izquierdo de Javier García, que según los registros de ese momento llegó a alcanzar los 116 km/h.
Ante esa elegancia, ante esa furia, la pelota se filtró justo en el ángulo de un arquero que sólo atinó a abrir los brazos y buscar el balón dentro del arco. Poco más pudo hacer.
Así, el volante leproso estampó, con un auténtico golazo, su firma en un pleito que todavía estaba buscando al dueño de la recompensa. Corrió hasta el tejido perimetral del arco del Palomar, lo gritó con el alma, y le dedicó ese tanto a cada una de las almas que estaban deslumbradas por la acción de Ever.
Y, rápidamente, se le acercaron todos sus compañeros para felicitarlo por esa obra de arte, que fue su único tanto, hasta ahora, en sus estadías en el Parque.
¿Le servirá de motivación?
Siempre le costó
Tras aquella extraordinaria conquista, en contacto con la prensa, Banega confió sus sensaciones. “La agarré bien, con todo el empeine, pero no vi dónde entró porque me caí. Sentí el grito de la gente y corrí a festejar”, comentó el talentoso mediocampista.
Luego, ante el escenario de exigencias que se tejía sobre sus hombros en aquella primera etapa, trató de analizar esa situación de requerimientos. “Al venir de afuera uno debe sobresalir, pero no es fácil en el fútbol argentino. Este gol y esta actuación me sirven para seguir mejorando”, dijo.
Queda claro que siempre que vino a Newell’s, no le resultaron sencillas las cosas. Con poco rodaje en Valencia, en aquel 2014 llegó en condición de préstamo a Newell’s, con la idea de sumar minutos y mostrarse más de cerca ante los ojos de Alejandro Sabella, entrenador del seleccionado nacional, para ver si podía llegar a disputar el Mundial 2014 con Argentina, cuestión que finalmente no consiguió.
En su recorrido en el Parque en 2014, Banega no estaba brillando en plenitud, y mostraba que le estaba costando adaptarse al fútbol argentino. Todos esperaban un rendimiento más alto desde su arribo a principios de ese año.
Pero en ese triunfo sobre Tigre jugó un partido muy especial, se lo vio especialmente motivado, muy activo desde el primer minuto. Como conociendo la esencia del valor y del significado de ese tipo de gestos para poder establecer modificaciones importantes, cambios de paso y elevar la confianza. Como sabiendo a la perfección la mayor cuota de responsabilidad que el fútbol siempre le adjudica a los jugadores más talentosos. Ever lo sabe mejor que nadie.
La reserva, con Petete
Este jueves, a las 15, los pibes rojinegros reciben a Talleres en el Centro Griffa, por la fecha 8ª de la Copa Proyección. Lideran la zona 2 junto a Estudiantes con 19 puntos. Ante el corrimiento de Lunari a primera división, el que está a cargo de la reserva es Petete Rodríguez.