Las circunstancias obligan al replanteo. La realidad que los envuelve es muy distinta, el contexto idéntico. Este miércoles la AFA dispuso igualar a Newell’s y Central prácticamente en un horario infernal, con temperaturas insoportables que deberían restringir jugar en horario vespertino. Más allá de que los pronósticos indican tormentas y el termómetro en baja. Y a los dos los espera el clásico a la vuelta de la esquina, el domingo. Pero mientras uno podría guardar, el otro no. Así de simple. La Lepra está obligada ante Defensa y Justicia, el Canalla no tanto frente a Deportivo Riestra.
Así las cosas, la gran incógnita será saber qué harán Mariano Soso y Ariel Holan. Más, muchísimo más complicada la tiene el técnico de Newell’s. Para nada el de Central. En el Parque el entrenador se debate sobre qué hacer, con la “ventaja”, por así decirlo, que tampoco los que jugaron hasta ahora son insustituibles. En Arroyito, el runrún apunta a que el técnico ya decidió el enroque y que muchos de los titulares vayan al banco de suplentes.
Las quejas de los jugadores de Central fueron totales ante San Martín, cuando el partido se disputó a las 19 en San Juan, que era un horno. Tranquilamente la AFA pudo obligar a que el Hilario Sánchez se ilumine, porque tiene torres de luz, pero no lo hizo.
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Después de los cuestionamientos, se corrió el horario de Central-Atlético Tucumán, originariamente a las 17, para las 19.30. Acertado. Pero no correrá el horario de las 17 para el partido del miércoles, en la visita a Deportivo Riestra.
Riestra tiene coronita y juega siempre en su pequeño estadio, el Guillermo Laza. Está bien que así sea, ahora que los hinchas visitantes no concurren, pero no al punto de poner en riesgo a los jugadores. Si el estadio no tiene luz artificial, debe mudarse a uno que sí la tenga. Lo mismo Barracas Central, aunque ahora no está jugando en el Chiqui Tapia.
Y a Newell’s sí le corrieron el horario del miércoles, en el Parque ante Defensa y Justicia. Pero de las 17 a las 17.45. Insólito. No hay ninguna razón para que en el Coloso no se juegue de noche. Tal vez fue así para poner a leprosos y canallas en igualdad de condiciones, de desgaste y de horas de descanso, de cara al clásico. No se sabe.
Lo cierto que el clásico del domingo también se jugará a las 17 en el parque Independencia. En este caso por cuestiones de seguridad. Pero, ¿y la seguridad de la gente en las tribunas respecto al calor, o de los jugadores? Al menos podría correrse a las 18 y terminaría con luz natural.
Y si el fútbol masculino puede tener estos problemas, ni hablar el femenino, que no genera los dividendos suficientes todavía para “gastar” en luz artificial.
Newell’s y Central, y todas, juegan en horario diurno en pleno verano. El sábado, en Bella Vista, se desmayó una jugadora de Huracán. Pero todavía para ellas no llegó el “privilegio” de poder jugar de noche con altas temperaturas.
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La diferente realidad de los dos
Así se jugará, de nuevo habrá una cita previa demasiado cerca antes del clásico y la presión la tiene Newell’s, sin dudas. Es que, a diferencia de Central, no puede permitirse dar ventajas ante Defensa y Justicia, que traería a Panchito González en su plantel.
¿A quién podría guardar Soso? Ever Banega sería el apuntado, a Luciano Lollo si estuviera consolidado y poco más. Tampoco ni ellos ni la mayoría del resto se vienen ganando el status de insustituibles. Hoy Keylor Navas, Mateo Silvetti y quizás Gonzalo Maroni solos estarían en esa elite.
Por eso el técnico tiene un verdadero problema, entre los tantos que tiene. Si poner, en su consideración, a los que cree mejor cuando necesita reaccionar ante Defensa o directamente apuntar todo al clásico. ¿Llega si pierde con el Halcón?
En el haber cuenta con buena dosis de juventud, en el sentido de que pueden recuperarse mucho mejor de un partido a otro con cuatro días de descanso. Y con quién seguro no tendrá en cuenta para Defensa será Juanchón García, que deberá purgar una fecha por su expulsión ante Central Córdoba de Santiago del Estero, y sí podrá estar en el clásico. Y también estará disponible Carlos González, el delantero paraguayo que llega desde Xolos de México. O Víctor Cuesta, el zaguero central, las dos últimas incorporaciones.
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Del lado canalla, parece que está prácticamente decidido que Holan reserve a su columna vertebral ante Riestra. Y tiene total justificativo. Porque Central es el único líder de la Zona B del Apertura y solo hay cuatro equipos en condiciones de pasarlo, entre ellos el local. Pero no lo sacaría de los ocho que hoy clasifican a los octavos de final, al punto que está 7 puntos por encima del 9º, San Martín de San Juan.
Por eso los corrillos que se escuchan en Arroyito hablan de que el técnico, avalado también por la dirigencia, estaría dispuesto por primera vez a cambiar en grande. Y si eso pasa, la dupla de zagueros Facundo Mallo-Carlos Quintana, Agustín Sández, Ignacio Malcorra y Jaminton Campaz tienen los números comprados para salir.
Si eso pasara, las opciones serían Juan Cruz Komar y Agustín Bravo en la zaga central, Juan Manuel Elordi de lateral izquierdo, y seguramente Maximiliano Lovera y Jonatan Gómez para la dupla ofensiva.
¿Y serían los únicos cambios? Habrá que ver qué pasa con Franco Ibarra, de mucho desgaste, lo mismo que Gaspar Duarte y Enzo Copetti.
En fin, la sensación y los rumores hablan de cambios, y Holan tiene opciones hoy en casi todos los puestos, que fue lo que pidió para esta temporada y le cumplieron en prácticamente todo. Ya que los verdaderos refuerzos fueron los hoy candidatos a salir, que se recuperaron en lo físico y explotan sus valencias.
Lo que vendrá
Newell’s y Central jugarán este miércoles partidos que seguramente no hubieran elegido, ni por ser tan poco tiempo antes del clásico, ni por los horarios. Por supuesto, todo tiene que ver con el fútbol, la táctica, los desequilibrios individuales, el juego en definitiva, pero la cuestión mental colectiva juega en estas citas un papel preponderante.
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Mucho más en un clásico, donde un momento inesperado puede definir un partido. Y no es poco común que gane el que peor llega.
Por eso a Newell’s, más allá de todo lo que significaría para apuntar un ciclo que tiene agujeros por todas partes, le vendría bárbaro llegar al domingo con una victoria en casa.
Y Central tampoco debería relativizar el daño de una potencial derrota. A veces, eso iguala un desnivel que hoy a los ojos de todos es tan evidente.