El Newell’s de Mariano Soso puso primera. El punto conseguido en Tucumán, esforzado y trabajoso, sirve para comenzar un ciclo sobre el que existen expectativas de que todo mejore. La producción en el 0 a 0 frente a Atlético Tucumán entregó en pequeñas dosis lo que quiere el entrenador.
Todo el trabajo y lo planificado es muy reciente, por lo que se requiere paciencia y dedicación para cambiar lo que hasta ahora se hizo mal.
El primer ensayo de Newell’s dejó mucho para seguir trabajando. Con estos intérpretes y seguro con otros que llegaran, una vez que finalice la Liga Profesional, para interpretar mejor el libreto de Soso. El nuevo sistema táctico, el 3-4-3, y los ejecutantes del plan del nuevo DT no dieron señales positivas en el estadio José Fierro.
Newell’s fue un equipo flojo en el manejo de la pelota. Se complicó hasta en la salida, por imprecisiones en los pases, aunque por lo general optó porque Reinatti sacara con el pie hacia el campo contrario.
Atlético Tucumán la hacía siempre simple
Lo de Atlético Tucumán fue simple, pero le trajo problemas a la Lepra. Metía pelotazos frontales o llegaba hasta tres cuartos y lanzaba centros que preocupaban a una dubitativa defensa rojinegra.
A Tesuri no lo frenaban y la ponía sin inconvenientes adentro del área para que Coronel cabeceara también sin oposición.
Así, entre ambos, construyeron dos jugadas que no terminaron en gol por muy poco en la primera etapa. Cada pelota cruzada era sensación de gol. Fallaban las marcas en la visita. En una contra, Tesuri quedó libre para patear, pero le dio pifiado.
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El juego de Newell’s fue livianito en todos los aspectos. Ofrecía grietas atrás y ni se aproximaba al arco de Durso. Recién elaboró una jugada de ataque a los 43’. Centro de Silvetti, Méndez la bajó de pecho y Chiaverano pateó sin dirección de frente al arco.
Esta acción fue durante ese último cuarto de hora que, al menos, el equipo de Soso mejoró algo la posesión y equilibró el desarrollo, a tal punto que Atlético Tucumán no le llegó. Mata Pérez se animó y la trasladó. Silvetti encaró y pasó.
Protagonismo y freno de Newell's
La segunda etapa encontró a Newell’s cumpliendo otro papel. Más protagónico. Tratando de progresar con la pelota. Involucrados habitualmente Silvetti en esos intentos. Los demás no terminaban de entrar en sintonía. Banega, jugando más atrás de Pérez, perdió influencia en la elaboración. Soso mandó a la cancha al Colo Ramírez por Chiaverano para tener mayor fortaleza adelante.
Pero Newell’s se fue quedando y nuevamente a penar. Atlético Tucumán se le filtraba en la última línea y amenazaba. Brandán sacó un potente disparo que pasó cerca. Acosta, desde afuera del área, lo mismo. En el medio de una y otra situación, la más clara: Tesuri recibió libre y cedió para que Bajamich le erre al arco increíblemente al arco.
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El penal que no fue
Newell’s, pese a esos instantes poco favorables, pudo ponerse en ventaja en una precisa habilitación de Banega para la diagonal del Colo Ramírez, derribado por el arquero Durso y sin que el árbitro Pablo Echavarría ni el VAR sancionase la falta.
Soso siguió moviendo el banco para renovar las energías. Nada fue suficiente para tener mayor agresividad. Entonces, hubo que meter y forcejear para entorpecer los avances del equipo del Colorado Sava. Gustavo Velázquez se desdoblaba, siendo expeditivo, para cortar de arriba y de abajo.
Newell’s se propuso en la última parte del encuentro no tener complicaciones y soltarse poco. Bajo esa idea y que Atlético Tucumán no volvió a arrimarse, sacó un punto que es de partida. Queda todo por hacer.