El 0 a 0 entre Atlético Tucumán y Newell’s se puede decir que estuvo bien. De acuerdo al menos a las situaciones de gol creadas por cada uno, que no hubo ni en cantidad ni en calidad. Pero en el último cuarto de hora se movió el amperímetro de las discusiones tribuneras y de TV, que por supuesto empezaron primero en el campo de juego. La primera situación fue una clara falta penal a favor del equipo de Mariano Soso y en el adicional dos situaciones muy dudosas fueron saldadas con una tarjeta roja.
Lo dicho, el Decano y la Lepra no contaron con esas situaciones que hacen levantar de los asientos. Solo la de Renzo Tesuri en el primer tiempo, que pateó desviado con el arco de enfrente, puede decirse que fue la más clara. Pero no hubo mucho más hasta que Ever Banega inventó ese pase magistral desde la derecha, con su zurda, para dejar habilitado a Juan Ignacio Ramírez e ir a definir de frente a Tomás Durso.
La decisión y la caída
El Colo la tomó decidido y al enfrentar al arquero tucumano la abrió hacia su derecha y con la pierna izquierda el “uno” lo tumbó, en lo que pareció un claro penal. Sin embargo Pablo Echavarría ni se inmutó y el VAR comandado por Sebastián Martínez menos. Iban 76 minutos y más allá de si fue falta o no, resultó sin dudas la jugada de gol más clara de Newell’s en el estreno de Soso.
Y en adicional hubo más
Y cuando ya se entraba en el terreno final de las acciones y el reloj marcaba casi los 95, llegó la pelota al área leprosa y Salcedo claramente lo tomó de la camiseta a Nicolás Castro. Ahora bien, la duda fue si alcanzó para hacerlo caer. Pareció que no y que el ingresado volante hizo todo para eso.
El balón le quedó en las manos a Reinatti, quien sacó bárbaro con el pie para la corrida al área del Colo Ramírez, a los forcejeos con Nicolás Romero. Otra vez el uruguayo cayó dentro del área pero en esta ocasión no pareció penal porque también venía agarrando al defensor tucumano.
Sin embargo, vinieron todas las protestas de los jugadores locales con Echavarría y el VAR esta vez sí llamó al juez. Los corazones rojinegros se paralizaron y los decanos se ilusionaron. Pero el árbitro salió con una decisión salomónica.
¿Cómo fue? El VAR no le mostró ninguna de las dos acciones dentro del área, sino una falta inmediatamente posterior al forcejo de Ramírez con Romero, donde Castro le metió un planchazo a Tomás Pérez y el volante rojinegro quedó tendido en el piso.
Después de varios minutos, Echavarría hizo la seña de decisión tomada y le sacó la roja a Castro, por otra parte correctamente. Ninguno de los jugadores siguió reclamando penales, el partido se estiró unos minutos más y ya no hubo caso de modificar el 0 a 0. Al final, más allá de las polémicas, pareció el resultado más acorde de un partido en general olvidable.