Las adversidades y las complicaciones del contexto que rodea el tránsito de Newell’s en esta Liga relativiza todo, dilata todo para más adelante, ubica las consideraciones en un terreno pantanoso y totalmente improductivo. Mientras espera la llegada de Mariano Soso, quien sería de un momento a otro el nuevo entrenador, el equipo rojinegro tuvo que salir al ruedo con Gabriel del Valle Medina en el banco, un gran desconocido para la enorme mayoría de los asistentes, un interino de otro interino, un colaborador del coordinador de inferiores Ariel Paolorossi, que fue designado para enfrentar este desafío transitorio, hasta el arribo del definitivo.
Una auténtica rareza que expone la severidad de los problemas que acarrea el club del Parque, y que ante el conjunto santiagueño aumentó los niveles de alarma y de preocupación.
Por eso, el doloroso revés 3-2 con Central Córdoba de Santiago del Estero en el Coloso Marcelo Bielsa, por la 23ª jornada de este certamen, con goles de Silvetti y Miljevic para la Lepra, y de Atencio, Lucas Hoyos, en contra, y Cabral para la visita, no puede ser medido ni evaluado correctamente porque todo se evaporará cuando agarre el volante el nuevo conductor, cuando se tomen las decisiones de rumbo futbolístico, cuando se señale la dirección de la necesaria renovación de objetivos, tras esta entrega repleta de hostilidades e inconvenientes.
En este momento donde todo es ruido, confusión y cuestionamientos desde los cuatro costados de la cancha, el resultado sigue pasando por debajo de las preocupaciones que hoy gobiernan la cotidianeidad del pueblo leproso. Recién con la llegada del entrenador, los intentos de reacción pueden llegar a ser tenidos en cuenta con algo de seriedad.
La profundidad de los obstáculos que se cruzan por el camino de Newell’s quedaron otra vez en evidencia. Este equipo perdió la confianza en sí mismo y esa carencia contaminó sus pocas virtudes.
Lo que intenta, de la mano de Matko Miljevic y del pibe Silvetti, los únicos que se salvan de este andar angustiante, se derrumba instantáneamente por la endeblez de su propia resistencia, por las groseras fallas en el retroceso, un karma que lo acompañó durante toda la temporada. Ante el Ferroviario quedó otra vez en exposición.
Por eso, esta pequeña licencia que ofreció la doble fecha de eliminatorias sudamericanas para el Mundial 2026 no fue aprovechada tampoco por las autoridades leprosas para definir estas cuestiones y eso demora las chances de esbozar respuestas confiables y revitalizadoras.
El desempeño fue pobre
Todo lo que quedó en evidencia otra vez pierde sustancia y luego se podrán analizar con mayor seriedad las posibles consecuencias de una presentación, que fue muy pobre y ni siquiera supo resguardar dos ventajas transitorias.
Newell’s necesitaba salir de su estado de desmoronamiento. Precisaba un triunfo revitalizador en el Parque y frente a su gente para cambiar el halo negativo que rodea su recorrido.
Hacía cinco partidos que no ganaba (cuatro derrotas y un empate), y ahora le sumó un eslabón más a esta oscura cadena de sinsabores.
En este escenario, la salida de Ricado Lunari aparece como otra mala decisión, apurada, como tantas de los últimos años en el fútbol profesional rojinegro.
Newell’s tuvo el miércoles por la tarde en el banco de suplentes a un desconocido. Mientras espera la definición del nuevo conductor, el elenco rojinegro estuvo a cargo del cuerpo técnico del club, encabezado por Gabriel del Valle Medina. Otra obscena postal de esta cadena de desaciertos en el Parque.
Y esta nueva derrota, la cuarta seguida que sufrió Newell’s, significa afrontar este período de transición, que se estiró más de lo previsto, sin símbolos de paz que logren apaciguar tantas críticas, tantos pasos en falso, tantos errores, tanto desconcierto.
Cuatro derrotas seguidas
Nunca en todo el año Newell’s había perdido cuatro partidos seguidos. Un síntoma del grave problema que lo atraviesa. Perdió contra Unión (0-2), Huracán (2-4), Gimnasia (0-1) y Central Córdoba (2-3).
En total son seis los partidos en los que no gana, desde el triunfo sobre Lanús por 2 a 1 en la 17ª fecha de la Liga. En otras dos ocasiones durante la temporada, la máxima cantidad de caídas al hilo que acumuló fueron tres.
Quedan cuatro partidos para la finalización de la Liga, teniendo en lo inmediato el partido ante Independiente en el Coloso.
El nuevo DT tendrá que enderezar el rumbo y tratar de que el equipo despegue del penúltimo puesto, aunque más no sea por una cuestión de orgullo.