Pensar que Newell’s conseguirá intensidad y voracidad ofensiva con esta clase de jugadores es muy difícil. Quedó de manifiesto durante el año y, particularmente, en la despedida del año del equipo en el Coloso. En la derrota 0-1 con Boca.
El despliegue que busca el entrenador cuesta que se mantenga con estos mismos jugadores. Lo de Boca sirvió de ejemplo.
Por Rodolfo Parody
Pensar que Newell’s conseguirá intensidad y voracidad ofensiva con esta clase de jugadores es muy difícil. Quedó de manifiesto durante el año y, particularmente, en la despedida del año del equipo en el Coloso. En la derrota 0-1 con Boca.
Mariano Soso propone un fútbol que, con el plantel que recibió, no es posible desarrollarlo. Porque de un momento a otro se produce un deterioro en el rendimiento individual y no se puede sostener. Le pasó frente al xeneize, mostrando dos caras bien diferentes entre un tiempo y otro. Con el resultado que está a la vista.
Soso expone desde el planteo que tiene en claro qué es lo que debe hacer en este último tramo del torneo, que es en el que le tocó asumir. Nada de salir a atacar al rival con vehemencia. Nada de buscar el protagonismo, con un plantel caído anímica y futbolísticamente.
Pero sí tratar de ser agresivo en la marca. Que fue lo que consiguió durante el primer tiempo ante Boca.
La línea de cinco, más que clara ante Boca con los laterales volantes ubicados a los costados de los zagueros, y el cierre de los espacios con el acompañamiento de volantes y delanteros, fue homogénea, hasta que empezó a costar sostener ese despliegue.
Porque Vangioni no mantuvo el ritmo que había mantenido hasta entonces. Banega está para otra cosa, menos para correr. Y entonces Mata Pérez queda aislado sin otro volante que ayude a recuperar. Ya de por sí, tener a dos futbolistas de más de 35 años en la cancha es un condicionante para conservar un juego intenso en forma permanente, más en el futbol actual.
No es que se quiere recaer la responsabilidad en ellos dos. Pero para que jueguen, y juntos, se necesitan de otros. Pero esos otros no compensan. Porque, como pasó con el Colo Ramírez, casi ni se involucró en colaborar entorpeciendo el avance del equipo xeneize.
La Lepra tampoco cuenta entre los suplentes con futbolistas que complementen vértigo, intensidad y concentración con efectividad. Entonces, como le pasó ante Boca, fue forzado a buscar el empate con la poca energía que le quedaba en el tanque. Sin conjugar verticalidad, despliegue ni asociaciones colectivas.
Newell’s podrá trabajar el aspecto físico. Pero hay jugadores que no son capaces de tal exigencia en la cancha.
Y, mucho menos, cuando Soso intente que Newell’s juegue más adelante, que se defienda con la pelota, porque eso requerirá una transición rápida, robándola cuanto antes. Con intensidad, lo que hoy no abunda.