Lo de Newell’s fue más de lo mismo en el estadio 15 de Abril. Nada de nada. La conclusión es simple. El equipo no funciona. Ricardo Lunari no le encontró la forma de revertir algo que se padece desde hace un largo tiempo, mucho antes de que él estuviera. La derrota frente a Unión por 2 a 0 es el principio del fin de un año para el olvido. La Copa Sudamericana, a la que pretende llegar, se está tornando inalcanzable.
Desarticulado, Newell’s le dio libertad a Unión para que despliegue a voluntad ataques verticales que llegaron a fondo, preocupando a la inestable defensa visitante. El doble cinco que armó Ricardo Lunari no funcionó. Valentino Acuña, sacrificado a jugar en una posición que no siente, perdió todo el tiempo con Mauro Pittón. Tomás Pérez tampoco pudo con Rivero. Vargas, lanzado a la ofensiva por afuera, fue un problema para Vangioni. Orsini, tirándole el cuerpo encima, le ganó la mayoría a Salcedo.
La fórmula de Unión, de lanzar centros, complicó desde el principio a la Lepra, que perdía las marcas con facilidad. Un centro de Vargas fue conectado de cabeza por Orsini por sobre el travesaño. Fue una alerta. En la siguiente aproximación del local, llegó el gol. Hubo un envío pasado de izquierda a derecha, Vargas la tocó a la medialuna y Mauro Pittón, sin que lo encime su marcador, Valentino Acuña, le dio de derecha desde afuera y la colocó arriba.
Newell’s lo perdía muy rápido. Seguiría desarmado, sin capacidad de frenar los avances intensos del conjunto tatengue. En un nuevo centro, Corvalán la recibió por el segundo palo, sin que nadie se percate, y su disparo fue interceptado por Macagno.
newells union
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
Hasta allí la Lepra corría de un lado al otro, perdido y confundido, sin recuperarla. Pero el Tate fue cediendo el balón, ya no resultó tan profundo y la visita la pasó a tener mayor tiempo. Con poco juego asociado, eso sí. Con intentos muy livianos. Los centros de Vangioni no tenían destino. Panchito González y Silvetti encaraban por afuera y se las quitaban. Juanchón García forcejeaba sin éxito. Miljevic la llevaba y no construía ni encontraba un socio. Acuña no acompañaba.
Y Newell’s continuaba otorgando ventajas en el medio. Rivero, con libertad, habilitó sin problemas a Orsini y su derechazo fue rechazado cerca de la línea de gol por Schott. Esa clase de licencias también las volvió a dar el conjunto Lunari en la zaga. Una nueva falla de Salcedo ante Orsini no fue gol por el achique de Macagno.
Un segundo tiempo en el que nada cambió para Newell's
Lunari mantuvo a los titulares para el inicio de la segunda etapa, confiando que los mismos podrían mejorar lo realizado hasta entonces. Apenas rotó de punta a Silvetti y Panchito González. El empate lo tuvo la Lepra, ante una equivocación de la defensa del Tate. Pero Thiago Cardozo le tapó el bombazo de corta distancia de Miljevic y el posterior derechazo de Schott.
Fue suficiente que Unión consiguiera meter un ataque a fondo para que Newell’s recibiera otra estocada. Del Blanco corrió por izquierda y la cruzó rasante para que Orsini, sin ser encimado por Salcedo, la controle y la meta rasante abajo. 2 a 0.
Entonces sí, el entrenador rojinegro dispuso mover el banco para que ingresen Juan Ignacio Ramírez, Fernando Cardozo y Juan Ignacio Méndez por Juanchón García, Francisco González y Valentino Acuña.
>> Leer más: Newell's intentó una reacción en el segundo tiempo, pero se fue con las manos vacías ante Unión
Fue cambiar para que nadie cambie. Ni con la entrada luego de Ángelo Martino por Vanigoni y hasta de Ever Banega, de regreso tras tres partidos, por Salcedo, bajando Mata Pérez a la zaga. Newell’s progresaba por obligación, siendo todo muy rudimentario y con poca claridad.
newells union banega
Foto: Celina Mutti Lovera / La Capital
El zurdazo de Miljevic que pasó cerca fue una jugada aislada. La desazón del volante porque la pelota no entró es la misma embarga a todo Newell’s, por un equipo que no cumple los requisitos mínimos para entusiasmar.