Nada mejor para Rosario Central que terminar este año que empezó con las máximas expectativas y terminó en desilusión. Se esperaba mucho más. Y acaso el mejor símbolo será ante Belgrano la despedida definitiva de Marco Ruben, de una última etapa lejos del esplendor, acorde a este equipo ahora de Ariel Holan que no supo trascender.
Por supuesto que el partido no motiva demasiado y el mejor gancho será volver a agradecerle al goleador histórico este intento que no termina bien. En consonancia con lo que mostró un equipo que venía mal cuando llegó e involucionó.
Por eso pasó de la Copa Libertadores a la Copa Sudamericana y de ellas a resignarse rápido en los dos torneos locales que lo dejaron a un abismo de volver al plano internacional. Afuera rápido de la Copa Argentina, apenas los dos clásicos ganados emergen como saldo positivo de este proceso que no por nada tuvo tres entrenadores en el año.
El escudo protector de Rosario Central
Por supuesto, el título de la Copa de la Liga 2023 ofició de escudo protector, al menos hasta que estuvo Miguel Ángel Russo. La vuelta de Ruben encendió esperanzas que se achicaron cuando Angel Di María no obró en igual sentido. Las lesiones hicieron el resto, como el cansancio de un plantel que apenas tuvo chispazos, como ante Newell's o el líder Vélez.
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La despedida anticipada de Matías Lequi y la llegada de Ariel Holan apenas motivaron para dos partidos. Llegó la derrota por culpa propia ante Racing y el cimbronazo en el Monumental, con calentura incluida de Ruben y todo.
Las disculpas del 9 eterno atenuaron los malos efectos que se habían agregado a este final de año, que todo el mundo espera que llegue pronto. A las 19 de este sábado ya el partido con Belgrano habrá concluido, que no le agregará nada a la estadísticas pero sí el resultado reforzará el mal humor o permitirá unas mejores vacaciones, a esta altura muy necesarias por Arroyito.
Maco Ruben primero, Ariel Holan después
Lo más importante de la tarde será entonces el saludo para Marco Ruben, el agradecimiento por haberlo intentado una vez más aunque no haya salido como hubiera querido. Después vendrá el tiempo que le corresponde Ariel Holan y a la dirigencia.
Será el tiempo de tachar y pedir para el técnico, que deberá conformar un nuevo plantel, donde seguramente bajará el pulgar para varios y buscará reforzar esos lugares en consecuencia. En el puesto de Ruben ya seguramente tiene el primero, ante la salida del 9 y el pobre rendimiento de Enzo Copetti.
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Habrá otros puesto seguramente para encarar un 2025 donde deberá pensar semana a semana los partidos, con algún que otro partido de Copa Argentina en el medio si es que avanza y debe proponérselo como gran objetivo.
Solo la competencia local en 2025
No habrá más competencia para Central que la de los torneos locales (serían dos formatos de Copa de la Liga) y ese certamen federal.
Todo el mundo esperaba más, pero el rendimiento de muchos bajó, otros que vinieron no alcanzaron el nivel requerido, ni siquiera Ruben. Y Central deberá barajar y dar de nuevo.
El ciclo de esta nueva dirigencia puso la vara muy alta en su primer año de gestión, en el segundo se fue al otro extremo. Deberá aprender, encontrar puntos medios y acostumbrarse a pelear como de entrada aunque no siempre se corone. En un 2024 donde además pasaron cosas muy pesadas fuera de la cancha que espantan a cualquier hincha, sin dudas habrá mucho trabajo por hacer pase lo que pase ante Belgrano.