Rosario Central está cerca de cerrar un año de amagues, de mucha expectativa y poca concreción. Donde se quedó corto, dónde no le dio el cuero. No por nada, cierra el 2024 con un cuerpo técnico nuevo comandado por Ariel Holan, que debuta de local y que pretende empalmar hacia un 2025 con nuevas ilusiones.
Que empezó ya, que no perdió tiempo. Y en ese contexto, de la nada sacó este encuentro con buena vibra. Ante un Racing que viene de coronar allí donde el Canalla no pudo. Dónde puede sembrar a futuro, como lo viene haciendo desde que asumió Ariel Holan, con los dos buenos encuentros que trajbajó como visitante.
Quedaron jirones de aquel Central que hace un año dio la vuelta olímpica. Por los magros resultados obtenidos en todas las competencias que encaró, que dejaron la sensación de que fueron muchas y no le dio el piné.
Por algo llegó Ariel Holan
Compitió, es cierto, en las dos copas internacionales, nada en la Copa Argentina, nada en la Copa de la Liga ni en esta Liga Profesional, dónde se quedó con el consuelo, gran consuelo hay que decir, de los clásicos ganados. Que no sirvieron de mucho para darle continuidad a los procesos. Ni el de Miguel Angel Russo, nada menos, ni el de Matías Lequi, que de interino pasó a titular tras ganarlo y se desgastó enseguida.
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Apenas chispazos fue Central en este torneo. El último, el fantástico 3 a 0 al gallardo puntero Vélez, que sigue ahí arriba pese a los últimos empates, y que este año dio batalla en todos los torneos. A ese equipo de Gustavo Quinteros hizo besar la lona en Arroyito no hace mucho. Pero lo dicho, fue un pico de una montaña rusa, que ahora Holan intenta bajar más a tierra, darle consistencia, regularidad, aplomo.
Mucho decir, seguramente, para un proceso que apenas lleva dos partidos. Pero los buenos resultados, el empate en La Plata ante el último campeón Estudiantes, y la victoria en el último suspiro en Santiago del Estero ante el sorprendente Central Córdoba que casi tiene un pie en la próxima Copa Libertadores, le dieron a este Central una estabilidad que hacía tiempo no lograba.
La dirigencia de Rosario Central no perdió tiempo
Muchos lesionados importantes acarrea este momento canalla y la exigencia que plantea Holan seguramente también hizo pagar su costo cuando se llega a fin de año, y las piernas piden descanso, con nuevas bajas que sentirá en este tramo final, como la nueva de Jaminton Campaz y la última de Ignacio Malcorra.
Pero lo dicho. La dirigencia tomó la decisión de empezar la renovación antes que todo termine en este 2024 y por eso este encuentro que sufrió tantos vaivenes de horario adquirió otro status pese a lo que marca la tabla de posiciones.
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Un estadio recortado para su gente
No será a estadio lleno por las sanciones que cayeron para la entidad de Arroyito por el comportamiento de un sector siempre minoritario de su hinchada y la extrañeza se agrandará además porque será el primer partido de local luego del asesinato del líder de la barra brava auriazul. Un halo de violencia y preocupación que obligará a redoblar los sentidos para que solo se hable de fútbol está tarde-noche.
El fútbol en el que cree Holan y que de entrada intenta que Central muestre. Para que el hincha vea algo distinto a lo que venía observando. Para que renueve las ilusiones, aunque sean una apuesta al 2025. En ese sentido, está claro que el futuro es hoy.