El Saturni Racing, el orgullo de Bigand en el automovilismo argentino otra vez llegó a lo más alto. Como en 2006, cuando se consagró como piloto. Como en 2016 cuando celebró por primera vez como equipo, ambas en la Clase 2. Como ahora, después de una definición para el infarto en Trelew y de nuevo con Alfonso Domenech al volante.
Iván Saturni, el del primer título, colgó el casco pero no la pasión y volvió a comandar la estructura del Saturni Racing hacia su título más importante, el de la Clase 3 del Turismo Nacional, de nuevo con el piloto de Pergamino que tuvo su merecido festejo en su ciudad.
La final de la Clase 3 del TN en el veloz sureño autódromo Mar y Valle de Trelew será recordada por siempre por el de las maniobras de defensa de Alfonso Domenech, para no perder el primer lugar que se había ganado en su serie.
Alfonso Domenech, como Nicolino Locche
Primero fue de los embates de un guerrero como Facundo Chapur, al final de otro más joven como el compañero del cordobés, Gastón Iansa. Por momentos, el piloto de Pergamino pareció Nicolino Locche, el recordado campeón mundial mendocino de boxeo, esquivando y esquivando los mil y un intentos de superación hasta la misma bandera a cuadros.
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Así corrió toda la final de la Clase 3 Alfonso Domenech, primero asediado por Facundo Chapur y hasta el final por Gastón Iansa.
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Y esa situación de carrera la soportó de principio a fin. Domenech debía ganar como requisito para ser campeón, lo hizo y se consagró a toda orquesta. Pensar que en 2016, en la Clase 2 y en el mismo Saturni Racing, no necesitó el triunfo porque el reglamento no lo obligaba y se coronó con el 5° puesto en Posadas sin haber subido a lo más alto del podio.
Por eso este título, por ser además de la Clase mayor, valió mucho más. Además, porque al unirse las categorías bajo el paraguas de la ACTC, le dio el pase al Turismo Carretera.
Seguramente Domenech tratará de convencer a Saturni de que le haga un auto para el TC. Es que estuvo tres etapas en el equipo de Bigand, en dos fue campeón y en otra peleó hasta la penúltima fecha por el cetro para ser quinto.
Alta tensión en el Saturni Racing y a casa
Cansado por el viaje, el esfuerzo y la tensión, Iván Saturni llegó a Bigand el lunes después del mediodía y a la tarde ya se iba a Pergamino para los festejos de Domenech. Y, feliz, atendió a Ovación.
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Alfonso Domenech pasea por su ciudad en el camión de bomberos y con la copa en mano. Pergamino salió a recibir a su héroe tuerca.
“Te juro que todavía no caigo. Es como que no puedo decir mucho de la carrera, analizarla en detalle. Lo vivimos con tanta adrenalina, tanta tensión que cuando terminó fue una explosión, una felicidad increíble. No es fácil ser campeón de la Clase 3 del Turismo Nacional y lo logramos”, dijo Iván el Terrible.
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Emocionado aún por todo lo vivido, Saturni contó que “el Flaco se manejó todo, aguantó en todo momento, fue toda de él. Ya son tres etapas con Alfonso en el equipo y dos títulos, la verdad que es muy gratificante. El empezó con nosotros en las dos últimas carreras de 2015, cuando yo todavía corría, y fuimos campeones al año siguiente. Después se fue porque quería correr en la Clase 3 y yo aún seguí hasta 2018, sin tener otro auto”.
La tercera etapa exitosa con Alfonso
Como Iván Saturni colgó el casco en 2018 y se dedicó a gestionar únicamente su equipo, Domenech volvió en 2022 y peleó el título de la C3 hasta la penúltima carrera, la de los invitados en Buenos Aires, donde “Pedrito Boero se subió, pero tuvo un toque con Christian Ledesma y no pudimos sumar. Igual pintamos el 5 ese año y ahora pintaremos el uno”, remarcó con alegría.
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Alfonso Domenech, con su papá y su hijo en el podio de Trelew. Por supuesto, con la Orejona, que ahora llevará su nombre.
En 2023 corrió José Manuel Urcera ese auto y fue subcampeón, así que con un gran potencial Domenech lo llevó a la corona en este 2024 donde estuvo obligado a ganar en la última carrera y lo hizo. “Tal vez el año pasado fue hasta mejor que este, o igual, y al no coronarlo te queda como que no hiciste todo bien o falta el reconocimiento. Por eso fue tan importante este título, porque venimos siendo uno de los mejores equipos de la categoría”.
El VW Virtus tuvo además otro tinte regional, ya que los motores fueron atendidos en Casilda por los hermanos Luis y Mario Riva, todo un sello de garantía en el Turismo Nacional. “Fue un fin de semana hermoso y me cuesta entender todo lo que pasó. Es como que se me borraron un montón de cosas de la final porque fue bravísimo pero así la disfrutamos. Para nosotros, para Bigand, es algo único y ojalá repitamos”, cerró Iván Saturni.