Sebastián Ferreira volvió a darle la razón a Ariel Holan, que lo eligió para que sea el centrodelantero titular de Central. El paraguayo, en su segundo partido entre los once, volvió a convertir. Es más, hizo la misma cantidad de tantos que Enzo Copetti, que jugó 20 veces más con la camiseta canalla. Y aunque fue clave para el 2-2 final, se comió el gol del triunfo.
De 9 a 9. La solución y el problema que persiste. Porque Sebastián Ferreira marcó de nuevo en su segundo partido de titular, reemplazando a Enzo Copetti. Y cuando entró el exRacing fue clave en el 2 a 2 pero al final tuvo el triunfo y desperdició una de esas chances que marcan.
Ferreira está para eso. Para meterla. Lo hizo en su primer partido como titular la fecha pasada ante Gimnasia, que fue el del triunfo por 2 a 1 en el Gigante.
Y ahora, a los 7 minutos, la fue a buscar inteligentemente en el primer palo el córner de Malcorra, y apenas la desvió para cambiarle la trayectoria a Franco Armani, que vio cómo se le metía en el segundo. Pícaro, sagaz, bien de 9.
Su participación se fue apagando a medida que las contras de Central empezaban a salir en cuentagotas y por eso en el complemento Ariel Holan decidió cambiar todo. No fue casualidad que el paraguayo, antes Gaspar Duarte, y la dupla temida Campaz-Malcorra le dejaron sus lugares a Copetti, Lautaro Giaccone, Maxi Lovera y el que terminó siendo el héroe, el pibito Santi López.
Así volvió a inquietar a River y llegó al empate a seis minutos del final. Combinación bárbara de Giaccone para Copetti, mejor resolución del otro 9 y pase a la red del pibito López, que no lo gritó temoroso de que se lo anularon como antes a Juan Cruz Komar.
Hasta ahí, todo bien. El empate valía (y vale) mucho y a Copetti no había más que felicitarlo. Pero volvió a tropezar con su karma: la falta de gol. Pique en solitario de López por derecha, asistencia perfecta para Enzo que entraba como 9 y, ante Armani, resolvió quizás demasiado rápido, cambiándole el palo pero tirándola afuera.
Por eso Copetti terminó muy mal y los compañeros los consolaron, porque sabe que desperdició una oportunidad de oro, de esas que a los 9 como él lo bajonean, más allá de que todo el mundo le reconoce el esfuerzo.
Los números dicen que Ferreira necesitó 133 minutos para marcar dos goles y Copetti acumula casi 20 veces más, 2.596 minutos, con apenas los dos gritos que le hizo a Godoy Cruz en Mendoza, apenas llegó a Central y en el primer grito canalla del año.