Lautaro Martínez rompió la monotonía. El dominio de Argentina era poco desequilibrante y una pirueta del atacante, a los 9’ de la segunda etapa, quebró la paridad del marcador frente a Perú (1-0) por las eliminatorias sudamericanas. Hasta entonces, no le había quedado ninguna pelota de frente al arco al Toro. Pero el nueve es así, toca pocas y las aprovecha. Y el goleador de la última Copa América dejó su sello en la noche de la Bombonera.
La categoría para definir del delantero irrumpió en un partido en el que la selección argentina careció de capacidad para sorprender. En el que no encontró la manera de quebrar la resistencia del cauteloso planteo peruano, copando su cancha para cerrarle espacios al campeón del mundo, que en las últimas presentaciones no abrumó ni sometió a sus adversarios.
Argentina lo ganó con oficio. Nada suficiente para establecer diferencias claras y contundentes, en el resultado, más allá de que todo lo sucedió durante el partido dependió del representativo albiceleste. Le costó mucho tener ocasiones de gol ante Perú, que llegó a la Bombonera siendo el peor seleccionado de las eliminatorias. Tuvo pocas y solo una finalizó adentro del arco, por obra del atacante de Inter.
Es que le faltó desequilibrio al conjunto de Lionel Scaloni. Algo que le está pasando seguido. El desnivel lo encontraría con el Toro Martínez. El delantero se arrojó para interceptar el centro de Lionel Messi desde la izquierda y le entró de zurda en el aire. La pelota dio en la cabeza de Callens pero no desvió la trayectoria de semejante remate que ingresó sobre la izquierda de Pedro Gallese.
La conquista del delantero resolvió lo que hasta ese instante la selección argentina no le encontraba la vuelta. Tuvo que ser su goleador el que le dio alivio, en quien pudo confiar, en quien anda derecho para el arco. Hace pocos días, el jueves pasado también había convertido, abriendo el marcador en lo que sería luego la derrota con Paraguay por 2 a 1 en Asunción. Y quien venía de otro gol, en la fecha anterior por las eliminatorias, aportando un tanto en la goleada sobre Bolivia por 6 a 0 en el Monumental.
El abrazo del final con el que se retiraron de la cancha Martínez y Lionel Scaloni fue muy afectuoso. El entrenador le dijo algunas palabras a su goleador, al que siempre respaldó, hasta en aquellos momentos previos al Mundial y durante el Mundial en los que no la embocaba.
Si el Toro hasta llegó a perder el puesto con Julián Álvarez, con quien ahora en los últimos partidos compartió el ataque de la selección, pero con el exdelantero de River recostado sobre la izquierda, en una función que no siente ni se desenvuelve bien.
El Toro culminó un año satisfactorio haciendo lo que sabe. Muy valioso para un seleccionado que necesita comenzar una paulatina renovación. Por lo pronto, tiene asegurado un nueve con gol.