Cinco hombres afrontarán pedidos de prisión perpetua por el homicidio de Osvaldo Maximiliano “Popito” Zalazar, un recluso que el 14 de agosto de 2022 volvía de una salida transitoria cuando balearon el móvil del Servicio Penitenciario (SP) en el que lo trasladaban. Entre los acusados, como instigador, está Cristian “Pupito” Avalle, un gerente de Los Monos en Villa Gobernador Gálvez.
Los requerimientos de pena, que incluyen el intento de homicidio de un penitenciario que resultó herido en el ataque a tiros contra el vehículo, fueron formulados por el fiscal Patricio Saldutti en la audiencia preliminar al juicio oral realizada este jueves ante el juez Alejandro Negroni, quien aceptó la acusación y las pruebas ofrecidas por las partes.
Balacera
Oriundo de Villa Gobernador Gálvez como los acusados por haberlo asesinado, Popito Zalazar tenía 28 años y purgaba una condena a 12 años de prisión por un asesinato, otro intento de homicidio y tres asaltos a camiones repartidores de garrafas. En marzo de 2022 fue incorporado al régimen de salidas transitorias para afianzar sus lazos familiares y sociales por lo cual era trasladado dos horas por mes hasta un templo evangélico del barrio Cabín 9, en Pérez.
Meses antes de firmar esa sentencia en un procedimiento abreviado en 2017, también había sido condenado en el juicio oral por el asesinato del líder de Los Monos Claudio “Pájaro” Cantero pero no por el crimen sino por la portación de un arma de guerra. No obstante, su vinculación con ese episodio pudo haberle costado la vida tal como a otras personas mencionadas en esa causa que, como represalia, fueron asesinadas o que sufrieron los crímenes de algunos familiares.
Esa teoría pudo haber tomado más forma cuando se imputó como instigador a Avalle, sindicado como lugarteniente de Los Monos en Villa Gobernador Gálvez y acusado de haber ordenado el ataque contra el furgón penitenciario vía Whatsapp desde la cárcel de Ezeiza donde estaba preso.
Órdenes
Según la investigación, a las 13.13 del 14 de agosto de 2022 Avalle le envió a Damián Ramón Constantini un mensaje con información necesaria para emboscar el vehículo en el que Popito Zalazar iba a ser trasladado de regreso de una salida transitoria. Cuatro horas después y a unas doce cuadras del templo al que había asistido el recluso —El Chajá y la avenida Los Talas, límite entre Rosario y Pérez— un Ford Focus blanco se puso a la par de una Trafic del SP en la que circulaban Zalazar y cuatro agentes penitenciarios.
La acusación de Saldutti ubica a Jonatan Emanuel Urquiza al volante del Focus en el que también iban Constantini, Milton Joel Rivero y Juan Ignacio Alvarez. Los ocupantes del auto comenzaron a disparar contra el furgón con varias armas de fuego: una pistola ametralladora calibre 9x19, una pistola semiautomática Bereta y otra Browning. El rodado del SP fue alcanzado por un total de 27 balazos: dos impactaron en la puerta del conductor, cuatro traspasaron el vehículo de lado a lado y ocho los asientos del costado izquierdo.
Una de las balas impactó en el penitenciario Marcelo M. quien sufrió una herida de arma de fuego transfixiante en abdomen pero salvó su vida. Por su parte Zalazar fue alcanzado por varios balazos que le provocaron heridas en la espalda y la columna, entre otras partes del cuerpo, y murió tres días después, la mañana del 17 de agosto en el Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca).
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Apenas consumado el ataque el conductor del móvil penitenciario buscó refugiarse en la cárcel 16 de Pérez, a unas 125 cuadras de donde había sido la balacera. En tanto los ocupantes del Focus se dieron a la fuga por Los Tordos hasta avenida Las Palmeras, donde comenzó una persecución que se extendió por 40 cuadras y terminó en inmediaciones del cruce de las rutas 33 y 14, ya en Pérez. Los agresores abandonaron el auto en Belgrano y Florencio Sánchez de esa ciudad para continuar la huida a pie.
Minutos después fueron detenidos tres de ellos: Constantini cayó en 25 de Mayo y Estanislao López mientras que Rivero y Urquiza fueron apresados a unas cuatro cuadras, en Alem y Urquiza. Durante la huida intentaron descartar armas que fueron secuestradas, al igual que la pistola ametralladora que habían dejado en el auto donde también se levantaron varias vainas servidas.
Los tres sospechosos iban a ser imputados por el ataque a tiros y otros delitos conexos como la portación de las armas, pero horas antes de la audiencia se comunicó el deceso de Zalazar, lo que incluyó el homicidio entre las acusaciones. Meses más tarde, a partir de peritajes de rastros levantados en el auto, fue identificado Alvarez como el cuarto ocupantes del Focus. El acusado ya estaba detenido por otro hecho de portación de armas posterior al ataque mortal a la Trafic del SP.
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Por su parte Avalle fue imputado como instigador en octubre de 2022 en el marco de una extensa audiencia en la que sumó acusaciones por otros cuatro o cinco homicidios en su carácter de líder de una asociación ilícita por la cual imputaron a más de 25 personas.