Dos jóvenes fueron condenados este martes a altísimas penas como coautores de una balacera que desembocó en la muerte de Brenda Samira del Valle y otros ocho heridos que participaban de una fiesta callejera en Empalme Graneros en marzo de 2022.
Un tribunal oral les dictó 28 y 34 años de cárcel por la balacera en la que murió Brenda del Valle, el 13 de marzo de 2022 en una cuadra de Empalme Graneros
Foto: Leonardo Vincenti.
El crimen de Brenda Del Valle Bravo ocurrió en inmediaciones de Larrea y French la madrugada del 13 de marzo de 2022.
Dos jóvenes fueron condenados este martes a altísimas penas como coautores de una balacera que desembocó en la muerte de Brenda Samira del Valle y otros ocho heridos que participaban de una fiesta callejera en Empalme Graneros en marzo de 2022.
Gabriel Guassardo y Andrés Marcelo Chávez fueron sentenciados a 28 y 34 años de cárcel, respectivamente, por el tribunal oral conformado por los jueces Gonzalo López Quintana, Hebe Marcogliese y Pablo Pinto.
Guassardo, de 28 años y conductor de la moto en la que se movían los homicidas, fue sentenciado como coautor de un homicidio agravado por el uso de arma de fuego consumado y ocho tentativas del mismo delito. En el caso de Chávez, de 27 y juzgado como ejecutor de los disparos, su condena agrega a esos delitos la portación ilegal del arma de guerra con la cual disparó y encubrimiento. Además fue absuelto de su acusación por desobediencia a la autoridad.
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La fiscal a cargo de la investigación y la acusación durante el juicio, Georgina Pairola, había pedido condenas de 30 y 37 años, respectivamente, para Guassardo y Chávez.
El violento episodio se desencadenó la madrugada del domingo 13 de marzo de 2022 en Empalme Graneros. Sobre las 5.30 de esa mañana llegaron “Pachu” Chávez y Guassardo hasta la esquina de Larrea y French donde todavía quedaban unos 50 jóvenes participando en una fiesta callejera.
Como acompañante de la moto que conducía Guassardo, y sin detener la marcha, en un momento Chávez extrajo una pistola calibre 9 milímetros y comenzó a disparar contra la multitud. Los agresores volvieron a la esquina de Larrea y French donde detuvieron el vehículo y el gatillero volvió a realizar una tanda de disparos.
Como resultado de esa acción fue asesinada Brenda, de 24 años, quien fue alcanzada por dos proyectiles que le causaron una lesión cervical vascular grave. Además resultaron con lesiones de diferente gravedad otras ocho personas más de entre 16 y 29 años.
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Guassardo se entregó horas después de crimen. Tal vez sabía que lo habían reconocido y que su nombre ya estaba corriendo por un barrio donde todos se conocen. No obstante los rumores apuntaron contra otro muchacho de la zona que se puso a disposición de la Justicia y con el tiempo quedó desviculado del caso, entre otras cosas porque el propio Guassardo aseguró que no había participado.
A quien sí nombró el conductor de la moto fue a Pachu Chávez como autor de los disparos. Este joven fue detenido dos meses después del crimen luego de una persecución policial. Fue el 13 de mayo de ese año, cerca de las 20, cuando Chávez iba en una moto sin patente con Nicolás Cáceres y en inmediaciones de Gorriti y Provincias Unidas desoyeron la voz de alto de policías que patrullaban la zona y quisieron identificarlos.
Los ocupantes de la moto huyeron a gran velocidad por Provincias Unidas hacia el norte, doblaron por French y al llegar al cruce con Perú los policías los volvieron a cruzar. Los sospechosos siguieron con el escape y acelararon hasta que en Teniente Agneta y French chocaron con una camioneta Ford EcoSport. Chávez y Cáceres resultaron con fracturas y terminaron detenidos.
Además de la imputación por el crimen de Samira, a Chávez le imputaron tenencia de arma de fuego por haberle hallado una pistola 9 milímetros Browning y encubrimiento porque la moto en la que circulaban era robada. Esos dos delitos terminarían significando para Pachu seis años más de cárcel que Guassardo. Y para Cáceres el episodio significó una condena a cuatro años de cárcel por desobediencia civil y portación ilegítima de arma de fuego de guerra.
Tiempo después de haber sido imputado por el crimen de Samira, Chávez sumó otra imputación en otra causa cuando se lo descubrió como miembro de la banda de Francisco “Fran” Riquelme, un pesado de Empalme Graneros conectado con el narco Esteban Lindor Alvarado.
En ese sentido se indicó que el crimen de Brenda había ocurrido en el marco de un conflicto entre esta banda y la que le atribuían liderar a Mauro Gérez, una disputa territorial en torno al la venta minorista de drogas.
Así lo refirieron algunos testigos que indicaron que en el barrio ya conocían a los imputados y los vincularon con Riquelme. También sabían que en a cuadra donde se había convocado la fiesta funcionaba un delivery de drogas: “En la fiesta había gente de Mauro Gerez. El conflicto en el barrio es entre ellos dos para ver quién se queda con la venta de droga en la zona. En esas fiestas también se vende droga y suele haber gente armada", había contado un testigo durante la instrucción.
Por Martín Stoianovich