A Nazareno Uriel Gauna le dicen “Anteojito”. Bajo ese sobrenombre cobró notoriedad como gatillero a órdenes de varios “pesos pesados” del mundo criminal rosarino: actuó a órdenes del distribuidor de cocaína Julio “Peruano” Rodríguez Granthon, del fundador de Los Monos Ariel “Viejo” Cantero y de uno de los colaboradores de Don Ariel dentro y fuera de prisión, Nelson “Pandu” Aguirre. Por actuar como tiratiros a sueldo de esos referentes y cometer balaceras contra particulares, escuelas y estaciones de servicios, fue condenado a una pena única de 18 años y diez meses de prisión, además de ser declarado reincidente.
Es el monto que acordaron en un trámite de juicio abreviado los fiscales Franco Carbone, a cargo de los legajos de Anteojito, y Federico Rébola, presente en la audiencia, con el defensor de Gauna. El acuerdo se celebró en el Centro de Justicia Penal ante los jueces Rodrigo Santana, Pablo Pinto y Gonzalo López Quintana, quienes homologaron la condena. El joven de 24 años aceptó una condena a 15 años y 10 meses por varios delitos como asociación ilícita, amenazas, tres hechos de intimidación pública y un intento de homicidio bajo promesa remuneratoria. Esa pena se unificó con una previa a 3 años de prisión por encubrimiento y amenazas.
Detenido en abril de 2022, Gauna fue acusado como tiratiros a sueldo en siete hechos delictivos ligados a la violencia narco. Lo apresaron como un gatillero de la banda que dirigía el Viejo Cantero, aunque según la Fiscalía actuaba con “libertad de movimientos” al realizar ataques por encargo. Su nombre cobró cierta resonancia en diciembre de ese año, cuando los fiscales Carbone y Valeria Haurigot lo imputaban como uno de los 19 integrantes de una asociación ilícita comandada desde prisión por Rodríguez Granthon.
Según denunció entonces públicamente el fiscal Carbone, en el momento en que él exponía sobre las vinculaciones de Anteojito, el preso se despachó con una amenaza mientras participaba de la audiencia conectado vía Zoom. “Que el fiscal Carbone deje de hablar al pedo. Esto no va a quedar así”, dijo el sindicado gatillero, lo que motivó una reacción del Colegio de Magistrados manifestando preocupación por ese tipo de amenazas.
En la condena Gauna fue considerado la “mano derecha” y el “brazo ejecutor” de Pandu Aguirre, líder de una de las células de la banda dirigida por Ariel Cantero padre y su pareja; organización a la que se le atribuyeron numerosas extorsiones y atentados a edificios públicos. Se ocupaba, según el fallo, de la logística de los ataques, de bajar órdenes de Pandu a soldaditos de la banda, de las cobranzas y de concurrir a la casa del matrimonio Cantero en la zona de barrio Vía Honda para recibir instrucciones.
La zona propia
A partir de mediados de diciembre de 2021, según la acusación, dejó de seguir ordenes de Pandu y comenzó a trabajar como jefe de una subestructura a su cargo con influencia en Vía Honda y barrio Triángulo.
Dentro del primer armado delictivo fue acusado de una extorsión a una familia que el 30 de noviembre de 2021 pagó 39 mil pesos al grupo de Pandu tras sufrir “múltiples actos intimidatorios”.
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Según la acusación, antes de esa filiación tributó a la organización dirigida desde prisión por el piloto Rodríguez Granthon, quien cumple dos condenas por narcotráfico en la cárcel federal de Ezeiza, dedicada a cometer extorsiones y balaceras en la ciudad. La condena le asigna a Anteojito haberse comunicado con el jefe de manera directa para recibir instrucciones sobre balaceras y coordinar la logística, la mano de obra y las armas.
Balaceras con trasfondo narco
Además fue condenado por haber cometido, bajo encargo de Pandu y en un día electoral, las balaceras del 14 de noviembre de 2021 a la escuela técnica Crisol y a la escuela Santa Isabel de Hungría.
Otros dos ataques por los que asumió responsabilidad al firmar el abreviado fueron las balaceras a la estación de servicios “La Blanca”, de Ovidio Lagos al 4900, y la Axion de San Martín y Saavedra, ambas atacadas a tiros el 12 de noviembre de ese año a órdenes de Pandu. Según la condena se ocupó de coordinar la logística y de cobrar el pago, además de seleccionar a los tiradores que dispararon contra la Axion.
Por último, Anteojito fue condenado por un intento de homicidio en un punto de venta de drogas conocido como “El Arco” en la cancha de fútbol de Cerrillos al 3800, en Vía Honda. Allí resultó herido un joven en un ataque ordenado por Pandu y por el que recibió una suma de dinero.
En la investigación se citaron, entre otras evidencias, escuchas de conversaciones telefónicas en las que Gauna comentó que contaba con la venia del Viejo Cantero para operar en una zona: “El Ariel me dio el semáforo verde para que cobremos todos los negocios a nombre de él”.