La investigación por el crimen de Marcos Daloia, el chofer asesinado en marzo pasado en medio de la saga de asesinatos de trabajadores que conmocionó a la ciudad, sumó un nuevo capítulo este martes con la imputación de José Mauricio Maturano. Se trata del cómplice del sicario, que ya está preso, a quien llevó en una moto y luego lo esperó para escapar. Lo capturaron vendiendo cocaína en una villa de Buenos Aires y ahora quedará en prisión preventiva acusado de un delito que prevé la pena de prisión perpetua.
La jueza Paula Álvarez confirmó la prisión preventiva por el plazo de ley solicitada por el fiscal Patricio Saldutti, que estuvo a cargo de la imputación. Con Maturano ya son cuatro las personas acusadas por el crimen de Daloia. En agosto pasado había sido imputado Axel Herrera, de 19 años y sindicado como el sicario, que también quedó en prisión preventiva. Otras dos personas, señaladas por encubrimiento, fueron condenadas en un procedimiento abreviado a tres años de prisión en suspenso al no ser considerados parte del plan criminal.
El crimen del chofer
Para el 7 de marzo pasado un marco de tensión había sacudido a la ciudad a partir de dos crímenes ocurridos los días anteriores. Los asesinatos de los taxistas Héctor Figueroa y Diego Celentano habían provocado un paro del gremio y la incertidumbre en la población por dos hechos que, como luego se comprobó, habían tenido como víctimas a personas ajenas al mundo criminal. En ese contexto salió a trabajar aquella tarde el chofer de colectivos Marcos Daloia, de 39 años y padre de tres hijos.
Cuando llegó a la esquina de Mendoza y Guatemala al volante de una unidad de la línea K, Daloia frenó y le abrió la puerta a un joven que le había hecho señas en la parada. Con los ojos apenas asomándose por debajo de un gorro piluso, el supuesto pasajero subió y no vaciló al desenfundar un arma y dispararle al conductor sin decirle ni una palabra. Daloia quedó herido de gravedad dentro del colectivo vacío, dado que la mayoría de los pasajeros se bajó y huyó del lugar. Solo un hombre se quedó para asistirlo junto a un chofer de otra unidad que pasaba por ahí.
El único pasajero que asistió a Daloia también alcanzó a ver cómo el sicario huyó a las corridas, testimonio que sirvió al igual que el de un peatón que intentó perseguir al homicida y vio cómo se subió en una moto que lo esperaba. Los investigadores del hecho obtuvieron luego imágenes de las cámaras de vigilancia que captaron a los dos sicarios a bordo de una moto que terminó en una casa de Nicaragua al 2200. Allí la policía encontró el rodado, las prendas de los homicidas y a dos personas que terminaron condenadas por encubrimiento en un procedimiento abreviado.
Una nueva imputación
Marcos Daloia murió al atardecer del domingo 10 de marzo. Para entonces había ocurrido un cuarto asesinato al azar, el del playero Bruno Bussanich, baleado por un menor de edad que dejó en la escena del crimen un cartel con amenazas a funcionarios provinciales. Con esa y otras evidencias, a 9 meses de aquellos hechos la Fiscalía de Rosario, y también el gobierno, consideran que esa saga de homicidios fue una represalia a las restricciones tomadas en cárceles provinciales contra presos de alto perfil.
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Por el momento la investigación de esos hechos condujo a identificar a los autores materiales, entre los que hay menores no punibles, pero poco se sabe todavía acerca de la autoría intelectual de los crímenes. Lo que implica no solo quién dio la orden sino también por qué motivos. Lo más alto que se llegó fue a Alejandro "Chucky Monedita" Núñez y su pareja Brenda Pared, acusados de haber instigado los crímenes de los dos taxistas y un ataque a tiros contra la comisaría 15ª, ocurrido en esos días.
Este martes la investigación sumó una nueva imputación al ser acusado José Mauricio Maturano, de 42 años y con domicilio en el barrio Santa Lucía. Estaba identificado al menos desde julio pasado, cuando el Ministerio Público de la Acusación (MPA) difundió las imágenes de las cámaras de seguridad para pedir colaboración a la población con una recompensa de 10 millones de pesos.
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Pero Maturano cayó de manera fortuita cuando policías de la Ciudad de Buenos Aires lo encontraron la madrugada del 26 de noviembre vendiendo drogas en la villa 31. Allí dio una identidad falsa, lo que los agentes supieron luego cuando lo ficharon en el Sistema Nacional de Reincidencia y sus huellas dactilares constataron su verdadera identidad y por lo tanto su búsqueda de paradero activa.
Este martes el fiscal Patricio Saldutti le imputó homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y por precio o promesa remuneratoria, agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de menores de edad, en concurso ideal con intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego y la participación de menores de edad; y coacciones agravadas por ser anónimas y con el propósito de obtener alguna medida o concesión por parte de los miembros del poder ejecutivo de la provincia de Santa Fe en carácter de coautores.
El otro imputado
Gran parte del avance en la investigación por el crimen de Daloia se dio en julio luego de que la Fiscalía difundiera el pedido de colaboración con los registros de las cámaras de vigilancia que mostraban a los dos sicarios a bordo de una moto. Unas horas después de la difusión de las imágenes una mujer de 37 años se presentó con familiares en la comisaría 14° de barrio Belgrano y dijo ser la ex pareja de Maturano.
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Los policías se comunicaron con un fiscal y este ordenó que la mujer quede demorada. Luego la identificaron como Joana García, sospechada de participar del homicidio de Bruno Bussanich, el playero asesinado en la misma saga de ataques de marzo pasado. La Fiscalía le imputó homicidio calificado al acusarla de haber brindado al sicario el arma y la nota que dejó en la escena del crimen.
Un días después se entregó Axel Herrera, de 19 años, sindicado como el acompañante de Maturano y asesino del colectivero Daloia. Sus familiares lo habían reconocido en las imágenes difundidas por su particular forma de correr por una herida provocada por un balazo recibido en una pierna en julio de 2021. El joven luego confesó su participación en el crimen, sus allegados se ocuparon de hablar con un pastor de confianza, quien se dirigió a la sede de la Policía de Investigaciones para garantizar una entrega segura.
Un hecho anterior
A Maturano también le imputaron este martes la tentativa de homicidio de otro colectivero, por un ataque ocurrido el día anterior al asesinato de Daloia. Ese hecho ocurrió el 6 de marzo cerca de la medianoche, en la zona de Cerrito y México, donde un chofer de la línea 122 roja fue atacado a tiros desde la misma moto que al día siguiente se utilizó en el crimen de Daloia. El conductor también fue Maturano, pero el sicario no pudo ser identificado todavía.
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Según la descripción del fiscal Saldutti, los atacantes se ubicaron del lado derecho del colectivo, sobre la puerta delantera, y comenzaron a disparar en dirección al conductor. Luego se ubicaron de frente al colectivo y volvieron a disparar, sin lograr herir al chofer. Por este hecho la calificación imputada fue tentativa de homicidio doblemente calificado por el concurso premeditado de dos o más personas y por precio o promesa remuneratoria, agravado por el uso de arma de fuego y por la participación de menores de edad. Al igual que con el homicidio de Daloia, le agregaron intimidación pública agravada por el uso de arma de fuego y la participación de menores de edad, coacciones agravadas por ser anónimas y con el propósito de obtener alguna medida o concesión por parte de los miembros del poder ejecutivo de la provincia de Santa Fe.