Los vecinos de Alem al 4000, donde la noche del lunes un hombre fue asesinado a balazos, coinciden en que la víctima era un trabajador que no tenía problemas con nadie. José Miguel Herrera González, de 57 años, era metalúrgico y estaba comprando en un kiosco cuando lo mataron de varios disparos. Se investiga si el objetivo del ataque era ese comercio, pero también existe la posibilidad de que la intención de los sicarios haya sido "quemar" un punto de venta de drogas ubicado en un pasillo lindero en esa cuadra del barrio Tablada.
Hay dos aspectos que acercan a este homicidio a un contexto narcocriminal. Por un lado la mecánica del ataque: el sicario bajó de un auto y sin mediar palabras vació un cargador contra la víctima y la fachada del kiosco. Por otro, el lugar en sí mismo: una zona del barrio Tablada que en los últimos años fue escenario de 13 crímenes y de allanamientos relacionados al narcotráfico. En lo que va del año es el segundo homicidio que ocurre en el barrio.
Tablada es hace al menos dos décadas territorio en disputa por parte de bandas dedicadas al narcomenudeo que desde hace varios años tienen a sus líderes presos. Además de los crímenes registrados en 2025, otros hechos recientes dan cuenta de una bronca vigente. Un ejemplo es el asesinato en diciembre pasado de Damián Mauricio Vargas, a 200 metros de donde ocurrió el crimen este lunes. En esa ocasión los sicarios dejaron una nota: "Acá si no venden para quien ya saben los matamos a todos". La semana pasada, tras un ataque de 20 balazos contra una vivienda de Patricias Argentinas al 4100, apareció otro mensaje, en esa ocasión firmado por "la mente maestra".
Luego de un 2024 con cierta calma, marcado por un descenso del 65 % de los homicidios dolosos en Rosario respecto de años anteriores, hay señales de un rebrote de la violencia urbana con 24 crímenes registrados desde enero. El gobierno provincial lo tiene en cuenta y analiza una suerte de "reacomodamiento" en el mundo criminal. En conferencia de prensa el ministro de Justicia y Seguridad, Pablo Cococcioni, explicó que tras la detención de líderes de alto perfil como Jonatan Riquelme, Lisandro Contreras y Mauricio Laferrara pudo darse "una autonomización de eslabones". Lo que podría implicar una reconfiguración en los distintos actores del narcotráfico, fenómeno que suele repercutir con violencia en territorios populares como Tablada o Villa Banana, donde el domingo ocurrió un triple asesinato.
Los detalles del crimen
El asesinato de José Miguel Herrera González tuvo testigos. Vecinos que hablaron con La Capital describieron que cerca de las 21 el hombre estaba comprando en el kiosco ubicado en la boca del pasillo en el que vivía cuando un auto apareció en escena. Del vehículo bajó el sicario que sin decir una palabra comenzó a dispararle. Dentro del local, el joven que atendía alcanzó a tirarse al piso para ponerse a resguardo, pero varios balazos impactaron en heladeras y otros elementos. Los peritos que trabajaron en el lugar levantaron 12 vainas calibre 9 milímetros, la misma cantidad de impactos que quedaron a la vista en la pared y ventanas del lugar.
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Este martes, como suele ocurrir luego de homicidios de este tipo y en zonas signadas por la violencia narco, los vecinos escatimaron al momento de entrar en pormenores. Quienes hablaron se limitaron a lo que fue un punto en común en el vecindario: José Miguel Herrera González era un trabajador y nunca había estado involucrado en problemas que puedan explicar de alguna manera su desenlace. De nacionalidad chilena pero desde hace años radicado en Tablada, lo solían ver diariamente volviendo a su casa desde su trabajo como metalúrgico.
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Crimen en barrio Tablada. El lugar donde el lunes a la noche mataron a José Miguel Herrera
Foto: Sebastián Suárez Meccia / La Capital
Fuentes de la investigación coinciden en que, al menos hasta el momento, no hay un trasfondo que vincule puntualmente a la víctima con su asesinato. En ese marco consideran la hipótesis de que haya quedado en medio de un ataque que no era para él. Lo mismo ocurre con el kiosco y sus dueños, también residentes del barrio desde hace años. Sin embargo no descartan ninguna hipótesis.
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Habitantes de Tablada que conocen las dinámicas criminales del barrio indicaron a La Capital dos posibilidades respecto del homicidio. Por un lado el hecho de que una banda narco quisiera apropiarse por la fuerza de la casa de la víctima. También mencionaron que el hombre pudo ser atacado a tiros casualmente, solo con el objetivo de "quemar" un punto de venta de drogas que funciona en las inmediaciones de donde ocurrió el crimen. En las dinámicas de las bandas es una práctica habitual marcar un búnker a fuerza de balazos para obligarlo a cesar sus actividades o para exponerlo ante las autoridades.
Una cuadra con historia
La cuadra de Alem al 4000 figura en varias crónicas policiales desde hace dos décadas, ubicándose como uno de los puntos calientes del barrio Tablada siempre enmarcado en el mismo trasfondo narco. Un aspecto similar al que se da en calles paralelas a la misma altura hacia el este de la ciudad: Ayacucho, Patricias Argentinas, Necochea, Chacabuco. Puntualmente sobre calle Alem, el último homicidio registrado había sido en mayo de 2023 cuando Raúl Eduardo Benítez, un remisero de 55 años, fue acribillado dentro de su vehículo.
Pero los asesinatos en esa cuadra se cuentan al menos desde 2012, cuando en noviembre de ese año mataron a Carlos Rodríguez, de 21 años. Mismo destino que luego tuvieron Ángel Rodríguez, de 28 años y Juan González, de 25, en enero de 2014; Mauricio Maciel, de 22 años, en mayo de 2015; Milton Navarro, de 24 años, en noviembre de 2015; o Nelson Fernández, de 24 años, en noviembre de 2016.
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En 2016 se dio otro suceso vinculado a ese trasfondo, como la detención en uno de los pasillos de la cuadra de dos hombres que vendrían drogas. Aquel operativo estuvo a cargo de la entonces Dirección General de Prevención y Control de Adicciones y su jefe Alejandro Druetta, posteriormente condenado por narcotráfico.
Meses después, en marzo de 2017, en esa misma cuadra fue asesinada Julia Luján Guzmán, de 32 años, quien quedó en medio de un tiroteo en el ingreso de uno de los pasillos. Unos días antes otro crimen había puesto la lupa de la Justicia en esa zona: fue cuando a pocas cuadras, en Centeno al 200, asesinaron a Mario Alberto "Monito" Muñoz. En aquel entonces la principal bronca se daba entre la banda de Los Funes y la que comandaba desde la cárcel el ya asesinado Ariel "Tubi" Segovia, pero también aparecía otro nombre como el de René "Brujo" Ungaro.
Por esos años la violencia en Alem al 4000 continuó con el doble homicidio de Ramón Larrosa, de 45 años, y Pedro Bernay, de 30 años en octubre de 2018. En mayo de ese año fue asesinado Darío Leguizamón, de 38 años. Ya en enero de 2019, a metros de allí, acribillaron a Ismael Guzmán, de 27 años. Una historia de sangre que continuó escribiéndose este lunes con el asesinato de José Miguel Herrera González.