Para la acusación, Quevertoque era el nexo entre Medina/Alvarado y la policía provincial. Los fiscales dijeron que el ex subcomisario ahora preso tenía relación con Jorge Benegas, sindicado como la mano derecha de Alvarado y con quien es socio en la propiedad de varios caballos de carrera. Además mantenía contactos con al menos tres personas del círculo íntimo de "El Esteban", como se conoce a Alvarado. Personas que lo visitaron en los lugares en los que estuvo preso luego de que el fiscal federal de San Isidro Particio Ferrari lo mandara tras las rejas en agosto de 2012.
En San Isidro Alvarado acordó una condena a 6 años y medio de prisión acusado como jefe de una banda de ladrones de autos de alta gama que eran traídos a Rosario para desguace. Ferrari aportó a los investigadores locales 150 CD's con escuchas sobre Alvarado que hoy son claves en la investigación de la banda y su sostén financiero, este último generado con nueve empresas legales constituidas mientras Alvarado ya estaba detenido.
Como ocurrió con Los Monos, cuya caída fue precipitada por una serie de asesinatos mafiosos que traspasaban bulevares y parecían imparables, una saga de ataques de alta gravedad institucional precedió a la captura de Alvarado. Atentados contra edificios y funcionarios del Poder Judicial entre el 10 de diciembre de 2018 y el 14 de enero pasado.
Pero el puntapié para que llegaran a él fue el crimen del prestamista Lucio Maldonado, cuyo cuerpo fue hallado al costado de la avenida de Circunvalación, a 200 metros del casino, el 13 de noviembre de 2018. Tenía un balazo en la cabeza y dos en la espalda. Lo dejaron junto a un cartel que decía: "Con la mafia no se jode", sello de agua utilizado en varias de las balaceras mencionadas anteriormente.
En las audiencias de la semana pasada contra el "Clan Alvarado" los fiscales indicaron que, para la nueva acusación, se valieron entre otras cosas de audios y menciones a Medina y Alvarado surgidas en el juicio de Los Monos. Un debate del que participó el fiscal Luis Schiappa Pietra, hoy en la Unidad de Gravedad Institucional.
El gran debate
La sombra de Alvarado en el juicio a Los Monos comenzó a insinuarse desde el primer día del debate. El 21 de noviembre de 2017 la banda surgida a fines de los 90 en el barrio La Granada (hoy 17 de Agosto) llegaba a un juicio oral y público por primera vez. Fueron los principales acusados y sus defensas quienes introdujeron los nombres de Medina y Alvarado en los estrados.
Sin que ésto modificara un ápice el peso de la prueba que el tribunal achacó a Los Monos, la apuesta defensiva fue el contragolpe. Una fuerte crítica a la actuación del juez instructor Juan Carlos Vienna y a los policías de la BOJ que comandaron los primeros tramos de la pesquisa y que tenían a Quevertoque como número 2. Los que estaban en el banquillo dijeron que esos policías perseguían a la familia Cantero para favorecer a Luis Medina.
Las menciones aparecieron por distintas vías. En declaraciones picantes y también en misteriosas escuchas a las que era sometida la propia Brigada investigadora, al parecer ordenadas desde la Justicia federal. En ese sentido, el comisario inspector Gustavo "Gula" Pereyra, el de más alto rango entre los acusados en la causa a Los Monos y quien resultó absuelto, también situó a Medina y Alvarado en el mapa narco en su explosiva exposición de la jornada 22 del juicio.
Enemigo Público
Dos días después del inicio del debate, Ramón "Monchi" Machuca sacó a relucir su estilo provocativo. Previamente sus abogados habían presentado a Los Monos como chivos expiatorios de un contexto político que reclamaba acciones contra el narcotráfico en una Rosario recalentada por la altísima tasa de homicidios de 2013. Uno de esos asesinatos fue el de Claudio "Pájaro" Cantero, líder de la banda. En esa línea que los jueces refutarían, "Monchi" habló de los policías del BOJ como "Los cuatro magníficos". Dijo que lo habían extorsionado.
Luego lanzó una acusación no demostrada en el debate: dijo que Antonio Bonfatti tuvo una especie de trato comercial con Luis Medina por dos autos que estaban a nombre del ex gobernador. Un mes más tarde volvió a nombrarlo. Aludió a la controvertida requisa que integrantes de la BOJ realizaron en el Country Club La Pradera Haras de la localidad bonaerense de Pilar tras el crimen del empresario y su novia Justina Pérez Castelli, acribillados en el acceso Sur de Rosario el 29 de diciembre de 2013.
La causa que investiga ese asesinato, la número 8/2014 del juzgado de Instrucción 2, está sin esclarecer. No tiene imputados ni indagados. Pero fue reabierta el pasado mes de junio y quedó en manos de los fiscales de Gravedad Institucional. Una causa que tiene hoy a Alvarado como principal sospechoso.
Dos causas
Cristian Romero era el jefe de la polémica Brigada que investigó a Los Monos. Fue el primer integrante de esa sección que prestó testimonio en el juicio a la banda de Las Flores. Mientras declaraba sobre su hipótesis de trabajo, el defensor Fausto Yrure pidió que se reprodujeran dos escuchas de procedencia aún desconocida. Al parecer fueron dispuestas por la Justicia federal, que investigaba a Medina, y luego remitidas a la ex jueza de Instrucción provincial y vicegobernadora electa Alejandra Rodenas. Ella investigaba el doble crimen de Medina y su novia.
A los miembros de la BOJ les habían intervenido los teléfonos en el momento en que pasaba por sus manos la causa más importante de la provincia. Y mientras eran oídos conversaban sobre escuchas a Los Monos, allanamientos, búsqueda de armas, internas policiales y el concepto del que gozaban en las más altas esferas del gobierno santafesino. Se trata de seis audios que se reprodujeron en el juicio a pedido de las defensas. Medina y Alvarado aparecen en dos de ellos.
En uno, captado el 1º de febrero de 2014, se oye dialogar al oficial Romero con el suboficial Ariel Lotito, también miembro de la BOJ. El verborrágico Lotito le sugiere a su superior que deberían trabajar para que la investigación por el homicidio de Medina pase a ser investigada por el juez Juan Carlos Vienna: “En la causa de Los Monos se menciona a Medina en cuatro o cinco oportunidades. Nosotros tenemos la investigación anterior. Tendría que pasar la causa a Vienna. Que pida la causa él para su análisis, la vamos a cerrar más rápido con él”, dijo.
De Luis a Luis
El subcomisario Quevertoque fue el segundo policía de la Brigada en declarar en el juicio. Medido y por momentos reticente, explicó su modalidad de trabajo en la silla reservada a los testigos. Una de las evidencias que los fiscales de la causa Alvarado citan contra Quevertoque es una escucha de su ex colega Germán Almirón, también miembro de la Brigada.
Almirón fue condenado en junio de 2017 por facilitar la increíble fuga de un miembro de Los Monos en la Jefatura rosarina. Pero al juicio llegó como testigo, citado por las defensas, para que se explayara sobre conversaciones captadas en su celular previas a su arresto, cuando aún estaba activo en la Brigada.
En esa charla acusaba a sus jefes de la BOJ de filtrar datos a Luis Medina. “Son dimes y diretes”, dijo Almirón en el debate, tomando cierta distancia. Entonces se reprodujo una conversación con un colega en la cual sugiere que sus jefes, y no él mismo, habrían alertado de un allanamiento a un alfil de Los Monos. Fue un procedimiento llevado adelante el 18 de noviembre de 2013, cuando efectivos de Judiciales fueron a buscar a un edificio de Cafferata y San Luis a Jorge Emanuel “Ema” Chamorro, a quien sindicaban como vendedor de drogas de Los Monos. Pero el muchacho los recibió a balazos y escapó en una moto Honda Tornado en la que lo acompañaba una chica. Fue detenido un mes más tarde.
Al frustrarse el operativo, Almirón llamó a su colega de la Brigada José Luis Ramonda.
Almirón: Cheli, ¿me escuchás? Recién me llama la mina que anda con Chamorro, la que lo entregó el sábado. El sábado mismo a la tarde le avisaron a Luis Medina de la Brigada que nosotros lo íbamos a ir a tumbar ahí, a Cafferata y San Luis.
Ramonda: ¿De la Brigada salió?
A: Sí, de la Brigada nuestra salió. Le avisaron a Luis y Luis les avisó a todos.
R: Hijos de mil puta.
A: ¿Vos a Medina no llegás?
R: No, no llego.
A: Decime la verdad Cheli. ¿Luis (Quevertoque) llega a Luis (Medina)?
R: Y no sé qué decirte, viste cómo son estas cosas.
A: Sí, Cheli, pero me estoy arriesgando la vida. Me van a meter un petardo para que éstos se llenen los bolsillos. No pueden hacer esto. Estoy arriesgando a mi familia al pedo, loco. Llego, hablo con Romero y le pido el pase.
En otro tramo de esa charla Ramonda dice saber que Quevertoque tenía relación con Alvarado: “A Luis no sé, pero a Esteban seguro”, afirma.
En las evidencias presentadas contra Quevertoque también se citan pericias sobre el celular de Luis Medina realizadas en el marco del expediente 8/2014 que dan cuenta del contacto que tenía el empresario y sindicado narco con la BOJ. En dos celulares Medina tenía agendado distintos números como el contacto “JU” y las escuchas existentes dan cuenta que tenía relación con un empleado de esa Brigada. No sólo Medina hablaba con los policías. También lo hacía Justina, su pareja.
En una comunicación del 6 de diciembre de 2013 el contacto “JU” le avisa sobre la detención de Leandro “El gordo” Vilches, un hombre de Los Monos, y le dice: “No lo atiendas a «Ema»”. El 23 de diciembre, una semana antes de ser asesinado, desde “JU” le avisan a Medina por mensaje: “La Capital, mañana”. Al día siguiente en la tapa de este diario se daba cuenta de la detención de Walter Jure, uno de los hombres fuerte de la banda de Los Monos.
Ex subcomisario en el banquillo
Un año y medio después de finalizado el juicio a la banda de Los Monos, el retirado subcomisario Luis Enrique Quevertoque entró esposado y protegido por un chaleco antibalas a la sala 7 del Centro de Justicia Penal. Los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra lo acusan de integrar la banda de Esteban Lindor Alvarado, como "una de las personas que permitieron construir un permiso estatal" para cometer tropelías. Informes de la Tropa de Operaciones Especiales (TOE), el Organismo de Investigación (OI), la Delegación Especial de Asuntos Internos Delegación Zona Sur, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y escuchas telefónicas ventiladas en la audiencia lo comprometen con la acusación.
Una serie de mails que ligan a la policía con el mundo narco
Faltaban dos días para que terminara 2017 cuando el ex comisario Gustavo “Gula” Pereyra se despachó en medio del juicio a la banda de Los Monos con una declaración de alto tenor político. Soltó que una línea del gobierno de Antonio Bonfatti “estaba dispuesta a obtener dinero del narco” y que para eso se recostó en la brigada que investigaba a los Cantero.
Para más referencias, los mails que había enviado a sus superiores cuando recolectaba información en la disuelta Secretaría de Delitos Complejos están plagados de alusiones a Luis Medina y Esteban Lindor Alvarado como piezas destacadas del tablero.”Pedían un allanamiento para buscar un prófugo y pum, nos encontrábamos con un búnker. ¿Trabajaron 16 años en Drogas y ninguno sabe que tiene que haber una investigación previa?, fustigó “Gula” a sus camaradas de la Brigada de Judiciales que lo mandaron a detener. “Estaban recaudando y los querían poner a Alvarado y a Medina para que manejaran todo. Porque Quevertoque en ese momento era socio de Alvarado, eran vecinos”, dijo Pereyra.