Un vecino de barrio Carlos Casado fue demorado por acopiar y vender casi 600 artículos de pirotecnia. En un operativo, la Policía concretó este lunes una entrega controlada al recibir una denuncia anónima sobre comercialización de los artículos prohibidos por ordenanza municipal y la ley nacional de Armas y Explosivos N° 20.429.
Minutos después de las 11 de ayer, efectivos de la sección Neutralización de Explosivos de la Unidad Regional II se comunicaron con el fiscal Carlos Covani para solicitar la autorización para pactar una compra y así poder dar con los explosivos, que finalmente fue un verdadero arsenal.
Con el visto bueno del fiscal, los agentes se hicieron pasar por clientes en busca de una torta de fuegos artificiales, 112 tiros, una torta de 42 tiros y morteros con bombas de estruendo. Acordado el material y el vendedor, los efectivos dieron con un joven de 25 años identificado como Ignacio S., quien los invitó a ingresar al domicilio ubicado en Berlín al 3400, entre Hopkins y Saavedra.
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Con todo el material frente a ellos, los Policías revelaron su identidad, hicieron pasar a los testigos y la dueña del inmueble, madre de Ignacio S. e identificada como María Cecilia M., entregó la totalidad del material ubicado en distintas partes de la finca.
El operativo, en el que colaboraron agentes de la División Judiciales de la URII, se extendió hasta minutos antes de las 17, momento en que el fiscal Covani dispuso el secuestro del material y el traslado del joven.
Entre los productos se encontraron una gran cantidad de tortas de fuegos artificiales, bombas de estruendo, morteros, cañas voladoras, bengalas, entre otros elementos.
Pirotecnia con luces, pero sin ruidos
En 2023 el Concejo Municipal flexibilizó la utilización de fuegos artificiales mediante la ordenanza 10.567. Fue un proyecto de la exedila Daniela León, prohibición del uso de pirotecnia en Rosario, vigente desde 2003.
La iniciativa fundamenta la necesidad de sostener la prohibición de la pirotecnia sonora. “El uso de pirotecnia representa otros efectos que afectan a la población con autismo, discapacidad intelectual y también a las personas con estrés postraumático como los veteranos de guerra en quienes pueden reactivar recuerdos muy vívidos y angustiantes”, indica.
“Las personas con Condición del Espectro Autista -continúa- tienen hipersensibilidad auditiva, por lo que perciben el sonido de la pirotecnia de una manera muy intensa. Y son más sensibles a los estímulos externos (los sonidos, las imágenes y los olores) y es por esta razón que los estruendos provocados por fuegos artificiales, cohetes y en general por cualquier artificio pirotécnico generan en ellas un alto nivel de ansiedad, siendo frecuente que experimenten tensión, miedo, y que lo manifiesten a través de gritos, crisis de llanto, incluso adoptando conductas repetitivas e incluso llegando a autolesionarse”.
La nueva regulación consigna que la Dirección de Inspección municipal “podrá autorizar la comercialización o tenencia de artificios pirotécnicos, únicamente destinados a producir efectos visibles, en establecimientos que considere, siempre que no se trate de locales donde se expendan comestibles, prendas de vestir, combustibles líquidos o sólidos, líquidos inflamables y corrosivos, ácidos y otros materiales afines”.