Dos años atrás, el dueño de una casa de deportes de la zona oeste estaba a punto de salir de viaje a Mar del Plata, pero antes fue por unas compras de último momento a un negocio de su barrio. En la puerta del almacén, dos jóvenes lo asaltaron con un arma y le quitaron un neceser de mano. El los persiguió unas cuadras en bicicleta y recuperó sus cosas, pero al darles la espalda un balazo le impactó en la médula y lo dejó paralítico. Por ese disparo que cambió para siempre la vida del comerciante, un joven de 21 años aceptó este miércoles 12 años de condena en un juicio abreviado.
Es la pena que acordó la fiscal de Homicidios Marisol Fabbro con el defensor particular de Tomás Gabriel Dilascio, un joven de 21 años sin antecedentes penales que fue detenido el día del ataque cuando corría con un revólver en la mano. Fue condenado como coautor de un intento de homicidio calificado y un robo calificado en tentativa, todo agravado por la participación de un adolescente de 17 años que también fue implicado, además de las lesiones gravísimas causadas al comerciante. El juez Nicolás Foppiani dictó la condena.
“Mi papá actuó como pudo. Le habían sacado una pavada y logró que se la devolvieran, pero el pibe le disparó igual, sin piedad y por la espalda. Como familia nos destrozaron”, había dicho a este diario el Diego, uno de los hijos del comerciante Daniel R., entonces de 65 años. Un hombre que de atender su propio negocio familiar en Pellegrini y Provincias Unidas pasó a necesitar asistencia diaria de médicos, enfermeros y kinesiólogos.
Asalto en la puerta
El ataque fue a las 10.30 de la mañana de un domingo. El 8 de enero de 2023 R. estaba por salir de viaje con su esposa a Mar del Plata, donde habían reservado una habitación en el hotel Dos Reyes. Antes de partir se dio cuenta de que precisaba repuestos para la máquina de afeitar y fue en su bicicleta hasta un negocio de Perú y Cochabamba. Se quedó un rato charlando con la dueña en la esquina sin despegarse de la bici, una Vanguard 500 valuada entonces en unos 200 mil pesos.
Cuando estaba por partir, contaron los vecinos, dos jovencitos que habían estado dando vueltas por la zona intentaron robarle la bicicleta. Uno exhibió un arma, otro hizo un gesto como que llevaba algo en la cintura. “Se escuchan gritos y golpes, cuando salgo lo veo a Dani intentando retener la bicicleta”, contó la dueña del negocio. “El más chico le exhibe un arma. Le gatilló en la cara y el disparo no salió”, dijo un testigo. Al comerciante, un hombre corpulento de un metro noventa de estatura que pesaba unos 120 kilos, sólo alcanzaron a quitarle un neceser de mano con la inscripción Chester Ice que contenía un desodorante, cuatro fibrones y una lapicera.
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Un solo tiro
Los asaltantes se fueron corriendo y R. salió tras ellos en la bicicleta por Perú y luego por Pellegrini, hasta alcanzarlos en el cruce de la avenida con Ecuador. Allí les pidió que les devolvieran sus cosas. “Para qué se van a hacer detener innecesariamente”, les dijo. Los jóvenes le tiraron el neceser, él lo agarró y cuando estaba subiendo a la bici “le tiraron un solo tiro, por la espalda”, declaró el hijo de la víctima, quien reprodujo el relato que brindó su padre al llegar a la guardia del Heca. Luego, la víctima no estuvo en condiciones neurológicas de declarar y en la actualidad, según consta en la condena, no recuerda el incidente.
Tras el llamado de los vecinos al 911 llegó la policía, que encontró a R. inmóvil en el piso pero consciente. En Misiones y las vías apresaron a Dilascio luego de que descartara un revólver calibre 22 apto para el disparo que fue el arma usada en el ataque. El adolescente siguió corriendo por Misiones hasta llegar a la colectora oeste, donde arrojó frente a una casa un revólver calibre 38 corto de color plateado cuyo funcionamiento era nulo.
R. sufrió un orificio de entrada de proyectil a nivel dorsal bajo, sin orificio de salida, con compromiso de la médula espinal. La lesión lo dejó postrado y le causó una “inutilidad permanente para el trabajo y pérdida de miembros inferiores”, según un informe médico citado en la condena. "Antes trabajábamos juntos y ahora mi papá es una persona totalmente dependiente y discapacitada", explicó su hijo al declarar en la causa judicial.