Dos presos de Piñero fueron condenados a penas de 5 años y 4 meses de prisión como miembros de una asociación ilícita que nació y se consolidó en esa misma cárcel a órdenes de Matías “Pino” César, un referente de la banda de Los Monos en distintas sociedades para la venta de drogas, usurpaciones y balaceras. Jerónimo Joel Bogado, apodado “Jero” o “Negro Jero”, y Roberto Danilo “Culón” Medina estaban alojados en el pabellón 8 cuando se detectaron escuchas telefónicas en las que organizaban ataques a tiros. Cada uno carga con condenas previas y la instigación de homicidios fallidos —uno en la zona sudoeste de Rosario, otro en la puerta de una casa de Granadero Baigorria— y los dos aceptaron penas en juicios abreviados.
Las condenas se fijaron el viernes en el Centro de Justicia Penal. El fiscal Franco Carbone acordó las penas con los defensores de los acusados y el juez Rodrigo Santana las convalidó. Fueron sentenciados como miembros de una asociación ilícita a órdenes de Matías César, quien hace dos semanas fue condenado a en un juicio abreviado a 20 años de prisión por liderar otra banda nacida en prisión, también enlazada con Los Monos, que tuvo como ámbito de actuación los barrios Industrial, Empalme Graneros y Ludueña de Rosario. César había sido condenado además en 2021 a 20 años de prisión por una serie de ataques a balazos contra edificios judiciales ordenados por Los Monos.
La organización a sus órdenes que el año pasado año integraron Bogado y Medina se hacía llamar “La Mafia Nueva Generación”. Su existencia quedó al descubierto, en parte, en escuchas telefónicas a sus miembros en prisión. Los diálogos se captaron el marco de una intervención a Nicolás R., acusado del doble crimen de Cristian Luque y Severo Saucedo, baleados el 11 de marzo del año pasado en Villa Gobernador Gálvez.
La fiscal de Homicidios Marisol Fabbro advirtió que el preso usaba un celular que comenzó a ser utilizado por otros internos de Piñero que planeaban "hechos de suma gravedad que atentan contra la seguridad pública”.
Los apodos de la banda
Se detectó así que, entre junio y noviembre, presos de alto perfil organizaron usurpaciones y balaceras a bandas rivales para construir poder territorial. Incluso especulaban con los resultados de las elecciones provinciales y nacionales. En los audios se identificó a los interlocutores por sus apodos: Jeringa, Inglés, Charly, Mat, Culón, Letra, La Rubia, Tecla, Julián, Jujuy, Puto Nico, Tucu, Hache, Araña y Arón. Los integrantes presos se comunicaban con Matías César, alojado entonces en el pabellón 27 para internos de alto perfil.
El grupo fue ligado a un atentado que tuvo como víctima a un adolescente de 15 años. El chico salvó la vida por poco tras sufrir un ataque a tiros en una casa de Liniers al 900 de Granadero Baigorria considerada como un punto de venta de drogas en disputa.
El 15 de junio de 2021, veinte minutos después de la medianoche, dos hombres que llegaron en una moto negra golpearon la puerta de un pasillo. El chico fue a atender y los atacantes abrieron fuego. Lo corrieron por el pasillo y descargaron al menos ocho tiros calibre 9 milímetros. Sufrió una herida en un omóplato por la que fue asistido en el Hospital Eva Perón.
En la puerta, los agresores dejaron un cartel manuscrito con este mensaje: “Todos los que no laburen para Culón del Norte le vamos a mandar plomo. Esto es aviso”. A continuación, las iniciales de la banda: “L.M.N.G”.
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Tras una serie de allanamientos, nueve personas fueron imputadas a fines de agosto del año pasado por integrar una asociación ilícita a órdenes de César para organizar negocios de narcomenudeo en Rosario y Grandero Baigorria.
Culón del Norte, reincidente
Entre los implicados estaba Medina, apodado “Culón” o “Culón del Norte. “Le dicen Culón, el loco está preso. Físicamente nadie lo conoce pero tiene negocios ahí por Baigorria. Cada dos cuadras están vendiendo drogas”, dijo uno de los testigos del ataque por el que Medina fue condenado ahora a 5 años y 4 meses de prisión. La pena se unificó con una previa de 14 años que cumple como partícipe secundario del doble crimen de Leandro Nahuel Sarantonelli y Carlos Gálvez, ocurrido el 29 de marzo de 2018, en el barrio La Cerámica, que tuvo otros tres condenados a perpetua como los ejecutores.
Fue declarado reincidente y cumplirá en total 18 años y 4 meses de prisión efectiva. La reciente condena lo ubica además como un miembro de la banda de César que tenía el rol, desde prisión, de brindar instrucciones al brazo armado del grupo “sobre los domicilios o personas que debían ser blancos de ataques”. Además se ocupaba de la logística para reclutar miembros, decidir tareas, asignarles roles, armas y vehículos.
La venganza de Negro Jero
Bajo la misma función en la banda fue condenado a 5 años y 4 meses de prisión “Jero” o “Negro Jero” Bogado, considerado además instigador de un intento de homicidio y autor de amenazas simples. El crimen fallido fue ordenado junto a otro preso del pabellón 8 y tuvo como disparador una pelea del 27 de mayo del año pasado en un boliche de Villa Gobernador Gálvez. La víctima, Kevin Ezequiel “Caponi” V., se trenzó allí a golpes con otros jóvenes de una banda llamada “Los Patos”. El conflicto continuó cuando llegó a su casa y se encontró con que la vivienda había sido baleada.
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Entonces le pidió una pistola Taurus calibre 9 milímetros a personas vinculadas a Bogado y con su gente fueron a balear otra casa en represalia. Cuando los dueños del arma fueron a reclamar la devolución, Caponi y otro joven que lo acompañaba que la habían perdido. Los dos allegados a Jero que habían ido a reclamar el arma se comunicaron con Bogado, quien expresó su bronca en un audio que sus emisarios reprodujeron: “Mátenlos. A Caponi y al Nahui. Tienen que matarlos. Mátenlos ahí”.
Asustado, Caponi fue a la terminal de ómnibus, tomó el primer colectivo que salía hacia Córdoba y luego se refugió en casas de familiares en otras provincias. Hasta que el 11 de julio regresó a Rosario tras contactarse por Facebook con un preso del grupo de Bogado que le ofreció una cita para arreglar el asunto. Sabía que corría peligro su vida pero igual fue al encuentro porque habían amenazado a sus familiares y vaciado la casa de su madre.
Eso fue el 9 de julio. Caponi tomó un taxi y se dirigió a Rouillón y Eva Perón. Al bajar fue abordado por una persona que salió de un Volkswagen Voyage y le disparó varias veces con un arma calibre 45. Corrió a refugiarse en un Mc Donald’s sin ser alcanzado por las balas.
Bogado había sido condenado en marzo de 2022 a 5 años y 4 meses de prisión por un homicidio cometido cuando era menor, por lo que cumplirá una pena unificada a 10 años y 8 meses de prisión.