Este martes a la mañana la Justicia provincial inhabilitó dos puntos de venta y acopio de drogas de la zona noroeste de Rosario. Según los investigadores pertenecían a la organización del recluso Hernán Ramón Romero, conocido en Nuevo Alberdi como "Lichi", condenado a 29 años de prisión en mayo pasado.
Lichi Romero es el referente de una familia conocida por múltiples actividades delictivas en ese sector de la ciudad. Este año fue condenado por encargar desde prisión el secuestro de un hombre vinculado a Los Monos que fue torturado y baleado por sus captores. En 2020 había sido condenado a 7 años y 4 meses como jefe de una organización criminal que disputó territorios en contexto de narcomenudeo.
El procedimiento de este martes fue en dos puntos de ventas de drogas ubicados en Bello al 3900 y Oria al 4000, en el barrio Roberto Fontanarrosa, antes conocido como Zona Cero, lindero a Nuevo Alberdi. El operativo consistió en tapiar y sellar puertas y ventanas con la intención de que esos inmuebles no vuelvan a ser utilizados para actividades ilícitas.
El fiscal Diego Giró fue uno de los funcionarios que supervisaron las tareas en el lugar y también brindó una reseña de los hechos delictivos que giraron en torno a esa esas dos viviendas. Reveló que en una de esas casas se acopiaban drogas que luego eran vendidas en una precaria carpa que los transeros habían armado enfrente.
Dos puntos de venta de drogas
“Esta investigación arrancó en agosto. Se pudo constatar la venta de estupefacientes en estos lugares. Eso era algo que se hacía en forma constante", explicó el funcionario. "Las actividades ilícitas se detectaron primero en el domicilio de calle Oria y luego se detectó que el de calle Bello se usaba como lugar de acopio, ya que habían montado una carpa enfrente para vender droga. A raíz de eso, se llevaron a cabo allanamientos con secuestro de estupefacientes”, agregó.
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El funcionario del Ministerio Público de la Acusación (MPA) agregó que esos procedimientos permitieron la detención de personas “y a partir de todo eso se solicitó la inactivación con bloqueo de aberturas. Esta es una zona que históricamente estuvo vinculada a Lichi Romero, quien está preso como jefe de una asociación ilícita y por delitos conexos”.
“Estos búnkeres, por información que se pudo colectar durante la investigación, han sido usados por su banda”, agregó el fiscal. La investigación judicial estableció que el punto de acopio de drogas era la vivienda de Bello al 3900, pero que las ventas al menudeo se hacían desde una carpa precaria montada frente a ese inmueble. Todo eso supuestamente coordinado por allegados a Hernán Ramón “Lichi” Romero.
Lichi Romero y un secuestro contra Los Monos
Lichi Romero se hizo conocido como referente de una familia conocida por sus múltiples actividades delictivas de base narco en Nuevo Alberdi. En mayo de este año, fue condenado a una pena única de 29 años de prisión por haber encargado desde la cárcel el secuestro de un hombre que fue sometido a torturas y baleado hasta que sus captores lo dieron por muerto. La sentencia fue firmada por los jueces Nicolás Vico Gimena, Valeria Pedrana y Silvia Castelli tras en un juicio oral en el que también fue condenado Luciano Romero, un hermano de Lichi que participó de la maniobra
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Los hermanos Romero fueron acusados de haber secuestrado a José Orlando “Joselito” C. el 4 de abril de 2020 a las 20 en la puerta de la casa de la víctima en Polledo al 3800, en Nuevo Alberdi. Hasta allí llegaron Luciano Romero con el ya condenado Gastón Fabián Núñez y dos adolescentes portando armas de fuego y en permanente comunicación con Lichi, que supervisaba las maniobras desde su celda de la Unidad Penitenciaria Nº 6 —ex alcaidía de Jefatura— donde estaba detenido entonces.
Los captores aprovecharon un momento en el que Joselito salió de su casa, le dispararon a las piernas y lo metieron a la fuerza en el auto en un Peugeot 206 gris. Lo llevaron hasta una casa de Matheu al 3400 donde fue retenido con el fin de que les entregaran dinero en efectivo y también los títulos de propiedad de su vivienda y de su auto. Luego volvieron a subirlo al auto y lo llevaron a un camino rural de la ruta 34. Allí lo hicieron bajar y le dispararon por la espalda mientras la víctima intentaba huir. Los secuestradores pensaron que el hombre había muerto, pero minutos después fue asistido por vecinos, logró sobrevivir y relatar lo que había ocurrido.