Cinco hombres fueron condenados este martes por diversos delitos cometidos en el marco de una asociación ilícita que fue orquestada desde una cárcel y tuvo como base al barrio Ludueña para afianzar una red de narcomenudeo y extorsiones. Se trata de una de las organizaciones criminales que más violencia desplegó en ese sector del noroeste de Rosario en el marco de una disputa con otro grupo barrial. También habían consolidado un esquema extorsivo contra comerciantes y vecinos a los que les quitaban sus propiedades y les exigían dinero para no atentar en su contra. En un procedimiento abreviado firmaron penas que van desde los 9 a los 20 años de prisión.
El año 2022 comenzó a los tiros en el barrio Ludueña: el 7 de enero dos tipos que pasaron en moto gatillaron contra una casa ubicada a metros de la comisaría 12ª y e hirieron a una nena de 7 años. Esa escena tan atroz como naturalizada se repitió en otras ocasiones no solo en ese barrio del noroeste sino en también en otros puntos de la ciudad: según cifras oficiales en los primeros 50 días de ese año hubo 25 casos de niños y adolescentes heridos de arma de fuego en todo Rosario. Pero en Ludueña pasaba algo particular. Los vecinos aseguraban a este diario que habían empezado a verse pibes muy chicos armados. "Ahora el que no tiene un arma es un gil. Acá no conseguís comida pero sí conseguís armas", decía una vecina en aquel febrero.
Con el paso de las semanas la situación se agravó: hubo tantas balaceras como homicidios, todos los hechos con las características típicas de alguna bronca entre bandas que había estallado en ese sector de la ciudad. Investigaciones judiciales determinaron que se trataba de una disputa entre dos grupos que competían por el territorio en los barrios Ludueña, Empalme Graneros e Industrial. Un conflicto que se basaba en eliminar al enemigo o generar caos alrededor de los puntos de venta de drogas de la banda rival. Para mitad de 2022 semejante nivel de violencia expuso a la parte más precaria de la organización, que comenzó a ser desmantelada con numerosos allanamientos.
Una guerra barrial
De esa forma la Justicia pudo darle un contexto a ese estallido: ambos grupos habían sido orquestados y liderados por presos de las cárceles de Coronda y de Piñero. Por un lado, con base en Ludueña, estaba la banda que para los investigadores era una subestructura de Los Monos. Ese vínculo se hizo a partir de que identificaron como líder del grupo al recluso Matías "Pino" César, sindicado como quien desde la cárcel de Piñero formó una alianza con sus compañeros de pabellón Andy Benítez y Julián Aguirre.
>> Leer más: Los nombres de la pata policial de una banda narco de barrio Ludueña
Mientras tanto las directivas que salían desde la cárcel eran puestas en marcha en la calle por Mauro Gerez y Oscar "Nenu" Ramírez, muchachos oriundos de Ludueña que tenían la capacidad de influir sobre jóvenes y adolescentes que funcionaban como el brazo armado de la organización. Esos cinco fueron los condenados este martes. Por fuera hay otros que ya recibieron su pena en procesos abreviados o que continúan imputados, entre ellos policías y ex agentes que formaban parte de la organización criminal. En total fueron 42 los acusados, además de que hay identificados algunos menores como parte de la banda.
La otra banda, en tanto, era liderada por el recluso Francisco "Fran" Riquelme, por entonces preso en Piñero y según la Justicia ligado a Esteban Alvarado. Oriundo de Empalme Graneros, Fran había logrado administrar los puntos de venta de drogas de las calle Felipe Moré al 600 bis, donde a principio de este año dos propiedades suyas fueron demolidas en el marco de la ley de microtráfico. En la Fiscalía de Homicidios al menos 40 crímenes ocurridos entre fines de 2021 y 2022 se investigan como parte de este conflicto.
Condenados
Este martes en un procedimiento abreviado, homologado por los jueces Silvia Castelli, Hebe Marcogliese y Lorena Aronne, los tres jefes de la banda que lideraban desde la cárcel y los dos organizadores en la calle fueron aceptaron condenas por distintos delitos. Matías "Pino" César, Andy Benítez y Julián Aguirre recibieron la pena de 20 años de cárcel, mientras que Oscar "Nenu" Ramírez y Mauro Gerez fueron condenados a 12 y 9 años de prisión respectivamente.
>> Leer más: Extorsiones: un negocio redondo que se afirmó por el uso de celulares en las cárceles
Además de la disputa con el grupo rival, esta organización también consolidó un esquema de extorsiones a vecinos y comerciantes del barrio Ludueña y alrededores. Fue principalmente sobre esta arista que los fiscales Pablo Socca y Franco Carbone profundizaron en las investigaciones impulsadas a partir de llamados extorsivos o balaceras ocurridas en ese marco. En otra oportunidad los fiscales habían advertido de la facilidad de este tipo de bandas para afianzarse en el "negocio" de las extorsiones "con un celular, alguien que reparta un cartelito y alguien que tire un par de tiros".
En ese marco es que las personas condenadas este martes fueron responsabilizadas por varios delitos. A Matías César, Andy Benítez, Julián Aguirre y Oscar Ramírez los condenaron como jefe de asociación ilícita y a cada uno por distintos hechos de extorsiones, usurpaciones, amenazas coactivas, intimidación pública e intentos de homicidio. Mientras que Mauro Gerez fue considerado organizador de la asociación ilícita, rol que cumplió como "jefe de sicarios", y le atribuyeron extorsiones, amenazas coactivas, abuso de armas y usurpaciones.